Sólo con políticas bien diseñadas se podrá lograr un programa exitoso de producción y distribución de etanol para utilizarse como oxigenante o como combustible para el transporte.
ROCÍO SARMIENTO TORRES*
Se tiene la oportunidad de producir etanol en México para utilizarse como combustible vehicular. Sin embargo, será importante que, previamente, se instrumente una serie de medidas que garanticen su éxito y que permitan evitar perjuicios de tipo social, económico y/o ecológico.
Podría resultar conveniente promover alternativas de sustitución de las gasolinas y otros combustibles derivados del petróleo, debido a que los riesgos y la incertidumbre que presenta el mercado petrolero, por lo que no se debe descartar que surjan, en el futuro, problemas de abasto o la elevación de los precios de los petrolíferos.
Las gráficas que se muestran a continuación, y que se explican por sí solas, pueden ser una justificación suficiente para la producción de etanol; pero existen mucho más factores que se deben considerar, para que ?después de haber iniciado un programa de fomento y uso del etanol, con las inversiones que implica? no se llegue al punto en que se tenga que revertir, al darse cuenta que las desventajas podrían ser mayores que las ventajas que se pretende obtener.
El sector transporte es el mayor consumidor final de energía, conforme se puede observar en las gráficas que muestran el consumo de energía en México y en la ciudad capital.
Consumo de Energía en México y en la Ciudad de México
En la siguiente gráfica se puede observar la tendencia hacia la importación de gasolinas en cuanto a porcentaje, con respecto a las ventas, pudiéndose apreciar que en el año 2005 ésta constituyó el 32 % del consumo nacional.
Porcentaje de importación de gasolinas
Es necesario elaborar políticas que permitan lograr un programa exitoso de producción y distribución de etanol para utilizarse como oxigenante o como combustible para el transporte.
1.- Se recomienda la elaboración de un programa con las siguientes tres etapas:
Primera Etapa
1.1. Considerar el uso del etanol como oxigenante, para vehículos sin ninguna modificación tecnológica; en la cantidad (36 % del total requerido) que se puede producir con la caña de los excedentes de azúcar (esto es en función de la norma 086SEMARNAT-SENER-SCFI-2005, en la que se fija el 2.7% peso de oxígeno para las gasolinas).
1.2. De cuyo éxito dependerá, el continuar escalando para sustituir las cantidades totales de importación de oxigenantes (MTBE y TAME) en una segunda etapa.
1.3. Considerar en esta etapa los costos de las instalaciones necesarias en las refinerías de Pemex para el almacenamiento y mezclado del etanol, en equipos diferentes a los de los oxigenantes actuales, para poder tener la flexibilidad de cambiar de etanol a otros oxigenantes (MTBE y TAME) y cubrir las posibles bajas en la producción de etanol. Estimando las capacidades que se requerirían para cubrir la segunda etapa del programa y los posibles incrementos en el consumo de gasolinas, con flexibilidad en el escalamiento para un mínimo de 10 años.
1.4. Debe aprovecharse la economía de escala para la reducción de costos de producción de etanol, en plantas en que se utilice tecnología actualizada; con una adecuada administración para su optimización. De preferencia, tener flexibilidad en las plantas para la producción de azúcar/melaza/etanol y aprovechar las fluctuaciones de precios en el mercado.
1.5. El transporte de etanol es un factor importante que eleva su precio, por lo que en una primera etapa de introducción o distribución, sería conveniente que fuera de las refinerías más cercanas a los lugares de producción.
1.6. En una primera etapa no es conveniente la venta de etanol como combustible (a mayores concentraciones) para no promover la introducción de los vehículos flexibles y por lo tanto, crear una dependencia en su producción (demanda) que llevaría a su importación; considerando que debe tenerse flexibilidad en el incremento de las concentraciones en las gasolinas, para el caso de que no se obtuviera la producción suficiente.
Segunda Etapa:
1. Producción de etanol para la sustitución total de los oxigenantes (MTBE y TAME), equivalente a aproximadamente 1,208 millones de litros de etanol/año (excluyendo la cantidad de etanol deshidratado que ya se puede producir en la actualidad).
2. En esta segunda etapa puede ser conveniente introducir el etanol como oxigenante en las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México, requiriéndose un volumen aproximado de 150 millones de litros/año, lo que equivale al 12.4 % del volumen total de oxigenantes requeridos en el país; siendo posible su producción en dos plantas grandes (100 millones de litros/año operando al 85%), con un costo aproximado de 828 millones de pesos.
