El precio puede seguir elevándose en los próximos meses por factores
estacionales y climáticos, lo cual impactará a industrias e inflación.
¿El gobierno está listo para tomar medidas?
Luis Puig Lara*
En lo que va del año, los precios de los hidrocarburos han registrado fuertes e inesperados incrementos. El precio actual del gas natural en México es el más alto jamás observado en su historia. En efecto, desde que en 1991 se adoptó la metodología actual de precios, relacionando el precio del gas en México con los precios de los mercados relevantes como son los del Sur de Texas, los precios recientes, arriba de 12 dólares/MMbtu, jamás se habían registrado.
Además, el panorama que se espera para los próximos meses, sobre todo para octubre, cuando se inicia en Estados Unidos la temporada de inyección, es que los precios sean todavía mucho más altos, acordes con la estacionalidad característica del mercado.
Si los precios de los demás energéticos siguen con tendencia a la alza, como es el caso del crudo, del combustoleo y del carbón, el panorama se vislumbra aún más pesimista.
Actualmente, el perfil de los precios a futuro, en contango (es decir, más altos que el nivel actual), se puede acentuar a medida que entremos de lleno en la temporada de huracanes. Se estima que habrá más de 12 tormentas tropicales en el Atlántico. Varias de éstas podrían convertirse en huracanes y es previsible que en esos días los precios se dispararían aún más.
El impacto en México ya es grave y se puede agravar aún más. Desde luego los sectores más afectados son aquellos que tienen un uso intensivo del gas, la industria química, la del vidrio, la siderurgia, el sector eléctrico e incluso el sector petrolero, ya que tanto Pemex Refinación como Pemex Exploración y Producción son fuertes consumidores de gas. Aquí también debe mencionarse al sector residencial, es decir, el gas de consumo doméstico, que ya está sufriendo el efecto de este nivel de precios. Las tarifas de energía eléctrica eventualmente también serán impactadas por estos precios.
Además, una gran cantidad de gas proviene del exterior, no sólo por ductos, sino también como gas natural licuado. Es obvio que también este gas es de precios de mercado, es decir, ligados a los precios de Estados Unidos. Así, el gas, como muchos otros factores económicos, va a incidir en el índice de precios al consumidor, haciendo más difícil que se alcancen las metas programadas de inflación.
En el año de 2005, aún cuando la situación era menos grave que la actual, el gobierno federal decidió emitir un decreto con carácter de temporal, congelando el precio por varios meses. ¿Por qué hasta la fecha no se ha hecho? ¿O no se va a hacer? ¿O se va a hacer demasiado tarde? ¿No hay nadie en el gobierno que se haya hecho estas preguntas?, ¿O la reacción del sector consumidor no interesa? ¿Y el nivel de inflación tampoco?
? Ingeniero químico y empresario. Director general de Consultores Empresariales Puig. (cempu1@aol.com )