La transición energética se encuentra en medio de retos como la polarización política, la desigualdad entre naciones y una prevalencia de los combustibles fósiles, que impiden avanzar con mayor velocidad hacia el uso de energías verdes, coincidieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el Seminario Permanente de las Ciencias Sociales titulado: “Reflexiones del Mundo Contemporáneo desde las Ciencias Sociales: Estudios y Aportaciones”, Ruth Zavala Hernández y Luis Roberto Guanes García reflexionaron sobre los retos que las naciones, la sociedad y los empresarios enfrentan respecto al cambio climático.
Zavala Hernández, experta en Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, enfatizó que la regulación climática se encuentra fragmentada a través de la gobernanza global.
Lo que explica por qué en varios casos hay más avances y dinamismo a nivel subregional, respecto a lo que se logra a nivel global.
La doctora en Ciencias Políticas y Sociales destacó que los últimos 30 años de negociaciones climáticas se han caracterizado por una paralización de los actores clave, que son los mayores emisores de gases de efecto invernadero.
Dijo que si bien se habla de responsabilidades comunes, la realidad es que las consecuencias no son igualitarias, pues aquellas naciones con menos ingresos son las más vulnerables y expuestas a los efectos de la crisis climática.
La también Consultora para la Organización de Estados Americanos en proyectos de adaptación al cambio climático, estimó que los principales retos que enfrenta la acción contra el cambio climático son: la politización de este fenómeno, lo que ha llevado a una ruptura entre la ciencia y la política pública de mediano y largo plazos.
Avances en acciones empresariales
Luis Roberto Guanes García, académico de la FES Cuautitlán, detalló si bien las grandes empresas han empezado a investigar y tomar acción sobre sus actividades en favor del medio ambiente, éstas caminan de forma lenta.
Afirmó que estas grandes empresas han enfrentado la presión social por su inacción o poca actividad para combatir el cambio climático.
Ya sea mediante evaluaciones negativas de entes reguladores, manifestaciones de organizaciones no gubernamentales, además de una escasez repentina de recursos.
“Hubo exigencias de lo que comenzó a ser el cliente sustentable; inversionistas cada vez mas interesados en la sustentabilidad y competidores que empezaron a modificar sus prácticas”, comentó.
El maestro en Administración con orientación en Organizaciones aseveró que varias empresas comenzaron a ubicar dónde están sus principales huellas de carbono en su cadena de valor, así como los desperdicios, con lo que visualizan oportunidades para cambiar.