El amplio margen es ventajoso en la calidad del suministro y en los efectos ambientales
ya que corresponde a plantas modernas con mejor tecnología.
EDUARDO ANDRADE ITURRIBARRÍA
El margen de reserva de generación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha resultado mayor al que su Junta de Gobierno aprobó en su momento, pero podría haber sido benéfico para el sistema además de ser una mejor oportunidad futura. El margen autorizado por la Junta de Gobierno fue rebasado en 13% a causa de varios factores, fundamentalmente el pobre crecimiento económico en los pasados 4 años.
La proyección del crecimiento de la demanda que realiza CFE se sustenta en la dinámica del consumo pasado y de las expectativas de crecimiento del mismo. Éste último observa una estrecha vinculación con las previsiones de crecimiento económico. Las expectativas son reflejadas numéricamente e introducidas en modelos matemáticos complejos que indican el número de plantas, su capacidad, localización y la tecnología y combustible que usarán. En la esperanza de crecimiento económico acelerado, el modelo arroja la necesidad de construir más plantas. Cuando el crecimiento esperable es menor, también lo será el número de plantas a construir. Las desviaciones del margen de reserva tienen que ser achacadas a las diferencias entre el crecimiento que se esperaba cuando se diseñó el sistema contra el crecimiento económico que en realidad sucedió.
El efecto sobre la contabilidad de CFE, muy distinto al efecto sobre las tarifas, en realidad no sería de más de 125 millones de dólares que contra sus ventas ?de más de 19,000 millones de dólares al año? es menor al 0.7%. Nada que ponga en riesgo a la empresa.
Es complejo calcular el efecto positivo que esta capacidad suplementaria tiene sobre todo el sistema. Sin embargo, es fácil apostar que es bastante ventajoso en la calidad del suministro o en los efectos sobre el medio ambiente ya que esta capacidad se da operando plantas más modernas y de mejor tecnología.
Las tarifas en México son reguladas y el regulador que las aprobó, la Secretaría de Hacienda, diseñó un mecanismo de ajuste que no toma en cuenta el incremento en la base de activos de la empresa. En realidad, se actualizan mediante índices de costos del tipo de combustibles utilizados y de algunos bienes metal-mecánicos. Éstos últimos intentan aproximarse a una actualización contable del valor del activo de CFE. Incrementar la base de activos no implica aumentar las tarifas, sólo los costos en todo caso. Para la fórmula es irrelevante que el valor del activo crezca o decrezca; que valga cien millones o que valga mil millones.
Como los índices de combustibles no tienen relación con el volumen consumido, sino con el porcentaje que teóricamente se usa, sucede que cuando CFE usa plantas a gas natural en vez de derivados del petróleo, hasta puede ahorrar en sus costos de operación. En este caso ni siquiera ejerce presión sobre las tarifas.
En realidad, sólo CFE puede saber el neto del aumento de los costos por depreciación de los activos suplementarios contra el ahorro por usar combustibles más baratos y utilizados más eficientemente.
Dado el incremento en el precio de los combustibles, ahora es más crítico en la operación de CFE la utilización de aquellos que sean más baratos, como es el caso del gas natural respecto a los derivados del petróleo. También es fundamental la eficaz utilización del gas, ya que el uso del gas en las nuevas plantas de ciclo combinado resulta 60% más eficiente que su uso en las plantas antiguas de ciclos simples.
El sobrado margen de reserva actual debe ser pie del rejuvenecimiento del parque de generación. No debe ser una razón para detener su expansión y su modernización.
*Ingeniero civil, egresado de la UNAM con especialización en administración de proyectos y posgrado en finanzas del ITESM y de proyectos de inversión de la Organización de Estados Americanos (OEA). Ex presidente de la Asociación Mexicana de Energía. (mexiconecesitainegnieros@gmail.com )