Actualmente el término ecofriendly se ha convertido en una palabra usada constantemente por muchas industrias y organizaciones; sin embargo, este concepto tiene que ir más allá para transformarse. La sociedad y, en particular, los jóvenes exigen cada vez más a las empresas que asuman su responsabilidad social respecto al medio ambiente, pues proteger al planeta se ha convertido en una prioridad y acción de autocuidado para salvaguardar nuestro futuro.
En ese contexto, las compañías, sin importar a cuál sector pertenecen, tienen un papel crucial en la promoción de la conciencia ambiental, pues deben asumir la responsabilidad de adoptar medidas claras que contribuyan a los Objetivos de la Agenda 2030. Esto incluye la transición hacia el uso de energías limpias como parte integral de sus procesos; minimizar la generación de residuos sólidos al fomentar la reutilización y reciclaje en sus operaciones, utilizar el agua de manera eficiente, incentivar la conservación de este recurso, transicionar hacia una movilidad más sostenible con la promoción de vehículos de bajas emisiones, e impulsar a las nuevas generaciones a adoptar estas formas para cuidar de nuestro planeta.
Para que una empresa se gane la confianza de las personas y prospere, es necesario que esta tenga una Responsabilidad Social Corporativa (RSC) fuerte, pues el compromiso con la sostenibilidad va más allá de lo económico. Las empresas necesitan tomar acciones para fomentar y contribuir a la reducción de las emisiones de carbono, puesto que son de suma relevancia para mitigar el cambio climático y proteger a nuestro planeta.
“Para que una empresa se gane la confianza de las personas y prospere, es necesario que esta tenga una Responsabilidad Social Corporativa (RSC) fuerte”.
Siguiendo esta línea, desde hace 15 años de la llegada de Enel a México buscamos que cada uno de nuestros proyectos medioambientales impacte de manera positiva en la vida de todos nuestros stakeholders. Un ejemplo de cómo lo llevamos a cabo, esla colaboración que tenemos con la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), particularmente con el Laboratorio de Biología de la Conservación y Desarrollo Sostenible para la Conservación de la Biodiversidad, compuesto por ornitólogos, ecólogos, herpetólogos, botánicos y biólogos certificados, con el que hemos aplicado rigurosamente una metodología científica que nos ayuda a investigar complejas interacciones entre los parques de energía renovable y la biodiversidad local.
Los estados en los que se han centrado estas investigaciones son: Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, en dondeel equipo medioambiental de Enel y la coordinación del Dr. Antonio Guzmán Velasco, investigador de la UANL, han sumado esfuerzos para evaluar el impacto de la compañía en la biodiversidad local, trabajar en el desarrollo de estrategias de mitigación efectivas, comprender la flora y fauna de las zonas, y analizar sobre cómo la energía fotovoltaica afecta a la biodiversidad local y cómo se pueden aplicar medidas de conservación.
Cabe destacar que los ingresos económicos generados por estos servicios se reinvierten en la facultad y en sus estudiantes. Estos fondos se destinan a becas para el alumnado, mejoras en los laboratorios, adquisición de equipos de última generación, financiamiento de investigaciones, publicaciones científicas y la asistencia a congresos académicos.
Esta colaboración entre la UANL y Enel Green Power México no solo contribuye a la comprensión de la biodiversidad en el contexto de la energía renovable, sino que también impulsa el crecimiento académico y económico en la región, con el objetivo de que las nuevas generaciones se interesen en temas de conciencia ambiental y cuidado del planeta.
Otro de nuestros casos de éxito que además ejemplifican cómo cuidamos tanto el medio ambiente como a las comunidades, es el proyecto operado en el parque eólico “Dolores” de 244 MW ubicado en el municipio de China en Nuevo León, con la capacidad de producir 850 GW/h que representa la electrificación de más de 645,000 hogares mexicanos. En éste, generamos otro proyecto en colaboración con la UANL, en el cual se evalúa el impacto respecto a la biodiversidad local que, al desarrollar estrategias de mitigación efectivas, visibiliza el compromiso con la flora y fauna del estado, por lo que la sostenibilidad va más allá de la generación de energía limpia.
En un mundo donde los desafíos ambientales son cada vez más evidentes, el compromiso de las empresas con el medio ambiente se convierte en una demostración de visión y responsabilidad. Es necesario estar atentos a las necesidades de cada comunidad ya que, en un mundo globalizado, en ocasiones olvidamos que cosas básicas, como el acceso al agua y a la luz, no están disponibles para todos. Está en nuestras manos apoyar acciones que tengan al planeta y a la sociedad como prioridad y trabajar de la mano con las organizaciones para impulsarlas.
Juntos podemos forjar un futuro en el que la prosperidad humana se entrelace armoniosamente con la preservación de nuestro entorno. Cada elección que hacemos y cada acción que emprendemos cuentan en esta misión compartida.
*/Teresa Mijangos, especialista de Medio Ambiente en Enel México.
Linkedin: Teresa Mijangos
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