Víctor Ramírez, Asociación Nacional de Energía Solar / para Energía a Debate
La Reforma Energética de 2013 y sus leyes posteriores son un cambio total de paradigma en el sector energético. De ser un monopolio público, pasó a ser un mercado y las reglas del juego son propias de un mercado. Es por eso que me di a la tarea de explicar el amparo de CFE en términos de un mercado y un producto común en él: la naranja y el jugo de naranja.
El precio en dos sitios cercanos que venden jugo es el mismo. El precio al que dan el jugo incluye en todos los casos: el costo de producir la naranja, la transportación, las pérdidas de naranjas en la transportación, el costo de uso de espacio en la central, el costo de traslado desde la central de abastos hasta el local de venta y el trabajo de extracción y servido del jugo.
Al que vende las naranjas en la central de abastos poco le importa si la naranja viene de 15 o de 200 kilómetros y paga lo mismo por la misma cantidad de producto, siempre que haya igual calidad. El precio de la cantidad de naranjas necesaria para un jugo en la central de abastos y el del jugo en el puesto no es el mismo, pues el último incluye el costo de transportación de la central al puesto, todo el costo de trabajo de extracción, empacado y demás.
Lo mismo pasa con la energía: la Comisión Reguladora de Energía (CRE) determinó que la energía en el nodo P (que es una especie de la central de abastos de energía) costará lo mismo, venga de donde venga. A este costo de la energía se le llama Precio Marginal Local, según la Ley de la Industria Eléctrica. Quien lleve la energía desde el Nodo P hasta donde el usuario lo consume, cobrará la diferencia entre la tarifa y el precio marginal local (precio de distribución, le llamaré).
La energía que se produce de manera distribuida y en pequeño no necesita llegar al nodo o subestación, sino que buscará (así lo hace por naturaleza) el sitio de tránsito más rápido y ese sitio puede ser la casa del vecino. En otras palabras: la energía que los pequeños techos solares pueden generar como excedentes los consume el vecino, por lo que se usan las redes de distribución por unos ¿10 o 20 metros?
Ese costo, que es mínimo, queda diluido en los costos de la tarifa restando el Precio Marginal Local, que es la ganancia de CFE Distribución y CFE Suministro básico.
El problema es que CFE quiere pagar a un precio menor cuando la energía se genere cerca, pues dice que esa energía usa transmisión, pero esto no es del todo real.
Si se redujera el costo de la energía que CFE Suministro Básico tiene que pagar al pequeño generador ¿qué pasaría?
Primero se desincentivaría la instalación de equipos fotovoltaicos, pues usarlos tendría menor ganancia. Por otro lado, tendría un mayor ingreso CFE Suministro básico. Un ingreso que en casos de grandes generadoras se repartiría entre la central eléctrica y el costo de uso de las redes de transmisión, pero que aquí no tendría destino real, pues no habría razón para pagar transmisión que no se usa. O sea: tiene más ingreso CFE, injustificado, y menos quien invirtió (no poco de su patrimonio) en comprar celdas solares.
Afortunadamente por el momento el juez no le ha dado la razón a CFE, mientras que legisladores, especialistas y miembros de la sociedad civil se han manifestado y dado sus razones de por qué se deben pagar la energía, como las naranjas, a precio de mercado.