El norte del país y zona del Bajío son las regiones del país que más gas natural están demandando, lo que podría ser un indicativo de los puntos hacia donde se estarían dirigiendo las inversiones con la llegada del nearshoring.
De acuerdo con la consulta de demanda actual y futura realizada en la última Temporada Abierta 2023-2024, celebrada el año pasado, los estados que requieren más de este energético son Querétaro, Estado de México, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato y Puebla.
En ella, 25 consumidores –varios de ellos empresas distribuidoras de gas natural– sumaron una demanda por los 309.702.240 gigajoules por día (GJ/d), de los cuales se asignaron 299.533.240 GJ/d, esto es, 96.8 por ciento de lo solicitado.
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Sin embargo, existen otros proyectos de gran consumo, como las terminales de licuefacción de gas natural (GNL), como la de Saguaro Energía, en construcción en Puerto Libertad, Sonora, que requerirá la construcción de un gasoducto que se interconectará en la frontera entre México y Estados Unidos, éste último para transportar el energético desde el yacimiento de gas seco de Permian, sur de Texas.
Actualmente existen por lo menos otros dos proyectos de terminal GNL, como el de Altamira, Tamaulipas, y el de Topolobampo, Sinaloa.
Sin embargo, para Javier Estrada Estrada, socio director de Analítica Energética, S.C., en realidad no hay nuevos proyectos de gasoductos actualmente que indiquen nuevos proyectos industriales o un aumento en la demanda de gas.
“O los permisos no están maduros o no se están otorgando”, expresó.
Recordó que anteriormente los proyectos de gas estaban anclados, o que contaban con demanda segura, en los proyectos de generación eléctrica con tecnología de ciclo combinado promovidos por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Se hizo una capacidad muy grande. Y luego al poco tiempo ya vino la pandemia. Estaban todos estos planes en el Plan Quinquenal”, agregó, en referencia a proyectos de gasoductos anunciados y en distinto proceso de desarrollo entre los años 2014 y 2017, destinados principalmente a alimentar centrales de gas.
Cabe recordar que la empresa TC Energía, por ejemplo, tiene proyectada la ampliación del gasoducto Sur de Texas-Tuxpan hacia el Puerto de Dos Bocas, Tabasco, para alimentar de gas a la refinería Olmeca y de ahí interconectar con el ducto Mayakán, de la empresa ENGIE, y proveer del energético a la Península de Yucatán, concretamente a dos centrales de ciclo combinado que la CFE construiría en la zona. Empero, todas las obras están por el momento detenidas.
Hacia el Sur del país, asimismo, la actual administración se propuso impulsar polos de desarrollo mediante al menos 10 parques industriales en los estados de Veracruz y Campeche que, en conjunto, podrían tener una demanda de 11.3 millones de pies cúbicos diarios de gas.
Para ello, el Plan, como parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, contempla el tendido de un gasoducto que corra desde el Puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, hacia el Puerto de Salina Cruz, Oaxaca, para en un futuro, alimentar una planta de GNL a construirse en este último punto.
“No ha habido nuevos proyectos que puedan anclar y entonces tampoco hay nuevos proyectos de gasoductos”, reiteró Estrada.
El Plan Quinquenal 2020-2024 del Cenace contempla al menos 8 proyectos de gas natural que sumarían inversiones de hasta 1 mil 357 millones de dólares y una capacidad conjunta de 10 mil 376 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd).
Todos, excepto dos, están proyectados a la zona Centro y el Sur-Sureste del país, pero ninguno ha concluido.