Energía a debate, Julio-Agosto 2009
Pemex, más allá de los Pidiregas
Ahora, Pemex deberá hacer frente con recursos propios a los pasivos que generan sus proyectos de infraestructura.
Sergio DomÍnguez Reyna*
En los años noventa, frente a las restricciones presupuestarias para financiar las inversiones en energía, se diseño el esquema Pidiregas (Proyectos de infraestructura diferidos en el registro del gasto) a fin de que el gobierno federal pudiera encomendar a la iniciativa privada la realización de las obras mayores en áreas estratégicas del sector energético, sin tener que erogar grandes cantidades en inversión al momento de iniciarse las obras.
El esquema de los Pidiregas se atribuye también a la decisión del gobierno federal de dejar de invertir recursos públicos en energía y destinar más recursos a prioridades sociales. Con ello, los Pidiregas han servido para dar margen de maniobra financiera a Petróleos Mexicanos (Pemex) con el fin de que promueva la participación privada en los proyectos petroleros de grandes magnitudes.
Fue así como se implementó el esquema de los proyectos de inversión productiva de largo plazo, basados en financiamientos provenientes de inversionistas privados, donde el sector público pagaría esta inversión con recursos presupuestales, una vez recibidos los proyectos a entera satisfacción por la entidad contratante, en este caso Pemex. Este mecanismo previó también la contratación con empresas sociales, asimismo que las entidades públicas puedan acudir directamente a los mercados financieros para obtener los recursos para estos proyectos. Bajo esta modalidad de financiamiento, los proyectos generalmente se asignan por licitación pública para su ejecución. Durante su construcción, los gastos no impactan a las finanzas públicas porque las empresas ganadoras de las licitaciones cubren dichos gastos con recursos provenientes de financiamientos, disponibilidades propias o inventarios. Cuando las obras están concluidas y en condiciones de generar ingresos, los proyectos se entregan a Pemex y una vez que los proyectos entran en operación, se inicia el pago de obligaciones a través de recursos presupuestales. Es decir, en la etapa de operación, cuando se obtienen ingresos, es cuando Pemex inicia el pago presupuestario de las obras construidas, cuyo monto se refleja anualmente en su presupuesto y en el gasto público.
Durante el periodo 2000-2007, los Pidiregas financiaron el 67% de las obras de Pemex. La siguiente gráfica muestra la evolución de la inversión de Pemex durante los últimos años:
Es a partir de 2005 cuando prácticamente el 80% del gasto en inversión se realiza bajo este esquema. Sin embargo, diversos especialistas en el sector han criticado el esquema Pidiregas al señalar que no opera en beneficio de Pemex y esto se debe principalmente a dos razones:
a) Muchos de los proyectos de Pemex conllevan elevados riesgos que están fuera de cualquier evaluación económica y financiera y no son contemplados al momento de su construcción. Por lo tanto, los ingresos reales obtenidos no siempre cubren la inversión realizada.
b) De todos los proyectos que resultan rentables, los ingresos obtenidos por los proyectos forman parte del total de los ingresos de Pemex que entran a las arcas públicas, con lo cual, los recursos no se destinan específicamente a pagar el endeudamiento que se contrató para financiar cada uno de los proyectos.
Es en 2008 cuando se propone cambiar de esquema de financiamiento a Pemex por dos razones: (1) un creciente endeudamiento de Pemex a través de esta esquema, ya que, de acuerdo al calendario de pagos estimado se tenía contemplado pagar un monto de 489 mil 127 millones de pesos hasta el 2031, sólo por intereses del capital financiado, y (2) la agudización de la crisis financiera internacional que tuvo lugar a partir de septiembre de 2008 y con lo cual impactó en forma negativa en algunas de las variables macroeconómicas más importantes de la economía mexicana, en este caso, la caída en el precio de la mezcla mexicana de exportación.
Con estos factores como detonantes, el gobierno federal propuso modificaciones a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para eliminar el esquema de financiamiento Pidiregas para Pemex. La propuesta fue enviada por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados el 8 de octubre de 2008. En la primera modificación se reforma el Artículo 32, Sexto párrafo:
Mediante esta modificación se elimina la utilización del esquema Pidiregas para Pemex, por lo que, en adelante, los proyectos de infraestructura productiva de Pemex tendrán que financiarse en todas sus etapas con recursos aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación, eliminando la posibilidad de que los agentes económicos privados le financien infraestructura a Pemex.
Con esta modificación, Pemex deja de financiar sus necesidades de infraestructura con inversión privada, eliminando las erogaciones asociadas al pago de los costos de los servicios privados en cuanto al financiamiento, gestión y desarrollo de los proyectos.
Así también, lo que podría considerarse como el punto más importante de esta reforma es que con la eliminación de este esquema para Pemex, todo el pasivo de los Pidiregas se convierte en deuda presupuestaria del organismo, por lo que dicho pasivo ya no se podrá amortizar con recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación como se venía haciendo. Con ello, se tiene previsto que Pemex utilice sus propios recursos para amortizar parte de este pasivo.
La segunda modificación realizada fue la adición en el Artículo 17 del Sexto y Séptimo párrafos:
La adición de estos dos párrafos a la Ley de Presupuesto permitirá a Pemex seguir llevando a cabo proyectos de infraestructura productiva de largo plazo. Sin embargo, la diferencia es que ahora los proyectos ya no podrán ser financiados por privados. Por lo tanto, los nuevos proyectos se financiarán únicamente con recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Con las reformas realizadas, es muy probable que, aún con la desaparición del esquema Pidiregas, la generación de pasivos e intereses, así como las deudas acumuladas, lleguen a ser motivo de dudas, cuestionamientos y reclamos entre los diversos grupos políticos que operan en el Congreso. No obstante, con las nuevas reglas de operación habrá que esperar cuál será el impacto dentro de las finanzas públicas, ya que, por una parte, se continuarán financiando los proyectos, aunque ahora presupuestariamente y, por otra, ahora Pemex deberá hacer frente a los pasivos generados con recursos propios.
* Es Licenciado en Economía por el ITAM, Maestro en Economía y Negocios y Candidato a Doctor en Administración Pública por la Universidad Anáhuac del Norte. Actualmente trabaja como subdirector de estudios económicos en la Secretaría de Gobernación.