El mercado de los CELs se está moviendo rápidamente, lo cual debe dar un impulso importante a las energías renovables en México
Paolo Salerno*
En poco menos de ocho meses el Sector Eléctrico, luego de un periodo transitorio de casi cuatro años, entrará en su última fase de implementación en la cual todos los productos y servicios diseñados en la regulación comenzarán a ser parte viva del mismo.
Uno de los más importantes, y muy de moda al parecer, son los Certificados de Energías Limpias (“CEL”). La Ley de la Industria Eléctrica (“LIE”) los define como aquel título emitido por la Comisión Reguladora de Energía (“CRE”) que acredita la producción de un monto determinado de energía eléctrica a partir de energías limpias y que sirve para cumplir los requisitos asociados al consumo de los centros de carga (art. III, fracción VIII).
Los CEL fueron parte de la Reforma Energética, ya que su objetivo es promocionar la generación de las energías renovables con la finalidad de cumplir con los compromisos asumidos por parte del Ejecutivo de llegar a tener una producción de energía limpia de 35% para el 2024.
A pesar de haber sido esto el principal motivo de su creación, los CEL se están transformado en un poderoso instrumento de mercado capaz de cambiar los equilibrios económicos, por lo menos en teoría y en la percepción que tienen los operadores del sector de los mismos, en lo que corresponde a los precios para la generación eléctrica. Es decir, para los participantes del mercado que tienen obligación de adquirirlos, como son, por ejemplo, suministradores calificados y los usuarios calificados participantes al mercado, los CEL podrían representar una variable muy importante en lo que podría ser el precio final de la energía eléctrica y sobre todo en la competitividad que los comercializadores de energía podrían tener en el mercado.
Dada la relevancia de los mismos y a pesar de que no se haya todavía expedido la regulación relativa a la estructura que tendrá el Mercado de Certificados de Energías Limpias, resulta relevante puntualizar sobre los avances que éstos presentan en este momento, con la finalidad de trazar unas primeras consideraciones relativas a la relevancia de los CEL en el mercado actual. Así que:
- Se otorgará mensualmente, por un periodo de veinte años, un CEL por cada MW de energía limpia generada a las centrales entradas en operación bajo el régimen jurídico de la LIE; para los generadores que lleguen a producir energías limpias a partir de energías fósiles se les asignará un número de CEL proporcional a su generación, calculado según la metodología publicada al respecto por parte de la CRE en la Resolución 1838/2016. De último, es importante evidenciar que la generación limpia distribuida da derecho a los CEL, mientras que la energía eléctrica producida para usos propios no.
- Los CEL deberán contener como información mínima: a) matrícula; b) nombre; c) ubicación; d) tecnología de la Central Eléctrica Limpia; e) nombre de la persona física o moral representante de la Central Eléctrica Limpia; y, f) fecha de emisión.
- Los CEL no tienen una fecha de caducidad, pero una vez que se han liquidado no se pueden volver a utilizar.
- Los CEL podrán ser objeto de compraventa por las personas que así lo deseen en transacciones bilaterales, de conformidad con los procedimientos establecidos para su desarrollo, con base a la Resolución 174/2016 relativa al Sistema de Gestión de Certificados y Cumplimiento de Obligaciones de Energías Limpias.
- Los participantes del mercado que no cumplan con las obligaciones de energías limpias, serán sancionados de conformidad con los criterios establecidos en la Resolución de la CRE 248/2016.
Los lineamientos regulatorios evidenciados muestran, en primer lugar, que el Sistema de Gestión de los Certificados será la única plataforma a través de la cual se podrá transferir la propiedad de los CEL, lo cual no significa que no podrá existir un mercado secundario de los mismos, sino que éste deberá adaptarse y configurarse en conformidad con el primero en lo que concierne a las obligaciones legales para la transferencia de la propiedad de los CEL; en segundo lugar, los CEL podrán ser parte de transacciones en las cuales tienen la posibilidad de intervenir también terceros, llamados “Entidades Voluntarias”, lo cual podría dar más competitividad a este mercado; en tercer lugar, se delinean claramente quienes son los generadores y bajo cual metodología tienen derecho a CEL, incluyendo los de generación distribuida; y, de último, a pesar del periodo transitorio establecido en la regulación para cumplir con las obligaciones de energía limpia durante el primer año, los operadores del sector tendrán que cumplir con las mismas si quieren evitar ser sancionados de forma importante por parte de la CRE.
