Los próximos seis años de México y la Movilidad Eléctrica

El 1 de octubre de 2024 marca un momento histórico para México con la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta del país. Sheinbaum asumió el cargo con el compromiso de dar continuidad a la «Cuarta Transformación» e implementar un nuevo enfoque de desarrollo sustentable que impacte positivamente en todos los sectores, incluida la movilidad eléctrica.

El gobierno enfrenta retos significativos para impulsar la transición hacia un transporte más limpio y eficiente. Entre las prioridades está la promoción de la movilidad eléctrica, crucial para mejorar la calidad del aire, reducir la dependencia de combustibles fósiles y cumplir con las metas climáticas.

México presenta desafíos en la adopción de vehículos eléctricos (VE). En 2023, la penetración de estos vehículos fue menor al 1% del mercado, frenada por la falta de infraestructura de recarga y altos costos iniciales. El gobierno podría establecer políticas que promuevan la electrificación del parque vehicular, empezando por el transporte público y extendiéndose hacia vehículos comerciales y particulares.

Una de las primeras acciones sería publicar un “Plan Nacional de Movilidad Eléctrica” con objetivos claros, como la electrificación del transporte público y el desarrollo de infraestructura de carga. La cercanía con EE.UU. y el interés de China representan ventajas estratégicas para México, al beneficiarse de la expansión de la cadena de suministro de baterías y componentes eléctricos.

Uno de los retos más urgentes es expandir la infraestructura de carga. Actualmente, México cuenta con poco más de 3,300 puntos de carga pública, en su mayoría de baja potencia, cifra insuficiente para soportar un crecimiento significativo del mercado de VE. El gobierno podría fomentar la instalación de estaciones de carga rápida en carreteras y ciudades clave mediante asociaciones público-privadas.

El desarrollo de una red de carga robusta facilitaría la adopción de VE y contribuiría a la creación de empleos y a la atracción de inversión extranjera en manufactura e innovación tecnológica. Así, la movilidad eléctrica se convertiría en un motor de crecimiento económico.

El gobierno puede implementar políticas para estimular la demanda de vehículos eléctricos. Esto incluye exenciones fiscales que promuevan el consumo de componentes nacionales, subsidios directos y financiamiento accesible, especialmente en sectores como taxis y flotas de reparto. La experiencia previa de Sheinbaum en la Ciudad de México, donde modernizó el transporte público con unidades eléctricas, será clave para replicar modelos de éxito a nivel nacional.

“La experiencia previa de Sheinbaum en la Ciudad de México, donde modernizó el transporte público con unidades eléctricas, será clave para replicar modelos de éxito a nivel nacional”.

La transición debe ser inclusiva y beneficiar a toda la población. Esto significa priorizar la electrificación del transporte público y de carga, garantizando que las nuevas tecnologías sean accesibles para todos los segmentos socioeconómicos del país.

El gobierno tiene la oportunidad de posicionar a México como referente en movilidad sustentable en América Latina. Su administración podría transformar al país en un hub de manufactura e innovación para la región, aprovechando el nearshoring y la creciente demanda de tecnologías limpias. La electrificación del transporte, el desarrollo de infraestructura de carga y el fomento a la producción local de baterías y componentes serán elementos clave en esta estrategia.

En este contexto, la administración de Sheinbaum puede desempeñar un papel crucial para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible, que no solo contribuya a la protección del medio ambiente, sino también a la generación de empleos y al crecimiento económico. Así, la movilidad eléctrica será un pilar para construir un México más limpio, inclusivo y próspero para todas y todos.


*/ Francisco es un convencido de que el futuro de la movilidad es eléctrico. Lleva más de 10 años trabajando para hacer realidad ese cambio en México y América Latina. Actualmente es presidente de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE) y representa a México en el Charging Interface Initiative e.V. (CharIN), promoviendo estándares de recarga para vehículos eléctricos a nivel mundial.

A lo largo de su carrera, Francisco ha tenido la oportunidad de estar en proyectos que marcaron un antes y un después en la movilidad eléctrica de la región. Ha trabajado con empresas como Grupo Modelo, DHL y BEAT-Tesla, ayudándolas a electrificar sus flotas y a desarrollar redes de carga. También ha pasado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ENGIE Latam y Element Fleet. Hoy es director de movilidad eléctrica para Latinoamérica en Huawei, donde lidera estrategias para llevar soluciones de carga innovadoras a la región.

Más allá de los cargos, a Francisco lo mueve la idea de que todos tengan acceso a un transporte más limpio y eficiente. Por eso, colabora con la Agencia Internacional de Energía (AIE) en un programa que apoya a diferentes países a dar el salto hacia la movilidad eléctrica. Para él, la tecnología no solo debe ser innovadora, sino también inclusiva.

En cuanto a su formación, Francisco es una persona que nunca deja de aprender. Tiene una Maestría en Administración de Empresas por la Universidad de las Américas Puebla y otra en Marketing de Marcas de Lujo por INSEEC en Francia. Además, se ha especializado en Psicología Política en la Universidad de Stanford y en Administración Pública con enfoque en energía en el Tecnológico de Monterrey. Ahora está estudiando Ingeniería en Energías Renovables en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Francisco es alguien a quien le gusta compartir lo que sabe y, sobre todo, escuchar nuevas ideas. Cree que el futuro de la movilidad se construye trabajando juntos, innovando y pensando siempre en cómo beneficiar a las personas y al planeta.


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