Este martes 14 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Energía. De acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la generación de electricidad es la fuente más grande de emisiones de dióxido de carbono en el orbe, pero también es el sector que lidera la transición al net zero, a través del acelerado incremento de las energías renovables, tales como el sol y el viento.
La capacidad para la generación de energías renovables incrementará dos mil 400 gigawatts (GW) para 2027, es decir un crecimiento de 85 por ciento en comparación con los cinco años previos, lo que representaría 30 por ciento más de lo que se preveía hace un año.
En este sentido, la IEA detalló que el año pasado los sistemas energéticos tuvieron desafíos en múltiples regiones, debido a eventos climáticos extremos, como las olas de calor o sequías, que pusieron a prueba al suministro en naciones como India o China.
En Europa, una sequía no vista en 500 años, generó una baja producción de energía hidroeléctrica, lo que aumentó la presión sobre la capacidad de generación.
Por su parte, las tormentas de invierno que azotaron Estados Unidos generaron apagones generalizados.
La combinación de eventos climáticos extremos urgen a incrementar la flexibilidad del sistema eléctrico y mejorar la seguridad del suministro eléctrico para afrontar mejor las contingencias meteorológicas, dice el organismo que dirige Fatih Birol.
¿Salto atrás?
El año pasado también estuvo marcado por un incremento en los precios de los combustibles fósiles, después de la invasión rusa a Ucrania, lo que agravó el suministro, principalmente de gas natural. Esto provocó una ola de cambio a un combustible más asequible, el carbón, para generar energía.
El organismo internacional señaló que el año pasado la generación con carbón tuvo un incremento anual de 1.5 por ciento, pero la mayor parte de los incrementos se concentró en la región de Asia Pacífico.
La generación a carbón también aumentó significativamente en la Unión Europea en medio de la baja producción hidroeléctrica y nuclear.
Al revisar las cifras de las energías bajas en carbono (renovables y nuclear), estas tuvieron tendencias divergentes el año pasado: las renovables aumentaron 5.7 por ciento anual, y la zona de Asia Pacífico representó más de la mitad del crecimiento mundial, seguida por América.
En sentido contrario, la producción nuclear se contrajo 4.3 por ciento, debido a las interrupciones de mantenimiento en varias plantas francesas, el desmantelamiento de unidades en Alemania y Bélgica y la reducción de la producción en Ucrania.
Pese a todo este panorama, la Agencia Internacional de Energía señaló que la perspectiva para el periodo 2023-2025 apunta a que la generación de energía renovable aumentará más que todas las demás fuentes combinadas, con un crecimiento anualizado superior a nueve por ciento.
Por su parte, la generación nuclear tendrá un crecimiento anual promedio de 3.6 por ciento en ese mismo lapso, debido a un incremento en la zona de Asia Pacífico, además de que las plantas francesas volverán a la normalidad