México tendría que duplicar su capacidad de generación eléctrica a partir de fuentes renovables para el 2030 si es que quiere contribuir a los esfuerzos globales para evitar que la temperatura del planeta se incremente más allá de 1.5 grados centígrados promedio.
Aunado a ello, deben cerrarse a la brevedad las plantas de generación con base en combustóleo y carbón, dijo Jorge Villarreal, socio fundador de Iniciativa Climática de México (ICM).
Sin embargo, eso no podría suceder, ya que México ni siquiera alcanzará a cumplir con la meta de 35% de su generación total eléctrica a partir de fuentes renovables.
Actualmente México cuenta con un total de 24,000 megawatts (MW) de capacidad instalada en energía renovable –entre solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica, nuclear y de biomasa–, que equivale a aproximadamente 30% del total de generación nacional.
Duplicar dicha capacidad, como comentó el especialista, significaría que en los próximos nueve años México tendría que agregar otros 24,000 MW para alcanzar aproximadamente los 48,000 MW.
“La generación con energía renovable debe ser mucho más ambiciosa, tiene que haber un cierre, prácticamente a la brevedad, de las plantas de combustóleo que tienen un altísimo impacto en la salud pública, que tienen altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y que, en ese sentido, el combustóleo (ni el carbón) en nuestro país no tiene cabida en un escenario de cambio climático”, comentó el director de Política Climática en la organización no gubernamental.
Al platicar con Energía a Debate sobre la participación de México de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) próxima a celebrarse en la ciudad de Glasgow, Escocia, del 31 de octubre al 12 de noviembre, Jorge Villarreal coincidió con otros especialistas que advierten que los índices de Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) del país para evitar que la temperatura global suba más de 1.5 grados centígrados promedio son insuficientes.
Explicó que los acuerdos internacionales establecieron una meta de reducción anual de entre 20 y 24 gigatoneladas de bióxido de carbono equivalente (Gton/CO2e) al 2030, adicionales a los compromisos ya establecidos en el Acuerdo de París.
“En México no estamos evidentemente en la trayectoria para un esfuerzo equitativo que nos permita colocar nuestro nivel de acción climática en esos niveles de la trayectoria del 1.5”, señaló Villarreal.
De hecho, el escenario mundial tampoco es favorable, especialmente como consecuencia de la pandemia por el COVID-19. A principios de julio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que la contingencia por el coronavirus complica aún más alcanzar las metas fijadas para el 2030.
En su informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sustentable de este año, la ONU enfatizó que, a pesar de la contracción económica durante 2020, las concentraciones de los GEI siguieron subiendo y el aumento de la temperatura ya se acerca a los límites pactados en el Acuerdo de París.
En México, una semana después, la Secretaría de Energía (Sener) a cargo de Rocío Nahle García, igualmente reconoció que el país quedará por debajo de la meta de 35% de generación limpia para 2024, compromiso nacional en el Acuerdo.
Según el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2021 – 2035, publicado por la Sener, en todo caso el porcentaje de generación limpia llegará al 31% para la fecha establecida.
Sin embargo, Jorge Villarreal destacó que el sector en donde México debe reducir más emisiones de GEI es el de trasporte, sobre todo porque las medidas a implementar tienen una gran oportunidad costo-efectiva y no representan ningún gasto para el país.
Concretamente se refiere a la Norma Oficial Mexicana NOM-163-SEMARNAT-ENER-SCFI-2013, “Emisiones de bióxido de carbono (CO2) provenientes del escape y su equivalencia en términos de rendimiento de combustible, aplicable a vehículos automotores nuevos de peso bruto vehicular de hasta 3,857 kilogramos”, la cual está en revisión.
De acuerdo con Villarreal, dicha NOM es importante no solo por la revisión a la que está sujeta, sino que debe ser mucho más ambiciosa en la limitación de las emisiones de CO2 y otros gases.
“Es imperante que no solamente se publique la nueva norma de límite de emisiones de CO2 a las flotas nuevas, sino que también esa nueva norma que se publique sea lo más ambiciosa posible”, subrayó.
Recordó que los compromisos de México establecen una reducción de GEI en 22%, que significa aproximadamente unos 250 millones de toneladas anuales al 2030, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
“Si queremos estar en una línea de reducciones de 1.5 grados centígrados, tenemos que estar cortando prácticamente la mitad, es decir, que nuestras reducciones tendrán que ser por ahí de los 400 o 450 millones de toneladas anuales”, estimó el especialista.
En ello, resultan importantes los vehículos eléctricos. “En el sector transporte tenemos los incentivos para la penetración de los vehículos eléctricos para el transporte público masivo eléctrico, eso es una necesidad imperante”, dijo.
“No puede haber metrópolis sin que tenga su sistema de transporte público masivo conectado, seguro, digno, eficiente, pero eléctrico en la mayor medida posible porque eso también va a reducir emisiones”, asentó.
Propuestas
De acara a la COP26, Jorge Villarreal manifestó su esperanza de que México evalúe considerar reducciones de largo plazo, esto en dos sentidos:
1.- Incrementar la meta de largo plazo, eventualmente incluso con el compromiso de una neutralidad de carbono al 2050, o algunos años más allá, como lo han hecho economías similares a la de México, como la brasileña, Sudáfrica, Colombia o Corea del Sur.
2.- Un esfuerzo colectivo como nación, conjunto con sociedad civil, gobierno y sector empresarial. “Yo creo que podemos garantizar la implementación efectiva de la NDC, yo creo que ahí hay un potencial importante en el sector transporte con participación activa de los gobiernos subnacionales, con la Normas de Eficiencia Vehicular que urgen que sean no solamente actualizadas, sino que sean muy ambiciosas en su alcance para evitar las emisiones”.
En este último punto, referente a la NOM-163, Villarreal fue enfático: “Muy ambiciosas normas de eficiencia vehicular, que necesitamos para no desaprovechar la oportunidad histórica que tenemos en la COP26, para garantizar una implementación efectiva de la acción climática”.