En México las tarifas no son baratas cuando la comparación se hace con lo que pagan los habitantes de otros países latinoamericanos.
CÉsar HernÁndez *
El costo del servicio eléctrico mexicano es alto o muy alto cuando se le compara con el que se paga en países con industrias eléctricas eficientes. Las llamadas públicas de atención sobre el elevado nivel de nuestras tarifas eléctricas han sido frecuentes en el debate público mexicano durante el lustro pasado, sobre todo por parte de los empresarios e industriales, pero también por movimientos populares regionales y sectoriales. Entre los medios de comunicación escritos, el periódico Reforma le ha dado seguimiento permanente al tema de las altas tarifas eléctricas. Para el sector empresarial mexicano el elevado nivel de las tarifas es visto como una fuente importante de desventaja competitiva, particularmente para aquellas industrias intensivas en el uso de energía eléctrica. Para los consumidores, especialmente los que viven en zonas de temperaturas extremosas, las elevadas tarifas eléctricas representan una merma considerable en su economía familiar.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fue una de las primeras instituciones económicas especializadas que realizó un estudio comparativo sobre los precios de la electricidad mexicana en su revisión de nuestra economía de 1999/2000, donde llamó la atención sobre el elevado nivel de las tarifas y los subsidios eléctricos.(1) Los precios subsidiados del servicio eléctrico residencial mexicano se han colocado debajo del promedio de los países de la OCDE para varios de los años de la última década (entre 1995 y 2000, véase Gráfica 1). Sin embargo, una vez que se incorpora el monto del subsidio, el costo del servicio eléctrico residencial mexicano se vuelve significativamente superior al de los países de la OCDE. Ejemplificando: en el año 2000 el precio medio de la electricidad residencial subsidiada en México (0.105 dólares por kWh) era casi igual al del promedio de los países miembros de la OCDE (0.104 dólares), es decir, el precio medio mexicano era competitivo en términos internacionales. Pero ese mismo año el subsidio residencial mexicano equivalía a entre 59% y 76% del costo del servicio (dependiendo de si se trata de las taifas de la Comisión Federal de Electricidad, CFE, o de Luz y Fuerza del Centro). Una vez considerado el subsidio, el costo del servicio eléctrico residencial mexicano se encontraba significativamente por arriba del promedio de la OCDE. De hecho, el impacto de la reducción de subsidios eléctricos decretada por el gobierno mexicano a partir de 2002 puede verse claramente en la serie de datos de la Agencia Internacional de Energía, pues ubicó el precio de la electricidad residencial mexicana ?incluso con los considerables subsidios todavía incluidos? claramente por encima del promedio de países de la OCDE.
Gráfica 1. Una década de tarifas subsidiadas y ?aún así? altas.
Precios promedio de electricidad para usuarios residenciales
(dólares/kWh, utilizando paridades de poder de compra).
Si comparamos los últimos datos anuales disponibles para tarifas eléctricas residenciales de países miembros de la OCDE en la serie de la Agencia Internacional de Energía, se reitera el alto nivel de los precios de la electricidad residencial mexicana respecto a algunos de los más importantes y eficientes miembros de dicha organización (véase Gráfica 2). El precio promedio de la subsidiada electricidad residencial mexicana (0.143 dólares por kWh) triplica el de Noruega (0.048 dólares por kWh), uno de los más eficientes miembros de la OCDE. Pero también se encuentra por encima de los precios residenciales de Francia, Corea del Sur, Grecia, el Reino Unido, Nueva Zelanda, Finlandia, Suiza, Australia, Estados Unidos y del promedio de los países miembros de la OCDE.
Gráfica 2. Tarifas muy altas I. Precios promedio de electricidad para usuarios residenciales (dólares kWh/hora, paridad de poder de compra).
Fuente: Energy Prices & Taxes 3rd Quarter 2006, International Energy Agency. Todas las tarifas son para 2005 salvo Alemania (2004), Promedio OCDE (2002), Promedio OCDE Europa (2004). Las tafifas de Estados Unidos no incluyen impuestos.
