Redacción / Energía a Debate
México es uno de los países del G20 con mayor reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a raíz de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, existe el riesgo de que las inversiones públicas, los subsidios en proyectos de fuentes fósiles y otros apoyos a sectores de alta intensidad de carbono reviertan el decrecimiento de emisiones una vez que se reactive la economía.
Se frenó el incremento de emisiones por el Covid, pero este hecho representa una oportunidad para seguir con esa disminución, señaló Jorge Villarreal Padilla, oficial de Iniciativa Climática de México (ICM), durante la presentación del Reporte de la Transparencia Climática hoy por Climate Transparency e ICM.
Por lo pronto, México no se ha unido a otras naciones del G20 que promueven activamente las energías renovables y que incluyen apoyos a las industrias verdes en sus planes de recuperación económica, de acuerdo con la presentación de hoy.
A su vez, Álvaro Umaña, ex ministro de Medio Ambiente de Costa Rica y co-chair de la Iniciativa por la Transparencia Climática, destacó que a México “la falta ambición” en materia de combate al cambio climático. Su acción en la materia es “inconsistente con el Acuerdo de París, por lo que debe retomar las subastas de energía renovable”, recomendó en un video pregrabado.
La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero debido a la desaceleración económica por la pandemia por Covid-19 abre la perspectiva de que los planes de recuperación económica en los países del G20 sean más sustentables y permitan que la reducción de emisiones –ahora temporal– sea sostenida. Pero la mayoría de los planes de recuperación económica del G20 apoyan las industrias altamente emisoras.
“Por ejemplo, 10 países del G20 apoyan a la industria del carbón y gas, 9 países apoyan al sector petróleo y 14 de ellos definieron planes de rescate a la industria de la aviación sin condiciones ambientales”, señaló Jorge Villarreal.
Esto contrasta con el avance de las energías renovables y el transporte de bajas emisiones registrado en 2019 y 2020. Excluyendo a México, Rusia y Arabia Saudita, el resto del G20 incluye en sus planes de recuperación apoyos a las industrias verdes, con baja intensidad de carbono o resiliencia climática.
Este avance es consistente con los compromisos climáticos para alcanzar la neutralidad de carbono a mitad de siglo hechos por la mayoría de los países del G20, incluyendo los grandes emisores como Francia, Reino Unido, Alemania, Unión Europea, China, Sudáfrica, Corea del Sur y Japón, a quienes se les unen recientemente los socios comerciales de México en el T-MEC, Canadá y Estados Unidos, éste último cuando asuma la nueva administración.
Estos compromisos también son consistentes con la disminución constante de las emisiones en el sector energía. Antes de la pandemia, las emisiones del G20 relacionadas con el sector por primera vez disminuyeron en un 0.1% en 2019, contrastando con el aumento registrado en años anteriores (1.9% en 2018 y una tasa promedio anual de 1.4 por ciento entre 2005 y 2017). Las emisiones del sector eléctrico disminuyeron, por ejemplo en un 2 por ciento en el 2019, principalmente por el crecimiento constante –aún en pandemia– de energías renovables en la matriz eléctrica, que se espera cierre en 28 por ciento de la generación eléctrica en el mundo a finales del 2020.
Además del impulso a las energías renovables, las políticas han limitado la penetración del carbón en la generación eléctrica, que disminuyó 2% en 2019. Por ejemplo, Alemania, Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido han establecido objetivos de eliminación del carbón. Brasil, la UE y China tienen políticas para reducir el consumo de carbón. Brasil, Francia y Alemania tienen, además, restricciones para reducir el consumo de petróleo y el gas.
El Reporte señala el contraste de este impulso global con la decisión de México de centrar el plan de recuperación económica y la política energética en fuentes fósiles, comprometiendo el cumplimiento de las Contribución Nacionalmente Determinada y el cumplimiento del Acuerdo de París. Para estar en un escenario compatible con el 1.5°C del Acuerdo, la participación de fuentes fósiles en la oferta de energía primaria global de México tendría que pasar del actual 89 por ciento a 67 por ciento en el 2030 y 33 por ciento en 2050.
Para mantenerse en este escenario, México requiere eliminar de forma progresiva y socialmente justa, la energía generada con en carbón para 2030, lo que se contrapone con los anuncios de compra futura de carbón, la modernización de las centrales carboeléctricas y el proyecto de construcción de una nueva planta. Los planes de recuperación económica en el mundo y la reducción de emisiones por el impacto de la pandemia ofrecen la oportunidad para alinear estos esfuerzos con una acción climática más ambiciosa, como se observa en la mayoría de los países del G20.
También, ofrece un espacio para integrar una agenda regional y fortalecer el marco de transparencia. De acuerdo al Reporte, México tiene la posibilidad de replantear su política energética para poder cumplir su Contribución Nacionalmente Determinada e incluso incrementar la ambición, pues actualmente ésta no se encuentra en trayectoria para el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París.
El Reporte sobre la Transparencia Climática 2020 expone más de 100 indicadores que evalúan el nivel de avance en las políticas y acciones en materia de mitigación, adaptación y financiamiento de las economías del G20 para enfrentar la emergencia climática, así como un análisis a los planes de recuperación económica emprendidas por este grupo de países en el contexto de la pandemia global.