Las transacciones de petróleo a nivel financiero han desplazado
a un segundo término los factores tradicionales del precio.
Jaime Brito *
Desde mediados del año pasado, los precios internacionales del crudo han rebasado todos los pronósticos. De comenzar en 50 dólares por barril de WTI o Brent a principios del 2007, el crudo rozó los 100 dólares a fines de diciembre y finalmente rebasó esa mítica barrera a principios del 2008. Eso es excelente para los países exportadores como México y, sin embargo, aún hay muchos que no entienden porque han subido tanto los precios.
Es importante entenderlo porque solo así se puede planear con certidumbre el futuro de las inversiones, el comercio internacional, e incluso la balanza comercial de un país como el nuestro.
NO SÓLO OFERTA Y DEMANDA
Hasta hace muy poco tiempo ?unos cuatro años? el precio del crudo estaba básicamente ligado a la oferta y demanda: es decir, al volumen de crudo que el mundo necesita (en forma de gasolina y otros productos) y a cuánto volumen hay disponible para satisfacer esa demanda. Sin embargo, otros elementos han complicado el mercado. Los factores que determinaban el precio del crudo hasta hace muy poco se han ido modificando. Recordemos que en el mercado petrolero hay básicamente tres eslabones:
Los volúmenes en esos tres eslabones básicamente determinaba el precio del crudo. Lo que importaba era cuánta producción, capacidad de refinación y demanda de crudo hay en el mundo. Sin embargo, desde hace al menos 10 años una nueva dimensión entró en juego y ha ganado tanta inercia que ahora nadie puede ver su tamaño. Esta nueva fuerza ?la participación del sector financiero en el mercado petrolero? ha permitido que el precio del crudo se dispare a niveles inesperados, y puede seguir dando sorpresas.
VENTA Y REVENTA DE CONTRATOS
Los detalles de cómo funcionan las transacciones de petróleo a nivel financiero son complicados. En el mundo actual, se consumen 85 millones de barriles por día (redondeando números). Este es el crudo llamado “físico”. Sin embargo, se compra y se vende fácilmente 100 veces esa cantidad de crudo en papel, en contratos, apuestas (llamadas de manera técnica “opciones”), índices energéticos, swaps, y muchos otros instrumentos, lo cual es una cantidad monstruosa.
¿Cómo es posible que se tenga un “comercio artificial de crudo” muchas veces más grande que la demanda real, física? Básicamente, el barril de crudo puede ser comprado, vendido y revendido tantas veces como se quiera en un piso de remate, en papel. Digamos que estamos a principio de mes, y un participante de un piso de remate puede poseer un papel (contrato) que le da derecho a vender mil barriles de crudo WTI al precio de hoy, con la promesa de entregar el barril físicamente a fin de mes. Este contrato puede ser revendido a quien esté dispuesto a pagar el precio de venta.
Digamos que este señor vende su contrato por mil barriles a 85 dólares a otra persona, y al día siguiente se anuncia que hay una huelga en Nigeria. Este evento causa que más personas se apuren a comprar contratos de papel, porque ante la escasez (o menos producción de crudo que provoca una huelga) el precio del barril físico sube.
Así, esta persona que compró el barril a 85 dólares puede ahora venderlo a 90 dólares, si es que hay alguien dispuesto a pagar el precio. El ciclo puede repetirse tantas veces como las plataformas electrónicas, el internet y los dedos puedan dar click al ratón de la computadora. Para el fin de mes, ese contrato original que se vendió por primera vez en 85 dólares puede valer 110 dólares y puede haberse revendido decenas de veces.
Las transacciones en la vida real son mucho mas complicadas, ya que se puede comprar crudo para meses a futuro, entre otros tipos de transacciones. Sin embargo, lo básico que hay que entender es que el crudo en papel es un instrumento de inversión, como lo sería el comprar la acción de Telmex u otra empresa, o bien comprar dólares o euros.
MUCHA LIQUIDEZ, POCAS OPCIONES
Ya entendido este concepto, vamos a la raíz de por qué el barril vale más de 100 dólares. Básicamente hay dos razones: hay mucho dinero en el mundo y no hay donde invertirlo.
Esta afirmación suena extrema, pero es como piensan los bancos, fondos de inversión, administradores de pensiones, fondos mutuos, fondos de cobertura y muchísimos inversionistas privados que han llegado al mercado de crudo en papel en los últimos meses.
La caída de las tasas de interés de parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos ha provocado un éxodo de inversionistas hacia el mercado petrolero (ver diagrama). Si saben que ese dinero sentado en el banco va a dejarle muy poco interés, pues mejor lo mueven a donde le remunere más ganancia.
Si usted tiene cien dólares y sabe que ese dinero ya no va a comprar los mismos euros o acciones dentro de una semana, ¿qué hace? Los cambia y compra euros, o compra mas acciones de su empresa favorita, ¿no? Con la amenaza de recesión financiera, muchos administradores de inversiones ?personas que deciden dónde poner millones de dólares? no quieren comprar acciones. Muchos tampoco quieren comprar euros u otras monedas, porque si los bancos centrales de esas regiones deciden bajar las tasas de interés, sale lo mismo. Entonces, la solución es comprar contratos de crudo, de acero, cobre, oro u otros commodities.
A diferencia del acero u otras materias primas que han sido paraísos tradicionales para los inversionistas (y los siguen siendo, porque la demanda sube y hay muchos chinos e indios comprando), el crudo es una apuesta muy segura. El crudo siempre está en las noticias, tiene una relación muy estrecha con la geopolítica mundial, garantiza eventos inesperados que aprietan el mercado (huracanes, guerras, accidentes en refinerías o pozos de producción, entre otros).
El precio del petróleo llegó a los 110 dólares porque los inversionistas han decidido quedarse con este instrumento de inversión hasta que la economía de Estados Unidos mejore, hasta que las tasas de interés en ese país vuelvan a subir y hasta que el dólar se recupere. En la actualidad, hay tantos inversionistas inventando nuevos instrumentos para invertir alrededor del crudo, que el precio del mismo sube aunque haya periodos de menor demanda o mayor oferta.
Es decir, el papel de los inversionistas ha desplazado a un segundo término los factores tradicionales del precio. Ésta es una nueva realidad que hay que tomar en cuenta a la hora de pronosticar precios en el futuro, inversiones de nuevas refinerías, nuevas plataformas petroleras y alianzas estratégicas con empresas privadas. También es contexto para nuestra reforma energética en México.
*Analista de PFC Energy en Washington (jbrito@pcfenergy.com ).