Los biocombustibles podrían convertirse en una oportunidad más para la transición energética, sin embargo, en México hace falta una regulación que permita impulsar este tipo de proyectos a fin de que sean utilizados en sectores como la movilidad y algunos procesos industriales.
De acuerdo con un análisis de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), la movilidad terrestre, principalmente de carga y de pasajeros, están evolucionando hacia la electromovilidad, sin embargo, la sustentabilidad en el transporte aéreo y marítimo ha tenido un avance más lento.
Sin embargo, considera que los biocombustibles y el hidrógeno podrían convertirse en los insumos que permitan la descarbonización de estos sectores, pues estos podrían representar el 10% del consumo mundial hacia 2030.
Expertos del sector aseguraron que, en el caso específico de México, el biogás y la biomasa, también representan oportunidades que podrían desarrollarse en el mediano y largo plazo.
Lorena Espinoza, asesora de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ), dijo que, en el país, hay un desconocimiento de cómo utilizar el biogás, una situación que ha retrasado el desarrollo de proyectos aun cuando existe un potencial mercado y demanda.
Durante la conferencia Perspectivas de Negocio para las industrias del biogás y biomasa en México, la experta aseguró que uno de los principales retos, tiene que ver con la falta de una regulación, además de que es necesaria la colaboración de las autoridades, principalmente municipales con la iniciativa privada.
Hasta ahora no hay normativas que permitan tener “un camino claro” para poder aprovechar los residuos, como la biomasa, para la generación del biogás.
“Falta reconocer el potencial que tiene tanto el biogás como la biomasa en el abatimiento de emisiones de efecto invernadero, tenemos que enfocar nuestros esfuerzos para reconocer cuáles son estas grandes oportunidades que tiene el biogás.”
Alberto Escofet, de BlacktoGreen Consulting, aseguró que existe una importante oportunidad para sustituir a los combustibles fósiles con estas alternativas que son más sustentables.
Pero para alcanzar estos objetivos “se requiere generar infraestructura adecuada y en el caso de México, necesitamos enfocarnos en fortalecer el marco de políticas para la producción sustentable de bioenergéticos para aumentar la certidumbre a la inversión, lo que es fundamental para que se pueda destapar esta gran oportunidad”.
Coincidió en que son necesarias normas y regulaciones técnicas que sean aplicables a la producción de los biocombustibles, con criterios de sustentabilidad, referencias a calidad y esquemas de certificación de origen, verificación de las cadenas de valor, además de involucrar también a la academia, autoridades y la industria.
Esto al mismo tiempo que se genera competencia, se capacitan recursos humanos y se crean esquemas de financiamiento.