Este año, los precios internacionales del petróleo se ubicarán en un rango de 50 a 70 dólares por barril de acuerdo con las estimaciones de la calificadora internacional, Moody’s, aunque existen voces que señalan que en el corto plazo el crudo podría alcanzar hasta 100 dólares por barril.
El banco de inversión estadounidense Goldman Sachs todavía no descarta que en los primeros tres meses del año el barril de petróleo pueda alcanzar niveles cercanos a 100 dólares, debido a las restricciones en la demanda y a la crisis energética en Europa y Asia.
En los primeros días del año, los precios internacionales del crudo regresaron a niveles cercanos a 80 dólares por barril, una cifra que no se veía desde noviembre.
Sin embargo, el crecimiento de la oferta y una demanda que no crecerá a ritmos acelerados regresarán en el mediano plazo al petróleo al rango previsto por la calificadora internacional.
“La confianza regresa con el nuevo año y los precios del petróleo han pasado los 80 dólares por barril. La decisión de las naciones productoras de petróleo de mantener su camino de levantar las restricciones al suministro y la apariencia de estrechez del mercado respalda el sentimiento. Vemos que el mercado del petróleo se encuentra en una fase de transición en la que el crecimiento de la producción supera el crecimiento de la demanda, ya que la recuperación posterior a la pandemia en gran medida ha seguido su curso. Vemos vientos en contra para los precios a largo plazo, pero reconocemos que los factores favorables podrían prevalecer en el muy corto plazo”, dice Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Next Generation en el banco privado Julius Baer.
Este martes, el grupo OPEP+, que integra a 23 países productores de petróleo, decidió mantener la hoja de ruta de incrementar la producción de febrero en 400 mil barriles diarios, una estrategia que inició en agosto del año pasado, y que se mantendrá hasta septiembre de 2022.
Las naciones petroleras tuvieron que recortar drásticamente la producción del crudo desde mayo de 2020, debido a la fuerte caída en la demanda por las restricciones sanitarias establecidas para evitar contagios de Covid a nivel mundial.
El desplome en la oferta provocó que en abril de 2020 los precios internacionales del petróleo se ubicaran en niveles negativos por primera vez en la historia.
A partir de ese momento, los países petroleros redujeron su producción para devolver estabilidad al precio del hidrocarburo y desde agosto del año pasado iniciaron un proceso para retomar los niveles de producción previos a la pandemia.
En Europa, el precio del Brent ya superó los 80 dólares por barril, mientras que el WTI se ubica por encima de los 77 dólares, lo que marca niveles que no se veían desde noviembre del año pasado.
El especialista de Julios Baer asegura que el apoyo provino del anuncio de las naciones productoras de petróleo de que continuarán flexibilizando las restricciones de suministro, lo que se interpretó como una muestra de endurecimiento de los mercados. “El fantasma de ómicron y los temores relacionados con la demanda se han desvanecido en gran medida”, dice el experto en mercados.
Sin embargo, hasta el momento no existe un consenso sobre el futuro de los fundamentos del mercado, lo que incluye las previsiones de la propia OPEP o de la Agencia Internacional de Energía.
Julius Baer, por su parte, pronosticó que durante este año habrá un excedente de oferta, debido a que el crecimiento de la oferta supera a la demanda del hidrocarburo.
“En América del Norte y Europa la demanda de petróleo ha vuelto a su velocidad de crucero, es decir, estancada. En China, con el suministro de carbón y la crisis energética habiéndose relajado en buena medida, y el sector inmobiliario bajo presión, parece poco probable que el uso de petróleo aumente mucho”, dice Norbert Rücker.
Por el lado de la oferta, el especialista considera que la perforación de shale en Estados Unidos se mantiene en niveles saludables, a lo que se suma la relajación de las restricciones por parte de la OPEP+, el grupo liderado por Arabia Saudita y Rusia.
“Es probable que el mercado del petróleo se encuentre en una fase de transición en la que el almacenamiento pasa de un endurecimiento a una relajación. Las fuentes de incertidumbre incluyen la pandemia, los continuos contratiempos de la cadena de suministro y especialmente la política petrolera dado el cambio subyacente de los fundamentos. En este contexto, vemos precios más bajos a largo plazo”, dice el banco privado.