3. La producción de etanol para sustitución total de los oxigenantes en gasolinas que se consumen en el país, se podría hacer en aproximadamente 15 plantas grandes (100 millones de litros/año operando al 85%), con una inversión del orden de 6,300 millones de pesos (US$550 millones).
4. La inversión en las instalaciones necesarias de las refinerías de Pemex debe considerar el escalamiento programado hasta cubrir el total de los oxigenantes requeridos.
Logística para la producción y distribución de etanol carburante
Tercera Etapa:
1. Utilización de etanol a concentraciones mayores en vehículos flexibles, para flotillas especiales; con lo que las estaciones de servicio tendrían que invertir en tanques de almacenamiento extras, tubería y dispensarios, con especificaciones diferentes a las de las gasolinas, principalmente para evitar desgaste de algunas partes y corrosión.
2. Es recomendable comenzar con las dos primeras etapas y dependiendo de la reducción en los costos de producción del etanol (principalmente mediante la utilización de residuos) llegar a suministrar concentraciones mayores a los vehículos.
3. En esta etapa debe considerarse la forma de sustituir los ingresos hacendarios que se obtienen por la venta de gasolinas en la actualidad.
2.- Políticas a aplicar en todas las etapas propuestas:
1. Tener como el objetivo más importante el apoyo al campo mediante el crecimiento de la agroindustria y, por lo tanto, desalentar la importación de materias primas para su fabricación o la importación de etanol para utilizarse como combustible; debido a que se estaría desaprovechando la mayor ventaja de la política de introducción de etanol que es la del apoyo al campo.
2. Procurar, mediante la normatividad necesaria, que la producción actual de etanol siga utilizándose en la misma forma en que se hace, para desalentar una mayor importación.
3. Como un objetivo en segundo lugar, deben considerarse los beneficios ambientales que se pueden obtener por la sustitución de los éteres (MTBE y TAME) utilizados como oxigenantes en las gasolinas.
4. Como un objetivo en tercer lugar, considerar la posible sustitución de gasolinas por etanol, con la disminución de la dependencia a las gasolinas de importación, en conjunto con la creación de nuevas refinerías en México.
5. Dar preferencia a los cultivos para la industria agroalimentaria con relación a la producción de etanol para utilizarse como combustible. En este sentido, la materia prima considerada como la que representa la mejor alternativa es la caña de azúcar, siguiéndole en importancia el sorgo y la cebada. Las emisiones de bióxido de carbono que se pueden reducir al sembrar cultivos para la producción de etanol, también puede reducirse con la siembra de cualquier otro tipo de cultivo y más aún con reforestación de bosques y selvas.
6. Asegurar la venta de etanol deshidratado a las refinerías para un mayor control y evitar su desvío a otros usos (bebidas alcohólicas).
7. Contar con normatividad clara y completa, con los mecanismos adecuados de aplicación para: impedir la venta ilegal para usos diferentes al de oxigenante de gasolinas o combustible para el transporte; para impedir efectos en la salud de trabajadores expuestos a la producción de etanol; para minimizar la generación de contaminantes en la producción de materias primas y en los procesos de elaboración de etanol y; para no incrementar el consumo como bebida alcohólica en una forma que origine un mayor índice de adicción.
8. Fomentar la investigación en biotecnología para la utilización de residuos celulósicos y semicelulósicos en la industria del etanol y, al mismo tiempo, ampliar la educación en producción limpia y sustentabilidad.
9. Son necesarios los subsidios directos, indirectos o de ambos tipos, con un soporte gubernamental sostenido, considerando que una vez que se otorgan garantías y que se ha lanzado la industria de los biocombustibles, va a ser muy difícil retirar los subsidios.
10. Puede apoyarse a los fabricantes de etanol mediante la exención de impuestos (precio administrado) y políticas de comercio restrictivas.
11. Considerar el análisis de los costos y beneficios sociales de la producción de etanol para decidir cuándo, dónde y cómo comenzar un programa de este tipo.
12. Al mismo tiempo en que se promueva el desarrollo de la industria del etanol, es necesario buscar oportunidades de mercado y realizar las reformas estructurales necesarias para fomentar la producción de fructuosa en México, en donde también se verían favorecidos cerca de 3 millones de mexicanos que cultivan maíz.
13. De manera conjunta con un programa de fomento de producción de etanol biocombustible, sería conveniente aplicar un programa intensivo que conduzca a la disminución del consumo de combustibles en el transporte, mayor uso del transporte público y menor uso del automóvil particular; ampliación de transporte público eléctrico y prácticas de ahorro y eficiencia energética.