Por Enrique González Haas
Presidente y director general de Schneider Electric México y Centroamérica.
Ante un panorama de cambios políticos y económicos globales, y una transformación trascendente del sector energético mexicano, el país se enfrenta a uno de los mayores desafíos de las últimas décadas: transformar la infraestructura energética, comercial e industrial actual para la llegada de los nuevos jugadores al país.
Un contexto mundial desafiante, la actual apertura energética y el crecimiento exponencial de las ciudades, exigen del país una infraestructura con altos estándares de calidad para garantizar las mejores prácticas entre empresas públicas y privadas, nacionales y extranjeras, encargadas de proveer servicios dentro de un México cada vez más competitivo, que requiere eficiencia en el uso adecuado de sus recursos.
Las oportunidades de desarrollo y empleo para cientos de miles de mexicanos que prometía la Reforma Energética, se han visto empañadas por el retador panorama mundial. Sin embargo, el sector energético seguirá siendo uno de los más atractivos para la inversión durante 2017, pero ello demanda que la oferta de los jugadores y proveedores participantes contemple servicios de alta calidad.
Con el nuevo marco legal de la Reforma y las tarifas del combustible determinadas bajo un esquema de precio internacional que incluye los costos de transportación y distribución, así como el margen de comercialización, por mencionar algunos factores, la eficiencia e inteligencia en la gestión de la red nacional de ductos nunca fue tan relevante como hoy. La conectividad, la digitalización y la ciberseguridad serán los aliados para llevar a México a una posición de verdadera competitividad.
La innovación y los proyectos de modernización y mantenimiento de las plantas de refinación existentes son de los más relevantes, necesarios y esperados dentro del sector. Si no se puede medir, no se puede controlar y aún menos mejorar.
Pero, no sólo es el sector energético el que debe asegurar procesos con las mejores prácticas, sino también los desarrolladores de infraestructura en las ciudades. El crecimiento exponencial de la urbanización en nuestro país este año continuará con un fuerte empuje en desarrollos de usos mixtos y centros comerciales dentro de las principales ciudades y otras que emergen rápidamente como futuras urbes que ya están demandando una capacidad de gestión que pueda responder a las necesidades del presente y futuro.
En este aspecto, el gran reto de México es el de proveer de inteligencia a las urbes para un lograr un mayor grado de conectividad, movilidad y calidad de vida, al tiempo que se disminuya la huella de carbono.
Ante esta tendencia, vemos que el desarrollo en el sector de vivienda vertical y mini ciudades (aquellos proyectos que ofrecen todos los servicios necesarios para una vida cómoda en un mismo complejo) ha crecido sustancialmente durante el último año. El sector de edificios pasó de un incremento de 2.2% en la primera mitad de 2016 a 6.3% en el tercer trimestre de ese mismo año, lo que nos habla de grandes oportunidades en este mercado.
Con este panorama, en Schneider Electric vemos que durante 2017 las inversiones en bienes de capitales (CAPEX) en México decrecerán en comparación a años anteriores, abriéndole paso a los gastos operacionales (OPEX) que tendrán como propósito renovar y eficientizar la infraestructura existente de empresas públicas y privadas, nacionales y extranjeras que se encargarán como proveedores o como usuarios, del crecimiento y mejoramiento de la construcción y los servicios del país.
Dentro de un contexto desafiante, los especialistas y líderes tenemos una misión única: desarrollar y entregar de manera responsable y sostenible tecnología en todo el mundo que garantice que la vida y los negocios se mantienen activos y rentables. Nuestro compromiso es el de innovar en todos los niveles, redefinir la automatización y la energía para un mundo que es cada vez más eléctrico, descentralizado, digitalizado y que demanda reducir la huella de carbono.