Buscando en las aguas someras de internet, encontré opciones para el futuro energético que no implican poner todos los huevos en una sola canasta.
OdÓn de Buen RodrÍguez *
Mientras mis compatriotas de izquierda, centro y derecha discuten y amenazan grandes pleitos alrededor de que si la empresa petrolera nacional debe ir sola o acompañada por otras empresas (nacionales o internacionales, públicas o privadas) a explorar y explotar yacimientos que, por cierto y en su caso, solo podrán ser explotados cuando ya estemos en pleno régimen “post-Kioto” (que, seguramente, castigará aún más a los combustibles fósiles como el petróleo), me he animado a darme una asomada a sitios de internet donde se habla y discuten las grandes tendencias hacia el presente y futuro energético.
Ha sido en este recorrido cibernértico (que no tuvo que llegar a los cinco mil metros de profundidad después de años de esfuerzo y miles de millones de dólares en inversiones de riesgo) que me encontré con dos “joyitas” en forma de documentos que reportan tendencias y plantean escenarios relacionados a la industria de la los productos “verdes” y las energías renovables y que perfilan estrategias hacia un mundo menos dependiente del petróleo y más preocupado por el cambio climático.
El primer documento, intitulado State of Green Business 20081 y publicado por GreenBiz.com, nos refiere a los principales eventos alrededor de los negocios verdes y, en particular, nos señala:
n Se calientan los compromisos climáticos de las empresas. Aquí refiere que “parece que todos en el mundo de los negocios están pensando en el cambio climático” y anota los compromisos que han establecido para sí mismas empresas como Niké, Xerox y Coca Cola en términos de reducción de emisiones, además de los compromisos conjuntos en arreglos como el US Climate Action Partnership.
n Los fabricantes de autos cambian velocidad. Aquí refiere a la tendencia a comprar autos más pequeños, a las iniciativas de compras de autos más eficientes por parte de empresas arrendadoras de autos, de regulaciones para que la totalidad de los taxis de Nueva York sean híbridos para 2012 y las iniciativas para producir masivamente los llamado híbridos conectables a la red eléctrica (plug-in hybrids).
n El “enverdecimiento” toma velocidad en la transportación. Aquí resaltan el reconocimiento de que el transporte de carga marítimo tiene emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas que se están tomando para reducirlas, en particular en las zonas de puertos. Igualmente, que empresas como Wal-Mart han hecho compromisos de reducción de consumo de combustibles fósiles en sus flotillas. Finalmente, el hecho de que ya se discuta con seriedad la necesidad de reducir las emisiones del creciente transporte aéreo.
n El mercadeo “verde” está de regreso. Sin dejar de señalar que los consumidores no terminan de asumir el costo adicional de los productos “verdes” se señala que grandes empresas fabricantes de electrodomésticos y cadenas de venta al menudeo han anunciado su intención de ampliar su oferta de estos productos.}
n Las empresas se ponen serias sobre residuos tóxicos. Movidos en buena medida por los escándalos originados en los contaminantes aparecidos en productos manufacturados en China, diversas empresas se han movido a eliminar PVC de productos y su paquetería, a ver con más detalle los compuestos utilizados en productos cosméticos y en los automóviles.
n La computación reduce sus impactos. Aquí, por un lado, en los mercados se busca aumentar significativamente el reciclaje de equipos de cómputo desechados, resaltando que Dell ha anunciado que ha avanzado notablemente en su plan de recuperación de más cerca de 150 mil toneladas de equipos de cómputo y que HP mejorará su meta de recuperación de 500 mil toneladas en 2007. Por otro lado, los altos consumos de energía de los llamados “data centers” (que son las instalaciones donde, fundamentalmente, se ubican las computadoras que guardan y mueven Internet) ya son motivo de preocupación y de acción por parte de empresas usuarias de estos sistemas y de los propios fabricantes de los equipos.
n Los “perros grandes” aplican sus músculos. En este sentido resaltan iniciativas de gran alcance de grandes empresas como GE, Dupont, BP, Wal-Mart y Google para reducir sus impactos ambientales. Estas iniciativas van desde la evaluación más precisa de las emisiones de gases de efecto invernadero de líneas de productos hasta inversiones en desarrollo de nueva tecnología.
n Los “edificios verdes” elevan expectativas. Aquí la gran tendencia es que los edificios verdes “se están volviendo la norma más que la excepción” y ponen como ejemplo Nueva York, donde todos y cada uno de los 25 edificios más grandes en proyecto en esa ciudad están integrando elementos ambientalmente amigables.
