(Foto: Fundación Carlos Slim)
Organizaciones sociales y grupos ambientalistas piden al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo que los proyectos de infraestructura se realicen con transparencia en la información y se rindan cuentas de ellos, además de que se respete la normatividad en materia ambiental.
En este sentido, la Sociedad Ocean Futures reiteró su petición ante el inicio de la nueva administración federal para que en las obras, como el Tren Maya, que ya está operando, o la terminal de gas natural licuado (GNL) Saguaro Energía, en Puerto Libertad, Sonora, se realicen los estudios de ley, como las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA), de factibilidad y otros, y que se publiquen con el fin de que la ciudadanía los pueda conocer.
“Que el gobierno federal, que tiene su organización del medio ambiente –en referencia a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales–, haga y que publique cuáles son los estudios, qué ha pasado y qué va a pasar [con estos proyectos]”, dijo Rubén D. Arvizu, director general para América Latina de la Sociedad Ocean Futures, que dirige globalmente Jean-Michel Cousteau, hijo del célebre ambientalista y oceanógrafo francés, Jacques Cousteau.
En entrevista con Energía a Debate, Arvizu refirió que han buscado a la ahora presidenta de la República para exponer sus preocupaciones sobre los impactos negativos que han tenido estas dos obras en los ecosistemas de sus respectivas zonas, causando daños que incluso llegan a ser irreparables.
El pasado 27 de septiembre, la Sociedad remitió un oficio a Sheinbaum en donde le comenta que el grupo ambientalista BALLENASoGAS ha alertado que la planta de licuefacción de GNL Saguaro Energía promoverá el tránsito de buques tanque en el Golfo de California, afectando el hábitat de las ballenas, delfines, vaquitas marinas y otras especies, además del impacto a las comunidades costeras.
La terminal es propiedad de la empresa Saguaro Energía, filial para este proyecto de la empresa norteamericana Mexico Pacific. Se trata de una planta de recepción de gas natural vía ducto, almacenamiento, licuefacción y exportación del energético en forma de GNL a través de buques tanque, con destino principalmente a los mercados de Asia.
Con una capacidad máxima de 15 millones de toneladas anuales, en cuatro trenes, está previsto que la terminal comience operaciones en 2028.
“Las ballenas se mueven bajo el agua por sonidos. Tienen comunicación subacuática. Todos los animales están relacionados con la sanidad de esas aguas”, explicó Rubén Arvizu.
Advirtió que entre los riesgos del tránsito de los buques en la zona se encuentra que estos navíos por accidente golpeen a las ballenas.
“Un buque es 15 ballenas de largo. Llevan millones de litros de gas”, expresó.
Una ballena gris, una de las especies que hay en la zona, mide entre 11 y 15 metros de largo, contra los 300 metros de un buque tanque de GNL promedio.
Del mismo modo, la presencia de esos navíos puede representar una amenaza a la comunicación de los cetáceos en la zona y, peor aún, ponen en riesgo la existencia de la vaquita marina, cuyo número de ejemplares es ya muy reducido, de manera que se encuentra en peligro de extinción.
El representante de la Sociedad recordó que Cousteau padre bautizó al Golfo de California –también conocido como Golfo de Cortés, entre la Península de Baja California, al Oeste, y los estados de Sonora y Sinaloa, al Este—como el “acuario del mundo”.
“Es un santuario donde las ballenas se alimentan, crían y migran. Es una parte vital de nuestra esfera azul, cada vez más contaminada y vulnerable al cambio climático”, expone Jean-Michel Cousteau en la misiva remitida a Sheinbaum.
Rubén D. Arvizu también contó a este medio que alrededor de 30 organizaciones han enviado cartas a diversas autoridades en los últimos años, así como a la empresa Saguaro Energía, pero no han recibido ninguna respuesta.
Por ello, reconociendo la formación científica y ambientalista de la jefa del Ejecutivo federal, Cousteau expresó su confianza en que Sheinbaum asumirá el liderazgo en la defensa del ambiente.