
La transición energética suele narrarse desde la tecnología y la geopolítica: baterías para coches con más potencia y durabilidad, cadenas de suministro dominadas por China, aranceles estadounidenses. Pero bajo esos titulares se esconde un desafío más silencioso y urgente: el capital humano necesario para sostenerla.
Norteamérica enfrenta una escasez de geólogos, ingenieros de minas, metalurgistas y químicos necesarios para que la industria de minerales críticos explote. México, a pesar de tener más de dos siglos de tradición minera, no es la excepción. Alguna vez orgulloso proveedor de plata y oro para el imperio español, hoy se encuentra en una encrucijada: ¿Cómo atraer a los jóvenes hacia esta industria esencial para la transición energética?
En los últimos años hemos visto una pérdida de ambición institucional alrededor de la minería y esto se refleja también en una caída en el prestigio social de la industria. La minería, que antes era motivo de orgullo nacional, con frecuencia se asocia ahora con daño ambiental y estigmas del pasado. Sin embargo, si la transición energética quiere prosperar, México debe recuperar ese orgullo y replantear la minería como un pilar central de innovación, sostenibilidad y soberanía.
«Si la transición energética quiere prosperar, México debe recuperar ese orgullo y replantear la minería como un pilar central de innovación, sostenibilidad y soberanía».
La tarea no es solo técnica, es cultural. La comunicación es esencial para atraer nuevas generaciones a las ciencias geológicas. Los estudiantes deben entender que los minerales críticos no se limitan a los autos eléctricos: también están en los recibos de luz, en los semiconductores, en los sistemas de defensa y en los dispositivos digitales de su bolsillo. Como señalaron varios investigadores en un reciente taller sobre minerales críticos, la narrativa debe ampliarse: la geología y la química son inseparables de la economía, el comercio y las políticas públicas.
Acercarse a las audiencias jóvenes exige creatividad. Iniciativas como publicar artículos revisados por estudiantes adolescentes o simular escenarios mineros en Minecraft no son ocurrencias: son planos de vinculación. Reconocen que la fuerza laboral del futuro se forma tanto en aulas y videojuegos como en laboratorios y minas.
Si México y Norteamérica quieren asegurar su lugar en la transición energética, deben invertir no solo en infraestructura y exploración, sino también en educación y narrativa. Para construir cadenas de suministro resilientes, primero hay que construir curiosidad, ambición y orgullo. La revolución de los minerales críticos no se ganará solo bajo tierra: se ganará en la imaginación de la próxima generación.
*/ Yaxa Michel es presidenta de la Asociación Mexicana de Minerales Críticos, desde donde impulsa prácticas sostenibles, innovación y cooperación en el sector. Con más de 15 años de experiencia en comunicación estratégica, asuntos corporativos y cabildeo, ha trabajado en múltiples industrias y liderado iniciativas ESG en México.
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