Las inversiones pública y privada en el país han caído durante la presente administración federal y la mayor parte del dinero público se destina hacia la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), situación que, de seguir así, impedirá capitalizar la Inversión Extranjera Directa (IED).
De 2018 a 2021, la inversión total en el país descendió de 22 por ciento con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), a 18.9 por ciento. La inversión pública lo hizo de 3 a 2.7 puntos, pero la privada cayó de 19 a 16.2 puntos porcentuales, expuso Ricardo Haneine Haua, socio de la firma de consultoría Kearney.
En su presentación de los resultados del Índice Global de Confianza de Inversión Extranjera Directa 2023, destacó que, desde la entrada de la presente administración federal, el país salió de la lista de las 25 naciones más atractivas para la inversión foránea.
Explicó que en 2019, los inversionistas estuvieron a la expectativa de hacia dónde se dirigiría el país en los temas de las reformas estructurales, incluida la energética, pero la cancelación de las subastas eléctricas y la incertidumbre jurídica han provocado la reducción de sus inversiones.
“Hemos estado fuera de los 25 por esos factores. Aun con el potencial de México, salimos de los 25”, subrayó Haneine.
Refirió que en 2022, la inversión pública ascendió a los 39 mil 259 millones de dólares, equivalente al 2.9 por ciento del PIB nacional. De ese monto, más de la mitad se asignó únicamente a Pemex, con 56.4 por ciento; esto es, unos 22 mil 142 millones de dólares.
En segundo lugar se encuentra la energía en general con 20.6 por ciento (8 mil 87.3 millones).
Por su parte, la inversión privada comprometida para infraestructura para el mismo año fue de 42 mil 951 millones de dólares, 9.4 por ciento mayor que la pública, representando 3.3 puntos del PIB.
De ese monto, 17.3 por ciento se destinó a energía, es decir, unos 7 mil 430.5 millones de dólares.
“Pero con este ritmo de inversión no vamos a poder lograr esos ritmos de crecimiento”, consideró el ponente.
(Fuente: Kearney)
Insistió en que México ha limitado su atractivo potencial para los inversionistas debido a la falta de claridad en el manejo del sector energético.
Recordó las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica de 2021 que dan una posición muy relevante a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mercado, relegando a los generadores privados, además del freno a la participación de inversión en energías renovables, aun cuando había contratos establecidos.
“El Mercado Mayorista de energía eléctrica ya desapareció”, lamentó. “Se asigna primero la energía de la Comisión, sus costos son más altos, no ha habido esas nuevas inversiones, lo que ya se había comprometido probablemente. Hay mucha incertidumbre”, advirtió Haneine.
Con este modelo, además, el precio de los energéticos en el país ha aumentado, además de que se ha reducido el avance de las energías renovables, con el impacto consecuente en el medio ambiente.
El estudio de Kearney encontró que la CFE gasta por lo menos 40 por ciento más que sus rivales privados por kilowatt-hora (kWh), de manera que podría no tener la capacidad para producir la energía requerida en México.
Así, de 2018 a 2021, los precios de la electricidad de la Comisión se dispararon de casi 1.5 pesos por kWh, a más de 2 pesos, mientras que los precios en el Mercado Eléctrico Mayorista han oscilado siempre por debajo de los costos de la empresa estatal, cerrando el mismo año en menos de 1.5 pesos por kWh.
México invierte en infraestructura no productiva
Durante su exposición, Ricardo Haneine subrayó que el actual gobierno ha reducido las inversiones públicas y promovido la baja de las inversiones privadas, además de que se está priorizando lo que el especialista llamó “infraestructura no productiva”, como el Tren Maya que se construye en la Península de Yucatán, y el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, en el Estado de México.
“México, a lo largo de la actual administración, ha reducido los niveles de inversión y, a la vez, ha priorizado inversiones de infraestructura que no impulsa la capacidad productiva”, aseguró,
En su opinión, la única inversión con visión a largo plazo es la del Corredor Transístmico. “Esa eventualmente va a desarrollar capacidad productiva. Todas las demás no generan capacidad productiva”, reiteró.
Por ello se pronunció porque el país redirija sus esfuerzos hacia infraestructura productiva, con lo que mandará señales de confianza a los inversionistas.
Sale México del ranking de mejor destino para la IED
La firma Kearney reveló en su Índice que, desde la administración del ex presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), México ha ocupado casi todos los puestos dentro de los 25 países más atractivos para la inversión externa directa.
En su medición, consideró tres indicadores, que son el crecimiento del PIB; el índice Gini, que mide el nivel de desigualdad, y el IED promedio anual.
Respecto al primero rubro, crecimiento del PIB, las administraciones de Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto registraron alrededor de 2 por ciento, pero la del presidente Andrés Manuel López Obrador cayó a menos 0.1 por ciento.
En el índice Gini tampoco los números favorecen al gobierno en curso. Desde Fox había una cierta tendencia a la baja, de 0.51 a 0.44 (1 es más desigualdad, 0 es desigualdad nula), pero con el presidente López Obrador volvió a subir a 0.45.
Y el promedio anual de la IED revirtió su tendencia a la baja. Todo ello provocó que el país saliera de los 25.
(Fuente: Kearney)
Entre las conclusiones de Kearney, Haneine enlistó que México, aun cuando sigue sin figurar por los últimos 4 años en el Índice Global, muestra “un claro atractivo para los inversionistas norteamericanos, así como los asiáticos y europeos principalmente en sectores de manufactura”.
Por ello, el potencial de crecimiento de México está en profundizando sus sectores tradicionales donde tiene un posicionamiento muy sólido, como el automotriz, el eléctrico-electrónico y el metálico, pero puede participar “proactivamente” en los sectores relacionados a las nuevas tendencias de sustentabilidad, como la electrificación en vehículos eléctricos, autopartes eléctricas y baterías, y como participante principal y/o complementando las cadenas de valor de Estados Unidos.
También destacó que el gran reto de México para aprovechar su potencial para atraer inversiones es retomar la dinámica de inversión a niveles superiores a 22 por ciento del PIB, con infraestructura relacionada a la capacidad productiva, sobre todo, de los distintos modos de transporte, agua, energía eléctricas limpias y renovables, entre otros.
Ricardo Haneine igualmente hizo énfasis en la importancia de la educación y capacitación, como elementos para detonar el desarrollo del país.