Redacción / Energía a Debate
Algunos grandes inversionistas y bancos en el mundo están reconsiderando invertir en la industria de petróleo y gas que lucha con una demanda de crudo incierta, regulación gubernamental y con tecnología disruptiva como los autos eléctricos.
Sarah Kent y Nina Adam, del diario estadunidense The Wall Street Journal, aseguran que “en un mundo donde las industrias contaminantes más pesadas podrían ser penalizadas, algunos inversionistas dicen que los riesgos financieros de tales inversiones podrían pesar más que las recompensas.”
El artículo pone como ejemplo el gobierno de Noruega, el cual este año decidirá si reduce las inversiones en el sector de petróleo y gas de su fondo de riqueza soberana de mil millones de dólares.
La nota agrega que los activos incluyen participaciones de multibillones de dólares en las empresas ExxonMobil, Royal Dutch Shell, Chevron y BP.
Otro ejemplo citado por el diario son el gigante asegurador francés AXA Group y el banco holandés ING Groep que están retirando sus participaciones en la industria que contribuye en su mayoría al cambio climático, como las arenas aceitosas de Canadá, país que está introduciendo un impuesto al carbono para limitar la emisión de gases de efecto invernadero de las arenas aceitosas.
La nota también refiere que el Banco Mundial aseguró el mes pasado que dejará de financiar la exploración y perforación de petróleo y gas para 2019 en apoyo a los objetivos del Acuerdo de París de 2015 para mitigar el cambio climático.
Asimismo, el banco francés BNP Paribas dijo que ya no financiará algunos proyectos que se vean que dañan el ambiente.
Las grandes compañías petroleras, por su parte, señalan que ahora están haciendo lo suficiente para manejar el riesgo financiero del cambio climático, trasladando sus negocios más hacia el gas natural y la experimentación con las energías renovables y la electricidad.
Lea el artículo original en The Wall Street Journal.