La dependencia que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene en los recursos gubernamentales causará un daño a las finanzas públicas y pondrá en riesgo la calificación soberana del país, advierten especialistas del sector energético.
Santiago Arroyo, CEO en Ursus Energy, explicó que a pesar de que hasta ahora se ha mantenido la expectativa de calificación tanto de Pemex como la de México, el riesgo de que haya una reducción en la nota soberana del país está presente.
En julio de 2022, Moody’s Investors Service rebajó las calificaciones de Pemex a B1 desde Ba3, una nota que advierte que las obligaciones de la petroleas se consideran especulativas y están sujetas a un riesgo crediticio alto.
En tanto, Moody’s redujo en ese momento también la nota soberana de México al pasar de “Baa2” desde “Baa1”, con riesgo crediticio moderado.
Moody’s también consideró que Pemex contaba con altos vencimientos de deuda hasta 2024 y con gran necesidad de financiamiento. Además de que criticaba su dependencia en los recursos del gobierno mexicano.
Por otro lado, Andrew Trahan, director de Riesgo para América Latina de Fitch Solutions, afirmó que Pemex representa el mayor factor de riesgo para las finanzas públicas del país, ya que al no tener recursos suficientes para hacerse cargo de su deuda, el gobierno -incluso en el futuro sexenio- tendrá que hacerse caso de los pasivos de la petrolera.
Insuficiencia en la producción petrolera
El tema de Pemex también ha estado presente en la agenda y análisis de legisladores. Por ejemplo, el diputado federal Mario Riestra Piña coincidió en el riesgo para las finanzas nacionales, debido a las elevadas expectativas que se esperan de la producción petrolera del país.
El legislador perteneciente al PAN estimó que, al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, los ingresos petroleros estarán por debajo de lo previsto, ante una insuficiencia en la producción de hidrocarburos.
Para 2023, Pemex espera una producción de petróleo y condensados de 1.9 millones de barriles, cifra que no ha podido alcanzar en los últimos dos años, tiempo en que no ha podido rebasar los 1.75 millones de barriles.
“Pemex sigue siendo totalmente dependiente de las transferencias y ayudas que le da el gobierno federal, porque si se dejara solo, podría tener un problema no solamente de liquidez, sino también que podría ir incrementando pérdidas”, explicó Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC.