Ramses Pech*
Es necesaria la transformación del mercado de combustibles para cambiar de uno cerrado a uno abierto para un mejor beneficio del consumidor. Pero hay que entender por qué esto se tiene que hacer:
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El mercado de combustible fue controlado por parte de los gobiernos anteriores.El combustible tenía un subsidio por parte de la administración federal para mitigar los costos altos del mercado ante las insuficiencias de la refinación en México para cubrir la demanda interna del país.Los dineros de los subsidios se convertían en un gasto proveniente de la Ley de Ingresos, al cual se consideraba gasto no programado por las variaciones del precio.PEMEX fue y es hasta el momento -mientras no se abra en su totalidad el mercado- la empresa encargada de cubrir el mercado interno por medio de la refinación e importación. En la importación, Pemex absorbía los cambios de costos por el tipo de cambio, incremento del precio del barril y las pérdidas por el transporte.Las estaciones de servicio no crecieron y fueron acotadas a tener un porcentaje constante, en base a la contratación de la franquicia de PEMEX.El consumidor fue acostumbrado a pagar un precio uniforme en todo el territorio mexicano, valiendo lo mismo un litro en Reynosa que en Chetumal. Pemex absorbía las pérdidas del almacenamiento y transporte y tenía que enviar los combustibles a latitudes lejanas y de alto costo.Los precios del combustible eran aprobados por los representantes de la nación en la Cámara de Diputados y el Senado, en el sentido de establecer el volumen, el presupuesto de PEMEX para la importación, el subsidio y el precio máximo administrativo que incluía el IEPS (impuesto especial a productos y servicio).El IEPS no es deducible. Es un ingreso directo para la administración en turno de la nación.
Mencionando lo anterior, podemos establecer que hoy en dia no será más controlado por la administracion en turno, por lo que deberemos pagar los costos correctos de los combustibles en un mercado abierto.
Pero antes de esto debemos entender cómo se conceptualiza el mercado en el 2017 y en 2018.
El mercado de combustibles 2017:
El mercado será abierto en forma paulatina en base al calendario emitido por la Comisión Reguladora de Energía. Esto quiere indicar mientras no se abra, tendrá el control la administración de la nación vía las SHCP para establecer los precios máximos con base en la fórmula emitida, publicado en el DOF o en la página de la CRE: http://www.gob.mx/cre/articulos/precios-maximos-vigentes-de-los-combustibles?idiom=es
En el cálculo del precio máximo, debemos entender que se calcula con base en dos bloques:
El controlado por parte de la SHCP: IEPS, IVA y otros impuestos.
El controlado por el Mercado: precio del barril, costos de refinación (precio de referencia), transporte, almacenamiento y comercialización por las estaciones de servicio.
En 2017, la administración de la nación para controlar los costos que pudieran incrementarse por parte del mercado, podría utilizar la única variable controlable que sería el IEPS, que significaría una disminución de ingresos a la Nación, pero sería compensada por el flujo de efectivo de las remesas, tipo de cambio, precio del barril y la reducción de gastos no programados dentro del presupuesto de egresos. Aclarando que a los estados no les afectaría esta disminución, pero pudiera beneficiar al consumidor final, ya que el IEPS impacta el precio final del consumidor.
Será importante que la SHCP pueda transparentar explícitamente estos costos en la conformación del precio del combustible. Esto, porque los estímulos fiscales a los importadores y quienes enajenan no son de forma directa y se debe de realizar un trámite para poder ejercer el derecho a que son acreedores.
El 2017 será un mercado con un precio administrado hasta que llegué el tiempo en cada región, según el calendario de apertura oficial.
El mercado de combustibles 2018:
El mercado estará liberalizado y se recomienda que no exista el IEPS en los combustibles. Esto se lograría bajando el gasto corriente de la administración, no teniendo gastos no programados y bajar presupuestos en el gasto corriente, permitiendo el libre flujo de efectivo por parte de los ciudadanos, con base en lo que podría ser un incremento en la movilidad de las personas para que puedan incrementar la economía de sus regiones. Es decir, un precio bajo de los combustibles significaría menos inflación y más movilidad de productos, servicios y personas. Esto ayudaría a estabilizar la macroeconomía de país partiendo del empoderamiento interno de cada individuo al tener más ahorros por conceptos de consumo de energía.
En el cálculo del precio en un mercado abierto, debemos entender que se conjunta en base a dos bloques:
El controlado por parte de la SHCP: IVA y otros impuestos para estados con base en el volumen de consumo por la ciudadanía en ventas de las estaciones de servicio, lo cual se obtendría del regulador de la CRE.
El controlado por el Mercado: precio del barril, costos de refinación (precio de referencia), transporte, almacenamiento y comercialización por las estaciones de servicio.
El mercado sería quién determinaría el precio del combustible basado en los siguientes factores. Primero, los costos de refinación, obtenidos conociendo los costos reales de la materia prima y su refinación, comparados con las refinerías de donde provienen los combustibles importados. Y segundo, los costos de transporte y almacenamiento, al ser monitoreados y analizados con base en las distancias desde los centros de almacenamiento a las estaciones de servicio. Se podría buscar un control de precios máximos que no afecten al consumidor, en cuanto se desarrolla una mayor infraestructura en México. Las estaciones de servicio al estar más reguladas, sancionadas y monitoreadas tendrán que ofrecer no sólo productos de calidad, cantidad correcta, sino una oferta en forma diaria para asegurar su mercado en su región o área.
Consdieraciones finales:
No confundamos precios administrados por la Nación –donde la variable a manejar en el al precio del consumidor es la reducción o mantenimiento del valor máximo autorizado de los IEPS– con precios de mercado.
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Los estímulos fiscales a importadores o quienes enajenan combustibles no es una reducción directa en el precio al público en forma diaria. Será la decisión de quienes realizan estas actividades, si lo integran o no en el precio al consumidor en un tiempo determinado que lo recuperen o autoricen por la SHCP.
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Existe una variable dentro de la fórmula del cálculo del precio del combustible, que es el precio de referencia, el cual es inconveniente al no estar ligado al mercado spot de futuros.Es necesario cambiar la fórmula del cálculo del precio máximo del combustible en una forma simple, llana y entendible para el consumidor. Es decir, hay que desglosar cuánto corresponde a impuestos y cuanto a los costos en el mercado, debido a que tendremos la informacion en tiempo real vía la CRE, COFECE y la PROFECO para el monitoreo del mercado, una vez abierto en el 2018. Esta información la dará oportunidad al consumidor de escoger la estación de servicio donde comprará el combustible.
No debemos continuar teniendo un país que incremente su gasto público y lo cubra por medio por medio de aumentar el precio de un producto de uso general, como lo son los combustibles, ligándolo a un impuesto especial como el IEPS. Esto trae como consecuencia el corte del flujo de efectivo del individuo y limita la movilidad de la economía. Al causar un incremento de precios en la canasta básica, inflación y una depreciación de la moneda, se genera una mala percepción mundial de cómo se administra la Nación, ya que se plantea una gestión recaudadora en vez del crecimiento del individuo.
La energía transformada es el motor del crecimiento económico de una nación.
Fuentes:
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SHCPCámara de DiputadosCentro de Estudios de las Finanzas PúblicasPEMEXComisión Reguladora de EnergíaTwitter @economiaoil /Facebook : Energía Nuevo Mercado de Inversión
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