n Los bancos ganan interés en iniciativas verdes. En esta línea resaltan la creación de líneas de crédito especializadas en inversiones “verdes”, ya sea como empresas que ofrecen productos y servicios relacionados o como usuarios interesados en invertir en aplicaciones de esas tecnologías.
n El “cero” está de moda. Con metas de “cero emisiones” de gases de efecto invernadero (más de treinta empresas) o de “cero botellas en los rellenos” (Coca Cola en Estados Unidos) o de “cero desechos” (una cadena de restaurantes) un número creciente de empresas busca establecer metas agresivas de reducción de impactos ambientales.
El segundo documento que ubiqué es “Clean Energy Trends 2008”,2 el cual trata las tendencias en “energía limpia” en Estados Unidos y en el mundo y señala que el mercado internacional de biocombustibles llegó a 25.4 miles de millones de dólares en 2007, el de viento en los Estados Unidos a 30.1 miles de millones de dólares y el de solar fotovoltaico llegó a 20.3 miles de millones de dólares.
En particular, el reporte señala que en el mundo se está llegando rápidamente a los cien mil megawatts de capacidad de generación con energía eólica (que equivale a dos veces la actual capacidad instalada del sistema eléctrico nacional de México), mientras que se tienen instalados más de 10 mil megawatts en sistemas fotovoltaicos y la producción de mundial biocombustibles llegó a cerca de un promedio de 3 millones de barriles diarios (el equivalente a la producción petrolera de México).
En particular, las tendencias que señala “Clean Energy Trends 2008” son:
n Una nueva estructura industrial se está integrando alrededor de los vehículos eléctricos. En particular se resalta que en la actualidad cerca de 200 empresas (ubicadas en Estados Unidos, Japón, India, China Canadá Francia e Israel), principalmente de reciente creación y con propósito específico (“start ups”) trabajan, en alguna medida, en traer el auto eléctrico al mercado.
n El movimiento hacia ciudades sustentables. Como ejemplo de esta tendencia se refiere a Masdar City en Abu Dhabi que se está construyendo “de cero” y que tendrá una población 50 mil personas para 2016 operando completamente con energía solar.
n La creciente presencia de empresas extranjeras en el mercado del aprovechamiento eólico de Estados Unidos. Habiendo cedido la iniciativa a empresas europeas hace ya algún tiempo (en buena medida en el contexto del Protocolo de Kyoto), el crecimiento de la oferta de generación de energía eléctrica a partir de viento ha sido con equipos importados y con una significativa participación en inversiones extranjeras.
n El regreso de la geotermia a la escena. Reconocida por ser una forma de energía renovable que funciona “en base” (24 horas diarias), en el reporte se anota que las tres empresas eléctricas más grandes de California anunciaron en algún momento de 2007 que tienen planes para contratos de suministro a partir de geotermia. Se menciona, además, que 86 nuevos proyectos están en proceso en Estados Unidos y duplicarán la capacidad instalada de esta tecnología a 6,300 MW. Asimismo, refiere que los avances en esta tecnología ya llevan a pozos más profundos, más allá de las zonas volcánicas, para llegar a las llamadas “piedras secas y calientes” (“hot dry rocks”).
n La búsqueda de la “limpieza” en las flotillas mercantes. Al igual que en el primer reporte referido arriba, en este reporte se incluye el tema del transporte marítimo, aunque en este caso, además de lo que se refirió arriba, anota el uso de papalotes para mover los barcos en altamar y que, en un barco con 71 contenedores, permitió reducir su consumo de combustibles en 20%.
En fin, que mientras en el mundo desarrollado se buscan, por razones varias, las formas de reducir la dependencia de combustibles fósiles y/o su impacto ambiental, en México se concentran los ánimos y las inteligencias en, única y particularmente, cómo hacerle para que podamos seguir dependiendo de ellos. Demasiados huevos, pues, en una sola canasta.
1 http://www.stateofgreenbusiness.com/
2 http://www.cleanedge.com/reports/reports-trends2008.php
* Es ingeniero mecánico-electricista por la UNAM y maestro en energía y recursos por la Universidad de Barkeley, California. Fue responsable de la dirección general de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae) de 1995-2003. Actualmente es presidente de Energía, Tecnología y Educación, ENTE S.C., y dirige el proyecto de Transición Energética. (demofilo@prodigy.net.mx, www.funtener.org )