(Leer en el periódico Reforma)
En su artículo “La gota que derramó el vaso” del viernes pasado en Reforma, Jorge Meléndez nos propone que “en lugar de quejarnos sobre la muerte de la gallina de los huevos de oro, mejor hagámosle una autopsia para descubrir las causas del deceso y dar con los responsables. No vaya a ser que se nos mueran así todos los animales de la granja”.
Esa gallina, según el Presidente Enrique Peña, se llama Cantarell, yacimiento petrolero que llegó a aportar cerca de 20 mil millones de dólares al año a las arcas nacionales. Sin embargo, hoy se extrae de Cantarell apenas la décima parte de la producción de hace una década. ¿Quién o quiénes fueron los responsables de su deceso? ¿Quiénes tomaron las decisiones sobre su explotación? ¿Fueron decisiones acertadas? ¿O causaron una muerte prematura? ¿Alguna vez sabremos?
En los años noventa, hubo una fuerte polémica por la inyección de nitrógeno a Cantarell, que fue motivo de análisis en un foro de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, también en otros foros técnicos posteriores. En aquel entonces, ingenieros petroleros del mayor prestigio alegaban que el nitrógeno dañaría el yacimiento; otros lo negaban. En la década pasada, Pemex negó en varias ocasiones que Cantarell fuera a sufrir una declinación precipitada.
¿Hay interés hoy día en hacer la autopsia? ¿Qué sucedió realmente? ¿No se le debería encargar a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) o a una autoridad técnica internacional un dictamen sobre cómo se realizó la explotación? ¿No se debe investigar las causas y saber si hubo excesos, errores o negligencia en su explotación?
Como dice Meléndez, la relevancia estaría en que no se nos mueran los otros animalitos de la granja. El viernes pasado, el director general de Pemex estuvo en Tabasco, prometiendo apoyos a un estado donde la producción petrolera en tierra ha caído a menos de la mitad en sólo 4 años. ¿Es una declinación natural de los yacimientos? ¿Es por falta de inversión? ¿Hay responsables? Y todo indica que la producción de crudo del país seguirá a la baja. La consultora IHS Markit prevé que caerá de 2 millones de barriles diarios hoy a 1.5 millones, antes de repuntar. ¿Esto es cierto y inevitable? ¿Qué dice la CNH?
Las refinerías son otros animalitos en esa granja. Sus resultados también han empeorado. No se reconfiguraron tres de ellas, no se amplió capacidad ni se realizaron proyectos de diesel limpio. ¿Quiénes son los responsables? ¿Funcionarios de Pemex, por omisos? ¿Funcionarios de Hacienda por no autorizar los recursos? Ahora pagamos carísimo las consecuencias. México ya importa más de la mitad de los combustibles que se consumen en el país.
Pemex debe abrirse más al escrutinio público de todas sus actividades, incluyendo las razones técnicas de las decisiones. ¿O ya no nos importa Pemex? ¿No importa si hay malos resultados, errores, opacidad, impunidad? Por ley, Pemex está obligado a tener un programa de testigos sociales para vigilar sus licitaciones públicas con mayores montos. En foros, sus funcionarios presumen esa figura como garantía de transparencia. Pero desde hace dos años Pemex ya no contrata a testigos sociales.
Y luego está el caso Odebrecht. Un subprocurador de la PGR ha informado que en tanto se determine si se configura un delito o no contra alguna persona, las investigaciones de este caso permanecerán bajo reserva. Es decir, aun cuando en junio próximo las autoridades brasileñas entreguen toda la información del caso a la PGR, los mexicanos no tendremos acceso a ella. Así, tal vez jamás sepamos quiénes en México recibieron los sobornos que habrían ofrecido ex ejecutivos de dicha empresa.
No hay una adecuada rendición de cuentas en Pemex. Las decisiones del consejo y los dictámenes técnicos, legales y administrativos sobre lo que sucede al interior de la empresa se reservan y no están abiertos al escrutinio público. Mientras tanto, los yacimientos, refinerías y ductos se mueren. ¿Haremos la autopsia? ¿Nos interesa hacerla? ¿O no habrá responsables ahora, así como no los hubo en sexenios anteriores?
*Analista de la industria energética. Su e-mail: david.shields@energiaadebate.com