Los datos de precios de electricidad de la OCDE nos muestran los precios medios que pagan los usuarios residenciales de cada país. Una investigación reciente del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC) buscó complementar esa imagen global, con otra comparación de tarifas residenciales para 2006 construida a partir de los libros tarifarios de las empresas eléctricas de diversas partes del mundo incluyendo, además de los países desarrollados revisados por la OCDE, varios países latinoamericanos. Esa comparación tarifaria ?hecha desde abajo para un consumo eléctrico de 210kWh en un mes? confirma los altos costos del servicio eléctrico mexicano y muestra que si bien nuestro significativo subsidio mitiga el peso de la tarifa real, no nos lleva ni remotamente a la situación de países con sectores eléctricos eficientes. De acuerdo con este estudio, un usuario residencial de clase media de la Ciudad de México que consume 420 kWh en un bimestre (una casa de dos recámaras, sala y comedor, refrigerador, televisión, lavadora plancha y ocho focos de 75 vatios) paga hoy en día 66 dólares, mientras que su equivalente de Canadá paga 27 dólares por el mismo consumo; en Estados Unidos y Reino Unido alrededor de 35 dólares. Lo anterior a pesar de que ese usuario mexicano está recibiendo cerca de 57 dólares de subsidio para completar un costo real de 123 dólares. Por otra parte, las tarifas eléctricas mexicanas tampoco son baratas cuando la comparación se hace con lo pagado por los habitantes de otros países latinoamericanos. Usuarios latinoamericanos de Ecuador, Uruguay, Paraguay y El Salvador pagan menos que los mexicanos incluso cuando se consideran los subsidios recibidos en México. Si sumamos los subsidios, los usuarios de Chile y Brasil se suman a la lista de quienes gozan de precios de electricidad más reducidos que los nuestros (véase Gráfica 3).
Gráfica 3. Tarifas muy altas II. 210 kWh de consumo mensual residencial
(dólares paridad de poder de compra 2006).
Elaboración del CIDAC con la información tarifaria por empresa para 2006 y 2007.
El dudoso beneficio del subsidio
El elevado nivel de las tarifas eléctricas mexicanas se ve compensado por el cuantioso programa gubernamental de subsidios eléctricos. Probablemente, sin éste el clamor por la transformación del sector eléctrico mexicano sería mucho más fuerte y tendría un respaldo popular más pronunciado. Pero resulta notable que los subsidios son cada vez menos eficaces para atenuar el alto nivel real de las tarifas eléctricas mexicanas. De hecho, es cada vez menos seguro que los subsidios eléctricos representen un alivio real para la población. Para que los subsidios representen una ayuda real para los consumidores, es necesario que el costo del servicio eléctrico no sea muy elevado. Dicho con otras palabras, siempre es muy útil recibir un descuento de entre 57% y 68% del precio de un servicio que es el porcentaje estimado del subsidio eléctrico residencial en 2005, (2) pero si se trata de un servicio muy caro, el descuento puede no ser muy atractivo. Baste comparar ?por poner un ejemplo? lo que un subsidiado usuario residencial mexicano paga por 350 kWh (más de 50 dólares) con lo que su contraparte argentina (también subsidiada) paga por la misma energía (menos de 25 dólares). Como sabe cualquier ama de casa, para saber si una oferta es buena no basta con ver el porcentaje del descuento, hay que comparar el precio final.
En el caso mexicano podemos afirmar que casi todo el monto que dedicamos a subsidiar el servicio eléctrico ?con el considerable sacrificio que supone para las finanzas públicas? apenas sirve para compensar sus altos costos. Si pensamos que nuestra industria eléctrica podría ser al menos tan eficiente como la del promedio de los países de la OCDE, lo anterior significa que prácticamente todo el subsidio mexicano ha sido un subsidio que no sirve principalmente para compensar la ineficiencia de nuestra industria eléctrica, pero no significa verdaderas ganancias para el promedio de los consumidores mexicanos. Ciertamente se trata de un descuento muy grande sobre el costo real del servicio, pero casi todo el descuento se va en compensar un costo muy alto. Lo cierto es que los subsidios otorgados al servicio eléctrico mexicano apenas sirven para compensar la diferencia de los costos de nuestra industria eléctrica y los prevalecientes en países con industrias más eficientes.
Pies de nota:
(1) Véase Economic Surveys: Mexico 1999/2000, volumen 2000, número 13, OCDE, París, 2000 p. 117; se comparan las tarifas eléctricas mexicanas con las de países de la organización entre 1984 y 1998.
(2) Datos para la CFE y LFC, respectivamente. Véase Presidencia de la República, “Anexo Estadístico”, Quinto Informe de Gobierno 2005, p. 506.
* Investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC) y coordinador de la Red Mexicana de Competencia y Regulación. Este texto forma parte del libro “La reforma cautiva: inversión, trabajo y empresa en el sector eléctrico mexicano”, publicado por el CIDAC (hernandez@cidac.org ).