¿No será que le echamos la culpa a Pemex, debiéndosela echar al gobierno?
Mario HernÁndez Samaniego *
Todo monopolio puede ser bueno o puede ser malo, dependiendo de cómo trata al comprador. Si es bueno, lo beneficia y si es malo, lo extorsiona. Pemex vende la gasolina y el diesel al doble del precio al que debería venderlos ?considerando sus costos de producción?, entonces es malo. China nos mete goles con productos que podíamos hacer igual de baratos, luego entonces Pemex es malo. ¿Cómo explicar que Pemex sea monopolio de los malos, si por mandato constitucional el petróleo es para bien de los mexicanos
¿Y qué piensan los mexicanos de Pemex? Las opiniones están divididas. Unos piensan que sólo sirve para enriquecer evasores del fisco; otros, que no sirve para nada; y otros, los más severos, dicen que no sirve más que para dar vergüenza. ¿Cómo expresaría todo esto un grupo de líderes de opinión del campo y de la ciudad?
Chano y Juan, miembros de la Liga Campesina Pro Abolición del TLC (LCPATLC para fácil referencia) concordaron en señalar que todos en el pueblo saben que el Supremo Gobierno es incapaz de cobrar impuestos a Don Trinquetiano Uñaslargas y amigos que los acompañan. Que Pedro Papas (Pepe para los cuates), dueño de la antigua “Tecata de la Inopia”, hoy “Emporio Mercantil”, bien que cobra el IVA y bien que lo embolsa. Que ni el doctor Asclepio Matasanos ni el maestro Bonhomo Mascatuercas, dueño del taller mecánico, extienden recibo o factura, ni se cansan de pregonar el favor que hacen al pueblo ahorrándole el 15% de IVA que injustamente impone el Supremo Gobierno. Por eso a nadie sorprende que el Supremo Gobierno tenga que echar mano de Pemex y de obligarlo a subir de precio la gasolina, diesel y gas LP para que lo que los evasores se embolsan, se reponga a costillas nuestras.
Y todavía eso se entiende: hay que hacer la balona a los cuates. Pero la verdad no entendemos por qué antes los fertilizantes se hacían en México y eran baratos y nos fiaba el banco, y ahora nos dicen que costea más vender el gas que volverlo fertilizantes. Y no lo entendemos porque estamos seguros de que vale más el maíz y el frijol extra que cosechamos con tierras abonadas que lo que se gana vendiendo el gas e importando el maíz y frijol que no producimos.
Tampoco entendemos porqué nos dicen que hay que importar gas para dar de comer a las plantas de luz si antes consumían chapopote que ahora exportamos. ¿Por qué no hacer fertilizantes con el gas y usar el chapopote para generar electricidad?
Y qué de los trabajadores de compañías que hacían juguetes y artículos de plástico para la casa, y los que trabajan en fábricas de telas con fibras sintéticas, y de ropa y de zapatos que ahora están en la calle porque costea más contrabandear los juguetes y las telas y la ropa y los zapatos que fabricarlos en México. El mismo Pemex reconoce que sus plantas petroquímicas que hacen las materias primas para los juguetes, las telas, la ropa y el calzado están trabajando a la mitad de su capacidad. Dice que costea más no producirlas. Y por otro lado, los industriales del ramo importe e importe como locos. Las gentes que saben de todo esto nos dicen que el petróleo y el gas con que se hacen esos materiales nos cuestan más baratos que a otros países que los importan y que nos mandan productos terminados que nos quitan el empleo.
Y así por el estilo fueron los comentarios de otros ciudadanos conscientes que cuestionan no a Pemex, sino a quienes lo manejan en contra de sus propios accionistas, que somos todos. Don Sócrates Contreras, que desde hace muchos años ha dejado de chuparse el dedo, nos dijo que hay que hacer caso a los dichos populares como aquél que dice que no tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre. ¿No será que le echamos la culpa al indio Pemex, debiéndosela echar al compadre Supremo Gobierno? Que el que de veras no sirve para nada y para vergüenza es el compadre que aparte de todo lo anterior anda buscando dinero extranjero, pero ya no fiado, sino como tajada del negocio, para tener con qué sacar más petróleo y malbaratarlo más y más rápido, en lugar de transformarlo en cosas que den empleo y generen impuestos.
Mejor dejemos en paz a Pemex y cambiemos gobierno, dice don Sócrates, para que no valga aquello de que “sucio el dedo, de una vez toda la mano”.
* Fue subgerente de petroquímica y gerente de refinación de Petróleos Mexicanos (Pemex). Laboró en la empresa durante 30 años. Es miembro del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17.