La convocatoria de atención prioritaria: primer balance

Después de 2029 días de haber frenado de facto desde el gobierno la participación privada en energía en gran escala, SENER-CNE realizaron una convocatoria en la que llaman a generadores privados a participar en un concurso en el cual se otorgarán permisos de generación de energía eléctrica de manera rápida. El objetivo es que dichas centrales eléctricas renovables entren en operación antes de que acabe 2028. La convocatoria fue seguida de un par de reuniones para despejar dudas y merece hacerse un balance:

Solo la convocatoria parece un respiro de ambos lados: del sector privado que veía ahogadas decenas de proyectos de generación, además de demandar más energía y a costos competitivos, y de lado del gobierno, que veía cómo poco a poco se iba degradando el sistema eléctrico sin capacidades financieras ni técnicas del Estado para desarrollar los proyectos que satisficieran la demanda. Desde ahí parece que la cosa mejora.

¿Detalles? La convocatoria fue muy apresurada. Y aunque se entiende la necesidad, tal vez urgencia, de participación privada, bien se pudo haber anunciado para enero y otorgar un par de meses a los interesados a prepararse de la mejor manera. Si bien se entiende que esta convocatoria es la primera de varias y se pretende aprender en el camino, pudo facilitar todo hacerla un poco más larga. Tan es así, que decidieron ampliar el plazo para manifestar interés.

Debo decir que la actitud de SENER-CNE ha sido también muy buena: atendiendo dudas, dialogando, aprendiendo, corrigiendo. Han sido enfáticos en que hay márgenes de flexibilidad y dónde no.

El mercado ya esperaba la obligatoriedad de agregar baterías a los proyectos de renovables. Creo que la evaluación de esa necesidad pudo hacerse caso por caso y no necesariamente una regla general. Sin embargo, en las reuniones se habló de que se permitiría ofertar a horas distintas de las de generación y reconocer potencia. Eso agrega viabilidad a los proyectos, aunque incrementa el costo de inversión. Veremos si se alcanzan equilibrios.

Tal vez uno de los problemas de la convocatoria es que eligieron subestaciones o sitios que no necesariamente son los adecuados. Al menos en lo que respecta a eólicos. Por ejemplo, se solicita generación eólica en la región de Valladolid, Dzinup y Chetumal (Centro-Este de la Península de Yucatán), cuando el potencial importante está en la costa norte, sobre todo noroeste. O en Saltillo, donde el punto está alejado de la zona eólica.

Aquí un paréntesis: el gobierno da por hecho que tiene que meter más generación en la península de Yucatán, ante la herencia maldita que le dejó el anterior y por la cual pagamos los mexicanos 50 millones de dólares mensuales por un ducto que no usaremos por años. Cierro el paréntesis.

Una queja común sobre la convocatoria es el alto costo de las obras de refuerzo. Si bien en general se están atendiendo las regiones que más demanda y déficit energético tienen, tal vez habría subestaciones que, bajo el criterio del costo más bajo, abaratarían el monto de inversión, por lo tanto, mejorarían el interés por agregar capacidad y resolverían de forma más fácil el déficit energético.

Debo expresar una queja sobre los participantes e incluso sobre varios privados: algunas preguntas revelaban que hubo quien asistió a las sesiones de dudas sin haber leído la convocatoria. Incluso hubo quien se quejó de que no se preveían permisos de autoconsumo, cuando esta convocatoria no hace más que resolver permisos de mercado con la misma velocidad que se prevén los permisos de autoconsumo.

El concepto de que los privados agreguen proyectos de forma prioritaria para las necesidades del sistema me parece adecuado. El hecho de que no vayan a ser los únicos permisos también es una buena noticia. Parece que el gobierno se aleja de dogmas y se acerca a la realidad, pone por delante satisfacer las necesidades del país y eso, ya de entrada, es una buena noticia. Veamos por ahí de enero cómo concluye esta primera etapa y en 2028 podremos evaluar la idea en su conjunto.


*/ Doctor en Ciencias por la UNAM con estudios en materia de Derecho Ambiental, Impacto Ambiental y Cambio Climático. Es vocero de la Plataforma México Clima y Energía, socio de la firma de consultoría Perceptia21 Energía y miembro fundador del colectivo #WeTweetEnergy. Ha colaborado como asesor en el Senado de la República y fue coordinador de la Fundación Liberal para el Desarrollo Sustentable. También director ejecutivo de la Asociación Nacional de Energía Solar y ha colaborado con gobiernos municipales, estatales y el sector privado en planeación estratégica y de proyectos. Fue galardonado como campeón de la industria solar en el año 2019 dentro del Mexico International Renewable Congress por sus aportaciones al sector.

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