Planeación inadecuada, ejercicio inadecuado de los recursos públicos y opacidad han caracterizado la construcción de la nueva refinería “Olmeca”, consideró este miércoles el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“El desarrollo del proyecto de Dos Bocas se ha caracterizado por la falta de planeación y opacidad: no cuenta con un análisis de costo-beneficio, las obras se iniciaron sin una manifestación de impacto ambiental, no se valoraron alternativas más eficientes para incrementar la producción de petrolíferos en el país. Además, no se conocen los verdaderos costos del proyecto”, aseguró el Instituto a cargo de Valeria Moy en un comunicado emitido esta tarde.
Recordó que una obra pública con un valor superior a los 500 millones de pesos debe contar con un análisis de costo-beneficio, a partir del cual se determine si sus beneficios sociales son mayores que sus costos. “En el caso de la refinería de Dos Bocas, dicho análisis nunca se llevó a cabo. Es decir, no se valoró antes de iniciar su construcción si los beneficios y ganancias estimados durante toda la vida útil del proyecto serían mayores o iguales a sus costos”, criticó el Instituto.
Como consecuencia de la mala planeación del proyecto, agregó, la construcción de la refinería ha enfrentado sobrecostos y recordó que la inversión prevista fue de alrededor de 160 mil millones de pesos (mmdp), u 8 mil millones de dólares (mmdd).
Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha reconocido un sobrecosto de entre 3 y 4 mmdd: “entre 38% y 50% más que lo estipulado en el presupuesto original. El monto final podría ser incluso más elevado”.
Asimismo, las aportaciones patrimoniales para esta obra han representado más de 30% de los recursos que ha canalizado el gobierno federal a la Secretaría de Energía (Sener) en el periodo 2019-2022, lo que significa que mucho de los recursos para esa refinería no es por parte de Pemex.
“Este es un costo que no ha asumido Pemex como Empresa Productiva del Estado, sino los mexicanos en general, al tratarse de recursos provenientes en su mayoría de aportaciones patrimoniales del Gobierno Federal a la empresa con cargo al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)”, dijo el Instituto.
“Entre enero de 2019 y marzo de 2022 el Gobierno Federal, vía la Secretaría de Energía (Sener), apoyó a Pemex con 552.7 mmdp por concepto de aportaciones patrimoniales, de los cuales 175.8 mmdp (31.8%) se han destinado a la construcción de la refinería de Dos Bocas”, expuso.
El IMCO también destacó que el proyecto de la refinería, una de las tres obras emblema de la actual administración, está siendo desarrollada por PTI Infraestructura de Desarrollo, una empresa filial de Pemex.
“Por su naturaleza jurídica no tiene las mismas obligaciones de transparencia que las empresas subsidiarias o el corporativo, por lo que no hay información suficiente sobre el proyecto en el Presupuesto de Egresos de la Federación o en la Cuenta Pública”, lamentó el IMCO.
Como resultado de un análisis de la obra y su desarrollo, el think-tank y centro de estudio de políticas públicas señaló que la construcción de la también llamada refinería de Dos Bocas evidencia las deficiencias estructurales en la construcción de infraestructura en México.
“Más allá del incumplimiento del calendario de inversión del proyecto, de sus sobrecostos y de la marcada opacidad que lo ha caracterizado, evidencia de las deficiencias estructurales en la construcción de infraestructura en el país”, asentó.
En su comunicado, el Instituto también cuestionó la viabilidad del proyecto una vez entrado en operación, en un contexto mundial en donde la demanda de productos refinados del petróleo va a la baja, en línea con los planes de descarbonización de las economías.
“Las inversiones en refinerías en Europa y Estados Unidos estarán centradas en proyectos de biocombustibles y descarbonización. El mercado no va a desaparecer, pero los jugadores exitosos serán quienes se adapten a las nuevas circunstancias de forma eficiente”, refirió.
De igual forma, apuntó que en el futuro previsible habrá demanda de productos derivados de los hidrocarburos, pero las necesidades evolucionan y los usos serán distintos, por ello, citó datos de la analítica IHS Markit, que estima que en 2050 la demanda mundial de productos refinados no rebasará los 75 millones de barriles diarios (MMdb).
“Actualmente la capacidad instalada global asciende a 105.6 MMbd. Las empresas refinadoras enfrentan el desafío de adaptarse a este nuevo entorno. IHS Markit estima que los refinadores globales invertirán 150 mmdd en medidas de descarbonización durante las próximas tres décadas”, expuso el Instituto.
Con respecto a la refinación en México, el IMCO indicó que Pemex Transformación Industrial (PTRI) ha reportado pérdidas acumuladas por 1.28 billones de pesos entre 2011 y 2021, un promedio de 116.7 mil millones de pesos (mmdp) de pérdidas anuales.
“Solo en este último año, PTRI reportó una pérdida de 219.8 mmdp. Además, fue la única subsidiaria que reportó pérdidas brutas; es decir, que los ingresos que obtuvo por la venta de petrolíferos (gasolinas, diesel, combustóleo, entre otros) fueron menores que el costo de los insumos que requirió para su elaboración”, aseguró.
Por ello, previó que, si se consideran las pérdidas que presenta actualmente PTRI debido a deficiencias operativas y a las condiciones del mercado de combustibles, la entrada en operación de la refinería “Olmeca” probablemente se traducirá en mayores pérdidas para esta subsidiaria, lo cual agravará aún más la situación financiera de Pemex.
Propuestas
En este contexto, el IMCO presentó cuatro propuestas para que Pemex transite hacia la descarbonización en el largo plazo.
- Enfocar la inversión de Pemex en actividades de exploración y extracción de hidrocarburos. Pemex debe orientar sus inversiones a aquellas actividades más rentables dentro de la cadena de valor de los hidrocarburos, como las actividades de exploración y extracción (aguas arriba o upstream). Dedicarse a otras actividades (particularmente refinación y petroquímica –aguas abajo o downstream–) distrae recursos de inversiones más rentables y apremiantes que le permitirían a Pemex incrementar su producción de hidrocarburos y sus tasas de restitución de reservas.
- Invertir mayores recursos en la electrificación del transporte público y privado que reduzca el uso de combustibles fósiles en el país.
- Completar la rehabilitación de las seis refinerías existentes y equiparlas para producir derivados de mayor valor agregado. Al cierre de 2021, por primera vez Pemex produjo más combustóleo (244 Mbd) que gasolinas (226 Mbd). Completar los proyectos de coquizadoras en las refinerías de Tula y Salina Cruz ayudarían a la empresa a procesar este combustible.
- Desarrollar una estrategia de transición energética para el SNR. La empresa debe estar preparada para enfrentar este cambio estructural con una visión de largo plazo. El éxito de PTRI dependerá de su habilidad para adaptarse a un mercado de petrolíferos más reducido y capacidad de explorar otros mercados como la petroquímica.