A pesar de cuanto evidenciado, los CEL presentan algunas problemáticas que se tendrán que resolver cuanto antes posible para seguir abatiendo los costes de la energía eléctrica para los usuarios.
El primer dato digno de nota es el número creciente de Suministradores Calificados presentes en el mercado mexicano. A pesar de que éstos representen una prueba de cómo el mismo se esté transformando en un mercado dinámico y competitivo, no se puede no tener en cuenta otro aspecto, es decir, que muchos de los nuevos Suministradores Calificados son partes de empresas que generan energía eléctrica, especialmente renovable. Esta situación presenta dos elementos de reflexión importantes: el primero concierne el problema de una integración de facto de la empresa generadora y suministradora, la cual puede de esta forma vender energía a Usuarios Calificados de forma directa y no forzosamente más competitiva; la segunda es que estas generadoras, siempre y cuando produzcan energías limpias, pueden comprometer sus CEL con los Suministradores de su mismo grupo, restando así competitividad a los otros que participan en el mercado. De esta forma, aquellos Suministradores Calificados que no cuentan con el respaldo de generación de su mismo grupo tendrán que ir a buscar los CEL en el mercado, situación que podría perjudicarlos desde el punto de vista de la competitividad. En esta línea, como se señaló en su momento, la simple separación legal de las empresas no puede garantizar la plena competitividad del mercado eléctrico, tal como ha demostrado la experiencia europea en este sentido.
El segundo elemento importante a destacar, y directamente conectado con el primero, es el número de CEL que el mercado pueda realmente ofrecer el próximo año. De conformidad con el “Reporte de Avances de Energías Limpias Primer Semestre 2016” publicado por parte de la Secretaría de Energía (SENER), México presenta una situación muy particular, ya que del 15,86% de energía eléctrica generada a través de energías renovables durante el periodo en análisis en el reporte, el 10,08% es procedente de fuente hidroeléctrica, lo cual significa que las nuevas tecnologías renovables como eólica, solar, biomasa, geotérmica, hasta el momento han tenido un crecimiento por debajo de las expectativas y tendrán un impacto reducido en la generación renovable y en consecuencia su producción de CEL para el mercado podría ser insuficiente frente a la demanda. En esta línea, a pesar de que para el 2018 SENER ha impuesto la obligación de contratar solo el 5% de CEL y con posibilidad de diferir la presentación de los mismos, el verdadero problema podría ser el valor que lleguen a tener los mismos, lo cual representaría una variable importante en el costo final de la energía eléctrica.
La situación descrita está haciendo que el mercado de CEL se esté moviendo muy rápido independientemente de la estructura que podría llegar a asumir el posible Mercado de CEL. Así, por ejemplo, ya se han desarrollado unos primeros contratos a futuro de CEL para poderlos reservar desde ahora, y, por otro lado, ya se está desarrollando un mercado secundario de los mismos que tiene la finalidad de inyectar liquidez a éste. Por otro lado, hablando de Suministrador Básico, la subasta de largo plazo de este año será particularmente importante, ya que en ésta se establecerán los precios de referencia de los CEL que posiblemente se utilizarán como base para el mercado de los mismos que iniciará en el 2018.
En definitiva, cuanto dicho debería, por lo menos en un primer momento, dar un impulso importante al crecimiento de todo el sector renovable mexicano, siempre y cuando los participantes de este mercado no distorsionen el mismo aprovechando de la posible falta de CEL durante el arranque de este mercado.
En este sentido, sobre todo en lo que corresponde el mediano plazo, tendrá un rol fundamental el porcentaje de obligaciones que establezca la SENER y la efectividad en la implementación de las sanciones por parte de la CRE, quienes podrán dar seguimiento y fuerza a este instrumento de fomento de las energías renovables, haciendo que el mercado de los CEL sea competitivo y que la generación de fuentes renovables se expanda y permita a todos los obligados poder comprar CEL de forma competitiva.
- Investigador del Centro ITAM Energía y Recursos Naturales