Establecer una tarifa eléctrica única creará una “burbuja financiera” que perjudicará a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que no podrá recuperar sus costos, consideraron analistas y participantes de la industria.
La única respuesta real para tener tarifas eléctricas bajas para todos es a través de las energías renovables por sus bajos costos de generación, ya que su instalación beneficia a los precios en el mercado eléctrico y se han posicionado como una opción viable que beneficia tanto a productores de energía como a la sociedad mexicana al reducir el precio que pagamos por la electricidad, argumentaron.
Desde octubre pasado, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha insistido en que en su gobierno se establecerá una tarifa eléctrica universal en todo el país, bajo el argumento de que este servicio será así accesible a todos los mexicanos.
Manuel Bartlett Díaz, director general de la CFE, reiteró este compromiso durante su comparecencia en la Cámara de Senadores a finales del mismo mes.
En ella, el directivo aseguró que esta medida, como parte de la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica que presentó el Ejecutivo a finales de septiembre, tiene como objetivo, entre otros, que las empresas ya no busquen las zonas del país en donde la tarifa es más baja para instalarse, dejando otras sin desarrollo e inversión.
Actualmente la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) establecen la metodología para fijar las tarifas vigentes, las cuales consideran más o menos diversos factores de la cadena de valor del servicio eléctrico, climáticos, de horario, temporalidad e inflacionarios.
Los de la cadena de valor incluyen los costos del combustible para generar, según sea el caso; más los costos de transmisión, distribución, comercialización, servicios conexos, del operador del sistema y, también en su caso, los Certificados de Energía Limpia (CEL).
Los factores ambientales cuentan de igual forma, ya que en las zonas del país con clima extremoso las personas consumen más energía para atemperar el calor o, por el contrario, para calentar en época de fríos.
Lo mismo considera las subidas de la demanda estacional, normalmente en verano, y los “picos” durante al día.
Sin embargo, en diciembre de 2018, a menos de un mes de haber tomado posesión del cargo, la nueva administración modificó los criterios para la determinación de las tarifas, de manera que quedaron indexadas a la inflación, lo que hizo que los factores anteriormente expuestos ya no estén claramente reflejados en los componentes.
A esto hay que agregar, además, que el gobierno está destinando anualmente por arriba de los 70,000 millones de pesos para subsidio eléctrico.
De acuerdo con el gobierno federal, la contrarreforma tiene por objetivo que los mexicanos paguen lo justo por la electricidad. Una de las medidas para lograrlo es justamente que se establezca una tarifa única para las empresas que se encuentran bajo el esquema de autoabasto, una figura contemplada en la Ley de la Industria Eléctrica pero en la que el presidente López Obrador ha centrado algunos comentarios hostiles.
Según el consejero de la CFE, Héctor Sánchez, se quitará el “privilegio” a 77,500 empresas que hoy pagan menos en precio comercial y tarifa industrial. Esto, aunque es posible, tiene repercusiones que la CFE no está contemplando, o que no quiere contemplar.
Por ejemplo, no sería justo que una empresa que se encuentra en el norte del país pague lo mismo que otra ubicada en el sur, instalada al lado de una planta de energía de generación eléctrica.
Asimismo, dependiendo de la nueva metodología que CFE establezca, las tarifas de las empresas podrían aumentar hasta en un 300%. Esto repercutirá directamente en los bolsillos de los mexicanos, ya que el incremento se reflejará en un incremento en los servicios o productos que las empresas comercialicen, han coincidido algunas empresas consultadas.
Incluso en la misma región, los costos de generación pueden estar disparados por los factores arriba comentados.
A este respecto, Eleazar Castro, consultor independiente especializado en el sector eléctrico, refirió que en la Península de Baja California, las dos entidades que la conforman tienen sistemas eléctricos con realidades y costos de generación muy diferentes.
“(El estado de) Baja California tiene sus llegadas de gas natural, tiene geotermia, tiene eólica, algunas solares y tiene conexión con el sistema de California donde hay exportación e importación de energía”, refirió. “De los últimos diez años, es el sistema con la electricidad más barata de todas. El promedio está de los 400-500 pesos la generación”, destacó.
Por el contrario, en Baja California Sur, el precio promedio está entre los 2,500 y 3,000 pesos el kilowatt-hora (kWh); esto es, cinco o seis veces más que su vecino del norte, ya que solo tiene combustóleo, diesel y algo de solar.
Por ello cuestionó: “¿Cómo le hacemos con estos altos costos de generar (para que) yo pueda respetar la tarifa única?” En todo caso, la solución que vislumbró fue el subsidio.
Al platicar con Energía a Debate, Castro expresó que la tarifa eléctrica única no es sostenible y coincidió en que representará una carga a las finanzas o de la CFE, o del país, además de que desincentivará la instalación de nuevas tecnologías más eficientes y ambientalmente más limpias, justamente en las zonas en donde la tarifa eléctrica es actualmente más cara.
“No creo que sea una solución sostenibles porque, sí o sí, tendrías que recurrir a subsidios, o a cobrar mucho más cara la electricidad en algunos lugares para compensar donde es caro”, señaló. “Puede ser que desincentives tecnologías nuevas que te ayuden realmente a desplazar generación cara y meter generación más barata”.
A nivel residencial las cosas tampoco se prevén mejores. No ha quedado claro cuál será la metodología o los criterios que considerará el gobierno para el cálculo de la tarifa única: si todas se ajustarán a las actuales más altas, a las más bajas, o se hará un promedio. En todo caso, todas deberán estar “por debajo de la inflación”, según prometió López Obrador.
“Cuando haces un promedio, unos quedan por arriba y otros quedan por abajo. Quienes queden por arriba son los que corren el riesgo que deben consumir menos de lo que consumen actualmente para no generar el salto (a la tarifa de Alto Consumo, o DAC)”, previó el analista del sector.
Otro riesgo es que en las zonas donde no hay necesidad de electricidad, en mayor volumen va a ser más barata, entonces los usuarios no tendrían el incentivo de moderar el consumo; es decir, el “castigo” de que el precio sube considerablemente conforme se gastan más kilowatts.