La caida de la producción, exportación y petroprecios generará un hueco de unos 20,000 millones de dólares en las finanzas públicas a partir de este año.
David Shields*
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta este año ?en el 71 aniversario de la Expropiación Petrolera? un ambiente de incertidumbre marcado por la crisis financiera y económica global, la cual he generado una menor demanda mundial y precios bajos para el petróleo. La situación se complica con la caída de la producción y exportación de crudo mexicano, así como la desaceleración del consumo interno.
A su favor, Pemex realizará los mayores gastos de capital de su historia, estimados en 19.4 mil millones de dólares, como parte del “programa anticíclico” del gobierno, que pretende atacar la crisis mediante inversiones elevadas en infraestructura. De hecho, la paraestatal ya tenía su programa de obras disponible en su portal de internet desde principios de año.
La mayor parte de las inversiones ?16.9 mil millones de dólares? se destinará a proyectos de exploración y producción. Otros 1.9 mil millones se asignarán a refinación y el resto a otras prioridades industriales. En la subsidiaria Pemex Gas y Petroquímica, algunos proyectos, como la cogeneración y el tendido de nuevos gasoductos, se apoyarán en la inversión privada.
IMPLEMENTACIÓN DE LA REFORMA
Otra área de oportunidad para Pemex será la implementación de la Reforma Petrolera, la cual le brinda mayor autonomía financiera y de gestión, una mayor flexibilidad a sus relaciones con el resto del gobierno, además de que le marca el camino para elaborar un nuevo esquema de contratación para actividades productivas sustantivas y servicios, así como planes estratégicos de negocios y de reestructuración. Adicionalmente, se plantea la construcción de una nueva refinería.
Entre los beneficios inmediatos de la Reforma en materia financiera, se prevé que Pemex tendrá mayor flexibilidad para invertir sus ingresos en infraestructura. Asimismo, la Ley Federal de Derechos fue modificada para distinguir las características geológicas de los campos, a través de regímenes diferenciados aplicables a proyectos de altos costos. Por ejemplo, los límites de deducibilidad en proyectos en Chicontepec aumentan de 6.5 a 11 dólares por barril y en aguas profundas aumentan de 6.5 a 16.5 dólares por barril.
Después de cierto retraso, el Presidente Felipe Calderón envió su propuesta de consejeros profesionales para Pemex hacia fines de febrero. La propuesta fue el resultado del cabildeo y reflejó cuotas políticas, con el fin de que no enfrentara problemas de ratificación en el Congreso. En ese sentido, no expresó la voluntad o la preferencia de Calderón ni fue el producto de una estricta evaluación técnica.
El PAN se quedó con dos posiciones en las figuras de José Fortunato Álvarez (político bajacaliforniano y ex contralor interno de Pemex) y Héctor Moreira (ex subsecretario de Hidrocarburos, siendo Calderón el secretario de Energía). El PRI, en particular el senador Manlio Fabio Beltrones, influyó para que quedara Rogelio Gasca Neri, ex director general de la Comisión Fe-deral de Electricidad y con larga trayectoria en gobierno y el sector privado. El cuarto lugar lo ocupa Fluvio Ruíz Alarcón, intelectual y asesor en energéticos del PRD, cercano al senador Graco Ramírez.
La tardía instalación de un consejo profesional en Pemex y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos indica que continúa la politización del tema petrolero en un año electoral, lo cual podría complicar la obtención de los beneficios y oportunidades que la Reforma ofrece. No obstante, una mayor pluralidad en los nombramientos y en los cuerpos directivos también puede verse como un aspecto positivo.
PRODUCCIÓN A LA BAJA
La producción de petróleo crudo se ubicó en 2,792,000 barriles diarios (b/d) en 2008, registrándose una caída anualizada del 9.3 por ciento, su nivel más bajo en más de una década, reflejando la brusca caída de la producción en Cantarell. En enero del 2009, la producción cayó por debajo de los 2,700,000 barriles diarios y la producción del complejo Ku-Maloob-Zaap (con 787,000 b/d) superó la de Cantarell (772,000 b/d) por primera vez.
Pemex ha manifestado su intención de mantener la producción de crudo cerca de los 3,000,000 b/d, pero todo indica que el promedio de este año podría situarse alrededor de los 2,600,000 b/d. Como se observa en su programa de inversiones, el gasto en exploración y producción ya no se concentra en Cantarell, sino que se busca diversificar opciones, dando importancia a KMZ, Chicontepec, Tabasco (Región Sur), aguas someras y aguas profundas, siendo éstas últimas un renglón de exploración en el que aún no se obtienen los resultados deseados.
