Hace una semana decíamos en este espacio que uno de los que parecen ganadores de la incertidumbre generada por el gobierno sobre las inversiones son las baterías y en general el almacenamiento de energía eléctrica, sobre todo en proyectos de pequeña escala, de la mano de generación distribuida.
Pero, cuidado, de la mano de la posible popularización de las baterías hay riesgos y complicaciones. Ahí van algunos.
¿Recuerda usted el escándalo de los teléfonos celulares que estallaban al estar cargándose? Pues era por la mala calidad de las baterías. En algunos casos, las baterías de litio, cuando se mantienen por encima de su carga regular, pueden explotar y es lo que pasaba con esos teléfonos.
La gran mayoría de los instaladores conoce de las condiciones de instalación y operación de paneles solares, pero no hay normativa y, en general, hay poco conocimiento sobre la operación de las baterías.
“El asunto es que el almacenamiento no está regulado en México, ni a pequeña ni a gran escala”.
El problema es que el mercado mexicano se ha ido decantando por costos. Si bien esto es bueno porque ha presionado el costo de las instalaciones hacia abajo, en muchos casos ha sacrificado la calidad y seguridad de las instalaciones.
El control del almacenamiento debe ser inteligente y buscar tres cosas: primero, mantener las baterías seguras y, al mismo tiempo, operativas; segundo, el control debe estar programado para satisfacer las necesidades del usuario a la vez que permita el mayor tiempo de vida de las baterías, y tercero, debe ser compatible con la operación de la red, esto es, saber incluso cuándo es necesario desconectarse.
El almacenamiento también puede ofrecer servicios a la red, estabilidad y mantiene la calidad de la energía en la red local, para lo cual debe tener un control adecuado. En ese sentido, se puede volver un agente solucionador de las variaciones que en algunas circunstancias causa la generación distribuida.
Entonces cabe la pregunta, ¿cómo va la regulación del almacenamiento en México?
Pues debemos empezar en que el almacenamiento de energía eléctrica no está considerado en la ley vigente.
¿Por qué? Porque cuando se hizo la ley no se veía la entrada en funcionamiento del almacenamiento eléctrico de forma masiva, sino que solo era un elemento auxiliar que permitía electrificar hogares en zonas alejadas, junto con paneles solares. Si bien el alto costo era viable, solamente lo era en comparación con tendidos de la red de alto costo. Pero la entrada de generadores variables en pequeña y gran escala incrementó los espacios de uso del almacenamiento con dispositivos inteligentes.
¿Es problema que el almacenamiento no esté en la ley?
No, porque la Ley de la Industria Eléctrica no es una camisa de fuerza, sino un marco legal general, abierto a las oportunidades.
Entonces, el regulador debe crear el concepto y, por tanto, regularlo.
¿Cómo iba?
La Comisión Reguladora de Energía había enviado lo primero necesario para regular el almacenamiento: definirlo, eso a inicios de 2019. Pero esa definición, junto con otros acuerdos de la propia CRE, fue frenada mediante un oficio de la Sener (sin que tenga facultades para ello), se mantuvo en una rara congeladora (no hay algún antecedente parecido a esto en el Diario Oficial de la Federación) y luego retirado por la propia CRE (de nuevo, sin que haya algún antecedente de este tipo).
La única mención que hay sobre almacenamiento son las Disposiciones administrativas de carácter general en materia de generación distribuida, que dicen que no se le considerará capacidad como generación adicional, pero no hay algo más allá.
El asunto es que el almacenamiento no está regulado en México, ni a pequeña ni a gran escala.
De hecho Estados Unidos está batallando con el asunto y pretende cubrirlo mediante la inclusión en el desarrollo de la norma UL 9540, con lo que espera tener baterías de calidad y seguras.
Esperemos que en México la CRE retome el camino de la regulación que abandonó al inicio de este gobierno, pues de lo contrario, muchos temas como este causarán un retraso de más de un lustro para el país.