Apenas hace unas horas se llevó a cabo el segundo debate de las candidatas y el aspirante a la Presidencia de la República.
Uno de los puntos a tratar fue el cambio climático, de donde se derivaron las propuestas para impulsar las energías renovables, reducción de gases de efecto invernadero y electromovilidad.
Los tres aspirantes propusieron más o menos lo mismo, pero no dejamos de preguntarnos cómo la candidata de la coalición oficialista, Claudia Sheinbaum Pardo, va a resolver esta –digamos– contradicción entre la continuidad de la Cuarta Transformación, que insiste en impulsar la energía sucia de la CFE, y el avance en la transición energética.
Al menos Jorge Álvarez Máynez, del partido Movimiento Ciudadano, propuso hacer lo que se supone que ya se debería estar haciendo: destinar parte de lo recaudado por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al desarrollo de la electromovilidad y la movilidad no motorizada.
En fin, son promesas de campaña y prometer no empobrece, reza el dicho. Pero aun con ello creemos que actualmente los votantes son más exigentes, de manera que las propuestas deben ser más precisas y más realistas. Así habría más credibilidad.
Barrilito sin fondo
La que sigue sin dar pie con bola es Petróleos Mexicanos (Pemex). En el primer trimestre de este 2024 registró una caída de 92 por ciento en su utilidad neta con respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
Según su informe, las principales razones fueron menos ganancias por una disminución en las ventas totales e incremento en el costo de ventas. Sin embargo, la caída podría haber sido peor, ya que este descenso se compensó con la disminución en el deterioro de sus activos fijos y menores impuestos y derechos, según explicó. Menos mal.
Cabe recordar que el gobierno federal ha dado apoyos a Pemex por unos 870 mil millones de pesos en lo que va de la administración, pero al cierre de marzo pasado su deuda andaba por encima de los 101 mil 500 millones de dólares, algo así como 1 billón 776 mil 250 millones de pesos.
Hace un par de semanas, la analista S&P Global aseguró en un estudio sobre las finanzas públicas de México que Pemex será un gran reto fiscal para la próxima administración, gane quien gane en las próximas elecciones. Y es que con Pemex no hay dinero que alcance.
¿Amparos contra la Ley de Amparo?
Quienes están muy preocupadas por la aprobación a las reformas a la Ley de Amparo son, entre otros, las organizaciones ambientalistas y de derechos humanos. Y no faltan razones.
Las reformas están dirigidas principalmente a que los jueces que encuentren que una norma o cualquier acción de gobierno sea contraria a la Constitución, no puedan otorgar un amparo con efectos generales a todos aquellos afectados, hayan o no interpuesto un juicio para recibir esa protección judicial.
Las organizaciones de la sociedad civil argumentan que dichas reformas, promovidas directamente por el presidente de la República y acatadas “sin mover ni una coma”, como ya hemos visto, por los legisladores del Congreso de la Unión pertenecientes al partido oficialista y sus aliados, atentan contra los Derechos Colectivos Ambientales.
Cabe recordar que, en la presente administración federal, el Poder Judicial ha otorgado amparos con efectos generales ante diversas modificaciones y disposiciones en materia energética y uno de los principales argumentos que los juzgadores han expuesto es precisamente que dichas normas, leyes o reformas atentan contra el derecho humano a un ambiente sano.
La oposición en la Cámara de Diputados ya avisó que acudirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para revertir las reformas a la Ley de Amparo. ¿Habrá amparos contra la Ley de Amparo? ¿Y tendrán efectos generales? Esto solo en México.