Redacción / Energía a Debate
El Grupo Energéticos 500, o G500, se encuentra en el centro de la investigación que abrió ayer la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) para determinar si las gasolinerías y expendedores de diesel están realizando concentraciones ilícitas en el mercado mexicano.
A través de la Autoridad Investigadora, la Cofece publicó ayer en el Diario Oficial de la Federación y en su página de internet el aviso de inicio de esta investigación por denuncia para determinar la probable existencia de una concentración ilícita en el mercado de la comercialización, distribución y expendio al público de gasolinas y diésel. (Ver Cofece va contra la concentración ilícita de gasolineras).
?A partir de la reforma energética, los expendedores de gasolina y diésel han buscado esquemas para lograr economías de escala por lo que, en fechas recientes, podrían haberse llevado a cabo procesos de consolidación de expendedores mediante adquisiciones, fusiones, consorcios o ?alianzas comerciales? ?, refirió la Cofece.
De hecho, la Cofece monitorea el caso de G500 desde el año pasado, cuando se anunció públicamente la creación de ese “club de compras” y ahora se trata de analizar si existe una concentración que tenga efectos anticompetitivos al aumentar sustancialmente su poder al grado de desplazar a otros competidores o crear barreras al ingreso al mercado para otros jugadores.
A su vez, fuentes de Pemex le comentaron a Energía a Debate que en las últimas semanas se ha producido “una verdadera desbandada” de gasolineros afiliados a la Franquicia Pemex y se cree que muchos de ellos se han acercado al G500.
El Grupo G500 fue creado y promovido por el consorcio suizo Glencore, mismo que ha anunciado que invertirá 1,100 millones de dólares en el país, principalmente en el almacenamiento de combustibles, y prevé comenzar a importar combustibles a México en fecha próxima a través de una terminal propia en el Puerto de Dos Bocas, Tabasco, con capacidad para almacenar 400 mil barriles por día. Sin embargo, esa terminal también se encuentra en el ojo del huracán, ya que se duda que cumpla con las normas de seguridad industrial.
En una columna publicada en el Periódico Reforma ayer, el analista David Shields escribió que “parece que esas instalaciones no cumplen requisitos mínimos de seguridad industrial, como las que prevé el proyecto de NOM-006 de la ASEA, en aspectos como espaciamiento mínimo entre tanques, sistemas contraincendio, diques de contención y automatización, entre otros. La ASEA debería revisar el caso urgentemente. Dos Bocas es el punto más crítico de manejo de petróleo y combustibles en el país. De ahí se surte crudo a las seis refinerías de Pemex. Un accidente ahí sería catastrófico”.
De hecho, la terminal de Dos Bocas no es nueva, sino que se trata de la rehabilitación de una instalación antigua construida por la compañía Asfaltos Mesoamericanos, misma que consta de cuatro grandes tanques con un solo dique alrededor y con un espaciamiento de sólo 8 metros entre ellos, por lo que la instalación presumiblemente incumple normas de seguridad industrial.