A pesar de que ya hubo sanciones contra Pemex por regalar petróleo a Cuba, en Palacio Nacional no importan los regaños, sanciones ni las relaciones bilaterales.
El gobierno mexicano sigue mandando petróleo al gobierno de Miguel Díaz-Canel.
La gestión de AMLO sigue bateando para dos bandos totalmente contrarios, el problema no es ese, sino cuándo se revienta la liga. Advertencias sobran, esperemos que el problema quede ahí.
A la retaguardia
Al Estado no le interesan las renovables. Lo han dejado de manifiesto en la política energética y en el bloqueo a las empresas que quieren acelerar este modelo en el país.
La falta de compromiso es tal que México, pese a estar entre la élite de los países y pertenecer a la OCDE, conocida como “el club de los países ricos” y al G-20, es el único participante de estos dos grupos, que no ha puesto fecha para alcanzar la neutralidad en carbono.
Incluso Arabia, que es un país netamente petrolero, tiene metas muy claras para compensar al 100 por ciento sus emisiones de CO2.
A finales de este mes, se realiza la COP28, la pregunta es ¿para qué asiste México a esa cumbre si, al menos el gobierno, no tiene la menor intención de comprometerse a combatir el cambio climático?
Descuido
AMLO ha presumido hasta el cansancio los presuntos ahorros a partir del combate al huachicol.
Pero parece que se le olvidó que el crimen organizado no nada más se roba la gasolina, también asalta el gas LP.
Y hay resultados bastante alarmantes en la industria que rebasan 70 mil millones de pesos en el sexenio.
En cuanto a tomas clandestinas, este delito ha realizado entre 200 y 250 mil perforaciones en el mismo lapso, aseguró la AMEXGAS.
Total: a este gobierno no le salen las cosas contra el huachicoleo y ahora tiene que lidiar con el huachigas.