Apertura, competencia, liderazgo tecnológico y concepción
empresarial es el camino a seguir para los países de la región.
Alvaro RÍos Roca*
Hasta hace pocos, existían tres países en Latinoamérica que podían considerarse de gran potencial petrolero y donde las grandes empresas petroleras (públicas o privadas) tenían su mirada atenta y, a su vez, frustrada: México, Venezuela y Bolivia. A este grupo selecto de países petroleros, se ha adherido recientemente Brasil, en una forma más que espectacular.
Petróleos Mexicanos (Pemex). México cuenta con un gran potencial por explorar y explotar costafuera en el Golfo de México y varias cuencas en tierra. Sin embargo, la situación petrolera de México se torna bastante crítica. En 1996, las reservas mexicanas de petróleo convencional ascendían a 48.5 mil millones de barriles. Solo una década después, es decir en 2006, las estadísticas anotan que México tenía reservas acumuladas de petróleo de 12.9 mil millones. Una caída en reservas de 35.6 mil millones, es decir, 276% en 10 años o 27.6% por año. La relación reservas-producción, en años, nos muestra más contundentemente la preocupante realidad mexicana. En 1996, la misma era de 40.5 años, mientras 10 años después en el 2006, fue de 9.6 años.
La extracción de petróleo crudo del mayor yacimiento que posee México, Cantarell, continúa cayendo en forma vertiginosa, poniendo en riesgo las futuras inversiones de Pemex, así como las finanzas públicas del país. No olvidemos que México esta cerrado a las inversiones y Pemex es quien tiene las únicas riendas en materia de exploración y producción.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Del gran potencial venezolano nadie puede dudar. Venezuela tiene aproximadamente 80 mil millones de barriles de reservas probadas de petróleo convencional al 2006 y representa el 6.7% de las reservas totales mundiales. Adicionalmente, se estiman reservas probables de 93 mil millones de barriles y 53 mil millones de barriles de posibles, sin contar la gran potencialidad de petróleo no convencional que existe en la Faja del Orinoco.
Empero, muy a pesar de esta potencialidad y de los altos precios, la perspectiva de producción en Venezuela no es de las mejores. Uno de los principales pilares del plan de trabajo al 2012, Siembra Petrolera, establecía llevar la producción a más de 5 millones de barriles por día, situación que no se está concretando. La producción para el 2007 estaba planificada alrededor de los 3.75 millones de b/d, pero, en cambio, ha ido en descenso, y según los datos el 2007 se situó en algo menos de 3 millones de barriles por día, casi medio millón de barriles menos que el año 2004. Esto muy a pesar de los ingentes recursos que se captan con una cesta venezolana promedio de cerca de 70 dólares por barril en el 2007 y de las cuantiosas inversiones que se conocen se ha invertido. Tampoco olvidemos que Pdvsa es quien básicamente conduce las riendas de la exploración y producción de hidrocarburos en los últimos años.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). En Bolivia, las estructuras geológicas hacen suponer la existencia de grandes reservas adicionales de gas natural al norte de Tarija y en la frontera con la Argentina. Empero, la producción boliviana de gas está estancada en 40 millones de metros cúbicos diarios y sin visos de aumentar, pese a la alta demanda en los países vecinos y la gran potencialidad que existe en la geología. No olvidemos que, a partir del 2005, los esfuerzos en la exploración y explotación deben pasar los fuertes filtros de la estatal YPFB.
Petroleo Brasileiro (Petrobras). Brasil, con el anuncio del yacimiento Tupí, ubicado en el litoral marítimo del país carioca, a gran profundidad, estima reservas totales de petróleo y gas mayores que todos los yacimientos argentinos. A partir de 1986 con el Programa de Desarrollo Tecnológico de Sistemas de Producción en Aguas Profundas (Procap) y de las reformas posteriores realizadas al marco jurídico para abrir el sector y reestructurar a Petrobras, los avances hechos por Brasil en la exploración y explotación de yacimientos de aguas profundas permiten suponer que este país, en pocos años, se convertirá en la mayor potencia petrolera de Latinoamérica y una de las más grandes del planeta.
La producción petrolera ha ido en notable aumento, llegando en 2007 a situarse en 2 millones de barriles por día y que irá en notable aumento a partir de los descubrimientos recientes y del nuevo escenario que se presenta con el hallazgo de Tupí. Recordemos que Petrobras es quien ha sido el mayor artífice de este nuevo escenario de autosuficiencia y crecimiento en materia petrolera que se presenta en Brasil.
Al buen entendedor, pocas palabras. El visionario modelo brasilero, de apertura, de competencia, de reglas claras y estables, con una empresa nacional robusta, competitiva, tecnológica y con concepción empresarial, es el camino a seguir en los países de la región y en particular aquellos que tienen gran potencial petrolero. México, Venezuela, Bolivia y otros países petroleros en vías de desarrollo deben estar mirando con mucha atención (y también con cierto grado de desazón) lo que ha hecho Brasil de la mano de Petrobras en muy poco tiempo.
* Fue secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y ministro de Hidrocarburos de Bolivia (alvaro.rios@prosertec-srl.com )