La caída de la producción sigue impactando en los volúmenes de exportación de crudo. En el 2008, la exportación se situó en 1,403,000 b/d, 16.8 por ciento menos que un año antes. Para enero de 2009, ese volumen había caído a 1,366,000 b/d. El impacto macroeconómico en los ingresos del país es notable, sobre todo, si se considera que enero del 2009 el precio del crudo mexicano de exportación promedió 37.65 dólares por barril, menos que la mitad del promedio de 84.35 dólares observado durante 2008.
El año pasado, México ingresó 43 mil 324 millones de dólares por la exportación de crudo. Obviamente, si se mantienen los volúmenes y precios de exportación de enero durante el resto del año ?lo cual parece muy probable, dada la deprimida demanda mundial de crudo y la falta de capacidad de Pemex para elevar su producción? los ingresos por la exportación de crudo serán inferiores en más de 20 mil millones de dólares este año, en comparación con el año pasado.
Por otra parte, se prevé que se frenará el crecimiento de la demanda y de la importación de gasolinas este año, por lo que las erogaciones para importar gasolina seguramente disminuirán en forma significativa. En los últimos meses del 2008 y el primero del 2009, se observó que la demanda de gasolinas prácticamente había dejado de crecer, que la de diesel crecía cerca del 2%, mientras que la de gas LP y turbosina ya mostraba una tendencia a la baja. Durante 2008, la importación de gasolinas promedió 340,500 b/d y la factura total por la importación de petrolíferos fue de 21 mil 887 millones de dólares.
LA NUEVA REFINERÍA
El gobierno federal ha definido la construcción de una nueva refinería, con un costo de entre 9 y 10 mil millones de dólares ?costo que podría variar dependiendo de condiciones de mercado? como una prioridad inmediata. El director general de la paraestatal, Jesús Reyes-Heroles, ha señalado que es urgente concluir la reconfiguración de la refinería de Minatitlán y comenzar proyectos para reconfigurar tres refinerías más, además de construir instalaciones para producir gasolinas y diesel de ultrabajo azufre a fin de cumplir con la norma ambiental 086, ya en vigor, lo cual significa que habrá que construir o modificar 39 plantas simultáneamente. “El volumen de trabajo requerido en todos estos proyectos es cuatro veces el nivel máximo de obra de construcción que se registró en refinación en los últimos 25 años”, dice Reyes-Heroles.
Invertir en una nueva refinería tendría la ventaja de procesar más crudo en el país, producir más e importar menos gasolina, lo cual implica mas generación de riqueza y de empleo. Sin embargo, implica invertir en un nuevo sitio, en vez de realizar las cuatro reconfiguraciones pendientes y modernizar y ampliar en los sitios existentes, además de acentuar y alargar nuestra dependencia de los hidrocarburos.
Se puede cuestionar la necesidad de una nueva refinería, cuando la producción de crudo está a la baja y existe la expectativa de que disminuirá la demanda de petrolíferos en el país, por lo menos en este año. Se supone que modernizar y ampliar las refinerías existentes sería más rentable que construir una totalmente nueva. Además, no se ha explicado la rentabilidad del proyecto, amén de que es difícil evaluarlo y compararlo frente a otras obras de infraestructura, por ejemplo, carreteras y puertos, que son prioritarias para el país.
Otro factor que juega en contra de la nueva refinería es que habría que quitarle 300,000 b/d a la exportación de crudo pesado para abastecerla, en momentos en que la producción de crudo está bajando en forma importante. Es una decisión de seguridad energética para proteger al país ante una eventual desabasto en el exterior. Por otro lado, el ahorro en importación al producir más gasolina en el país dependería del precio del petróleo, que es impredecible, y de los volúmenes reales de producción.
CONCLUSIÓN
Pemex encara una situación complicada en múltiples aspectos en el mediano plazo, agravada, sobre todo, por la situación económica y financiera mundial. Es evidente que, con la menor producción de crudo, el petróleo ya no podrá ser la fuente de ingresos fiscales que ha sido en la última década, sobre todo si los petroprecios siguen deprimidos, lo cual parece inevitable por lo menos en el corto plazo por la contracción de la economía mundial.
Este hueco en las finanzas públicas ?como ya mencionamos? podría ser del orden de 20 mil millones de dólares este año y podrá atenderse en parte con las coberturas contratadas a mediados del año pasado, cuando el precio del crudo superó los 100 dólares por barril. El problema mayor para las finanzas públicas será a partir del año 2010, si los petroprecios y los ingresos petroleros se mantienen en niveles bajos y más aún si no repuntan las otras fuentes de divisas de la economía nacional.?
? Director general de esta revista (energía_adebate@yahoo.com.mx )