Las empresas de exploración y producción de hidrocarburos confían en que el acercamiento del gobierno de México con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) podría promover que se busquen nuevas fórmulas para impulsar el sector y, quizá, retomar las rondas petroleras.
“Todavía no se ha conseguido esa fórmula para que las empresas privadas puedan seguir invirtiendo en México, pero creo que conversaciones como esta pueden comenzar a atraer opciones para que el gobierno y empresas privadas puedan continuar trabajando juntos”, dijo Evelyn Vilches, presidenta de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (AMEXHI).
Al término de una conferencia conjunta ofrecida el día de ayer por el secretario general de la OPEP, Haitham Al-Ghais, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, Vilches consideró que la visita del líder del cártel petrolero ratifica que México se encuentra ahora en una posición privilegiada en el contexto del mercado mundial del petróleo.
“Ratifica la importancia de ser miembro de esa organización, OPEP Plus”, expresó para Energía a Debate la también country manager de Chevron México.
Esta semana, el secretario general de la OPEP se encuentra de visita en México, la que es considerada como la primera que realiza un secretario general de esa organización a nuestro país.
Como parte de ella, se reunió con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y con la titular de la Sener, Nahle García.
En su discurso del jueves de esta semana, Al-Ghais destacó el papel que tiene México en el mercado internacional de petróleo por su producción y por las reservas que posee.
“México es un miembro clave para la OPEP. Ha sido un jugador critico para el mercado de la industria del petróleo”, dijo en una conferencia magistral que ofreció en la sede de la Sener ante funcionarios públicos, representantes de las empresas petroleras que operan en el país y medios de comunicación.
También insistió en que el petróleo continuará teniendo una participación importante en la mezcla energética global en los próximos 30 años, por lo que hizo un llamado a continuar invirtiendo en toda la cadena de valor, desde el llamado upstream, pasando por la refinación, hasta el downstream.
“Esto significa que nosotros tenemos una importante tarea como países productores, incluyendo México, como parte de la industria del gas y del petróleo”, subrayó.
Los apuntes del secretario general de la OPEP se dan en un contexto en el que las empresas privadas del sector que operan en México continúan trabajando en los campos que ganaron durante las tres rondas petroleras que se llevaron a cabo durante la administración anterior.
Sin embargo, el gobierno del presidente López Obrador suspendió este mecanismo.
Al respecto, Alberto de la Fuente, presidente del Consejo de Empresas Globales y country manager de Shell México, expresó su confianza en que el acercamiento entre el gobierno mexicano y la OPEP ayude a mantener una buena relación entre los sectores público y privado, un punto en el que coincidió con Evelyn Vilches.
“Yo creo que nuestra relación con la Secretaría de Energía y con este gobierno ha sido de respeto y de colaboración y esperaríamos que con esta visita continuemos con esa relación que hemos venido trabajando con el gobierno estos últimos cinco años”, comentó con este medio.
“Creo que al escuchar este gobierno esa visión de que el mundo necesita el petróleo de México para el largo plazo es probable que se comience a buscar otras fórmulas”, había dicho previamente la presidenta de AMEXHI.
Por su parte, Carlos Morales Gil, director general y CEO de PetroBal, puso el acento en la cooperación que en su opinión debe haber entre los sectores.
“Es muy importante que las empresas nacionales tengan la capacidad de invertir y generar, que tengan la fortaleza también y creo que el apoyo y la colaboración que puedan tener de las empresas privadas también es muy importante”, dijo a Energía a Debate al término del evento.
En este mismo sentido, el ex director general de Pemex Exploración y Producción refirió que son pocos los países en el mundo que restringen a una sola fuente de inversión el total del desarrollo de la industria de los hidrocarburos.