Pemex y la transición

La semana pasada las Secretaría de Energía y de Hacienda, junto con Pemex, expusieron el Plan Estratégico de la empresa para lo que resta del sexenio y más allá. Las opiniones fiscales, operativas y de casi todo tipo han surgido, pero creo que vale la pena hacer un análisis desde el punto de vista ambiental y climático, donde se encuentran claroscuros.

Primero: más allá de todas las complicaciones que las condiciones actuales de Pemex le generan al plan, es loable que, a diferencia del sexenio pasado donde todo se centraba en el despilfarro petrolero, ahora se pretenda transformar a la petrolera como sucedió con Equinor y muchas de las grandes petroleras, que se asumen como empresas de energía.

Esta parte del plan incluye que Pemex se meta a cuatro negocios nuevos. Dos muy ajenos: eólica offshore y litio, y dos que si bien no los han realizado, la experiencia de la empresa puede ser útil: hidrógeno y geotermia.

Los dos primeros: eólica y litio. Es cierto que Pemex ya tiene plataformas en mar, sin embargo, la mecánica, estructura y formas de operación son radicalmente distintas. Parece demasiado aventurado aunque, de nuevo, es refrescante saber que se quiere intentar algo así. El litio es otra historia. El problema es que hay pocas salmueras en México, los recursos se encuentran en arcillas que son de muy difícil separación. No hay en el mundo aún tecnología que haga rentable la separación de este recurso. Aquí, digamos, Pemex se metería en el problema convencional del litio en yacimientos mexicanos.

Sobre hidrógeno y geotermia. Pemex ha realizado exploraciones exitosas. Aunque el desastre del sexenio pasado en su participación en el yacimiento Zama nos habla de una empresa que parece haber perdido experiencia y habilidad en la perforación, la realidad es que se puede aprovechar buena parte de pozos ya explorados y su potencial geotérmico, por lo que alguna alianza con los privados adecuados puede ser muy útil para lograr los objetivos.

Sin embargo, recordemos que la transición energética de una empresa como Pemex no solo debe pasar por lo que quiere hacer, sino por cómo hace lo que ya hace. Esto cobra relevancia dado que es la empresa que más emisiones de gases de efecto invernadero libera a la atmósfera en México.

Por un lado nos avisan que pretenden electrificar los procesos de la empresa, lo cual suena muy bien. Pero por otro lado nos dicen que buscan incrementar la producción de gas y la construcción de centrales de cogeneración que, al parecer, ofrecerán a Pemex la energía eléctrica necesaria para esta electrificación. Aquí vale la pena cuestionar, pues puede haber procesos cuya eficiencia directa con gas permitan generar menos emisiones que si se alimentara con energía eléctrica proveniente de cogeneración. Habrá que tener un diagnóstico preciso de cada parte y no electrificar por electrificar.

Pero tal vez la parte más preocupante es la apuesta por incrementar la producción y consumo de gas. Más allá de si es conveniente o no, por la comparación con costos de gas importado versus los costos de producción, las emisiones fugitivas en los procesos de Pemex son algo grande e incluso su detección es compleja. Incrementar la extracción puede llevar a incrementar también las emisiones ya no solo de CO2, sino de metano, con un mayor efecto invernadero.

Finalmente, se mantiene la pretensión de refinar más. Al igual que el sexenio pasado, cuando se sostuvo el proyecto a pesar de que en todos lados se sabía que generaba perdidas, el nuevo director defiende su proyecto al afirmar que el Sistema Nacional de Refinación es rentable. Suponemos que sostendrá esa afirmación con datos duros. Pero una realidad es que el incremento en la actividad de refinación significará aumento en emisiones, lo que es además delicado considerando que las refinerías mexicanas no son las más eficientes.

En resumen, creo que hay una visión interesante de transición energética, mas no es clara su transversalidad por el asunto del gas. Recordemos, la transición a gas no es suficiente para cumplir con las metas país en materia de emisiones.

Esperemos a ver los detalles, los “cómos”.


*/ Doctor en Ciencias por la UNAM con estudios en materia de Derecho Ambiental, Impacto Ambiental y Cambio Climático. Es vocero de la Plataforma México Clima y Energía, socio de la firma de consultoría Perceptia21 Energía y miembro fundador del colectivo #WeTweetEnergy. Ha colaborado como asesor en el Senado de la República y fue coordinador de la Fundación Liberal para el Desarrollo Sustentable. También director ejecutivo de la Asociación Nacional de Energía Solar y ha colaborado con gobiernos municipales, estatales y el sector privado en planeación estratégica y de proyectos. Fue galardonado como campeón de la industria solar en el año 2019 dentro del Mexico International Renewable Congress por sus aportaciones al sector.

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