(Artículo publicado en la edición septiembre-octubre de la revista “Energía a Debate”).
Gerardo Cervantes*
La liberalización del mercado eléctrico mexicano es fundamental para el incremento de la competitividad del país, ya que abre la puerta a inversiones, al surgimiento de empresas y a la diversificación de las grandes compañías de energía. Al mismo tiempo, conlleva nuevos retos para el sector, tanto en experiencia como en mano de obra.
En ese contexto, debemos recordar que la cadena de valor de la electricidad requiere un alto nivel de especialización que va desde quienes planean, proponen y analizan los proyectos, hasta las personas que los ejecutan. Cada uno de ellos juega un papel relevante para la creación de un sistema eficiente y, actualmente, todos vivimos un profundo proceso de aprendizaje.
Durante la segunda mitad de la década de los 70 y los 80, el país experimentó un auge petrolero que detonó la creación de empresas y la formación de profesionistas para satisfacer las nuevas necesidades de servicios para la industria de los hidrocarburos. Esto mismo es lo que debería suceder con la apertura del mercado eléctrico.
La proveeduría, pieza clave en la implementación
Cada día, las compañías de energía buscan proveedores que ofrezcan mano de obra calificada, que sean su brazo técnico para la realización de trabajo focalizado. En este momento, hay servicios y talento que no están cubiertos, por ejemplo:
1. Proveeduría para instalación de páneles solares de pequeña escala. La generación distribuida o in situ es uno de los negocios que cada vez toman mayor relevancia y que podrían resultar estratégicos para disminuir el subsidio a las tarifas residenciales, como ya ha manifestado la propia Secretaría de Energía. Sin embargo, hay falta de talleres y cursos de capacitación del personal para efectuar las instalaciones.
No se cuenta con el aval de una institución reconocida que genere confianza, garantías y seguridad para las empresas contratantes y para sus clientes.
2. Personal para instalación de medidores y sistemas de telemetría. La regulación actual pide que los clientes cuenten con equipos de extracción de información remota para la lectura y facturación de la energía. Para lograrlo, se requiere contar con personal que tenga conocimiento respecto a la colocación de estos equipos en el punto de carga, la operación del software y el análisis de los datos.
3. Proveedores de modernización de instalaciones eléctricas. Las nuevas disposiciones señalan que la infraestructura debe cumplir con la normatividad vigente, de lo contrario se solicita una renovación. Dichas instalaciones distan de ser las que regularmente se tienen en el servicio doméstico, por lo que se necesitan electricistas y empresas proveedoras con conocimiento en instalaciones industriales y especializadas. Basta mencionar la demanda de estos servicios que requiere una empresa como Enel y para atender instalaciones de los más de 17 mil puntos de carga en locales comerciales de sus clientes.
4. Consultores en eficiencia energética. En países europeos, el concepto de eficiencia energética es muy común para la industria, por ejemplo, en España ya existe una regulación que solicita la realización de una auditoría energética por lo menos cada cinco años, es decir, ya existe una infraestructura de expertos ?ingenieros, electricistas e incluso químicos? que guíen a las empresas en los pasos a seguir para utilizar la electricidad de forma sustentable.
5. Plataformas de inteligencia y modelos de mercado. La participación de las empresas en el mercado de corto plazo requiere de modelos muy sofisticados que le permitan hacer proyecciones de precios, flujos y otros elementos del mercado a fin de optimizar sus ofertas de compraventa, así como para balancear sus posiciones. Igualmente relevante es el análisis de datos de política energética, regulación y operaciones de los distintos participantes de mercado, que alimenten estas plataformas. A la fecha, con algunas excepciones, la ejecución de estos servicios se está haciendo mayoritariamente de manera remota por proveedores desde el extranjero, sin que se esté desarrollando una base local, algo que será de gran importancia en la medida en que el mercado vaya ganando liquidez.
En nuestra experiencia, ahora mismo enfrentamos desafíos que nos demuestran que la creación y certificación, tanto de proveedores, como de profesionistas, requiere un impulso que le dé el ritmo de crecimiento que el mercado demanda, por lo que es urgente poner manos a la obra.
El reto del talento
En el caso de la formación de talento, por tradición, las universidades han sido semillero de profesionistas y parte de su tarea es ser punta de lanza en la formación de jóvenes de acuerdo con las necesidades del mercado y la realidad productiva del país.
En nuestra visión, el aprendizaje de los estudiantes en el sector eléctrico se debe dar desde el nivel medio superior, en escuelas con enfoque técnico como Conalep ?por citar un ejemplo-, donde el grado de especialización está ligado al trabajo de campo, hasta licenciaturas e ingenierías enfocadas en la investigación, innovación y desarrollo, para llegar a posgrados en materia eléctrica, tal como sucede en Europa o Estados Unidos.
Lograr contar con el talento adecuado pasa por dos ejes principales: la actualización de los planes de estudio y el fomento del conocimiento del mercado liberalizado entre los docentes.
Los esfuerzos ya han iniciado y una muestra es el surgimiento de carreras como Ingeniería en Energías Renovables, en Sistemas de Energía o en Procesos Sustentables y Desarrollo Regional, impartidas en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, entre otras. Pero, de fondo, el corazón de estas nuevas alternativas profesionales es, y debe continuar siendo, la sincronización del actual panorama del mercado con los programas de estudio.
Todos ganamos
Es tarea de todos contribuir al dinamismo del sector eléctrico, un ramo muy importante para el país y para la productividad de las empresas. El objetivo es lograr un círculo virtuoso en que los distintos integrantes del proceso nos beneficiemos.
¿Qué buscamos, entonces? Que el sector eléctrico del país trabaje como un engranaje preciso, donde se generen empleos para quienes su área de expertise es la electricidad, pero que aún no cuentan con la información de cómo pueden capacitarse, y desarrollar cadenas de valor que cumplan con altos niveles de calidad y que aplique a cabalidad las normas. Esto al mismo tiempo de ir de la mano con entidades que avalen la experiencia, certifiquen la proveeduría y comuniquen las oportunidades que brindan las reformas a sociedad, profesionales y empresarios.
Los objetivos son:
- Asegurar que la industria eléctrica cuente con mano de obra calificada y profesionistas especializados
- Generar empleos locales en toda la cadena de valor.
- Garantizar que el cliente reciba servicios de calidad.
Aprovechemos la coyuntura para contribuir al desarrollo nacional a través de un servicio vital como es la electricidad.
* Energy Manager & Commercial Officer, Enel México y Centroamérica.