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David Alire García / Reuters
Las firmas petroleras que ganaron los derechos de perforación en el marco de la reforma energética de México han tenido poco progreso en el desarrollo de cerca de dos tercios de los proyectos a causa del enredado régimen regulatorio, de acuerdo con ejecutivos de las empresas y datos del gobierno.
México ha licitado más de cien contratos a empresas extranjeras y locales desde que el Presidente Enrique Peña Nieto comenzó a abrir los campos petroleros de la nación a inversiones foráneas en 2013.
El nuevo marco regulatorio, mucho del cual es un adaptado de las leyes existentes, ha mantenido la mayor parte del petróleo en el subsuelo, según muestran algunos datos. Eso está postergando los beneficios potenciales para México y podría hacer mucho más fácil revertir las reformas si los votantes eligen a un candidato anti-reformista para presidente cuando Peña Nieto deje el cargo a finales de noviembre.
Las aprobaciones sobre seguridad es un “proceso engorroso y arduo que resulta en un punto de choque significativo para los pozos de perforación”, dijo Craig Steinke, director ejecutivo de Renaissance Oil Corp, la cual tiene cinco proyectos en México, tres de ellos atorados en los permisos.
Toma tres días obtener los permisos necesarios de perforación para un pozo en Alberta, Canadá, comparado con más de un año en México, dijo Steike. A lo largo de la vida de un proyecto, a las empresas petroleras se les pide entregar más de 250 documentos separados a cerca de una docena de agencias supervisoras de desarrollos en tierra y en mar.
La ASEA (Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente) debe decidir acerca de cien permisos para cada proyecto, de acuerdo con Marco Cota, ex director de Exploración y Producción de la Secretaría de Energía, quien ahora asesora a las empresas petroleras sobre el cumplimiento regulatorio. Mucha de la regulación en seguridad industrial de la Agencia fue heredada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y duplica el papeleo requerido por otros organismos, afirmó.
Por su parte, el director de la ASEA, Carlos de Regules, ex funcionario de Pemex, reconoció en una entrevista que la toma de decisiones de la Agencia ha sido muy lenta. Dijo que está trabajando para recortar la revisión de los permisos a 120 días para septiembre, comparado con el proceso actual que puede ampliarse hasta un año y medio.
“El marco regulatorio es muy complicado y nos obliga a tomar más tiempo de lo que en un principio debería ser necesario para evaluar un proyecto”, señaló en relación con la reglamentación vigente desde que la reforma fue promulgada. “Estamos obligados a pedir siete veces el mismo papeleo”.
Las evaluaciones de impacto ambiental pueden tomar cerca de seis meses y tres meses para un permiso final de perforación, justo dos de las aprobaciones requeridas antes de que los trabajos puedan comenzar en un pozo.
Los retrasos radican en gran parte en el hecho de que la ASEA está adaptando e interpretando leyes escritas originalmente para la protección ambiental en general y no para la industria energética en específico, dijo Layla Vargas, quien trabaja con las empresas petroleras para cumplir con la reglamentación gubernamental.
“Lo que han tenido que hacer es medio improvisar” para adaptarse al sector energético, aseguró Cota.
Los recortes en personal también son otro cuello de botella. El regulador tiene 465 empleados que tramitan las aprobaciones de más de 25 mil solicitudes de proyecto desde la apertura del mercado petrolero en 2015, que van desde estaciones de servicio hasta proyectos multimillonarios de perforación. Los permisos para una gasolinería pueden tomar hasta siete meses para aprobarse, de acuerdo con la Agencia.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en otoño pasado hizo un llamado para que la ASEA tenga más “agilidad institucional y autonomía” en su evaluación de la regulación energética de México.
La complejidad administrativa de la ASEA es el reto más grande para echar a andar los proyectos de petróleo y gas, dijo Steinke de Renaissance y otros ejecutivos de empresas.
Hasta ahora, la ASEA ha aprobado las pólizas de seguro de 37 de los 107 contratos de petróleo y gas otorgados. Los sistemas de administración de las empresas, un plan personalizado para mitigar riesgos en 18 áreas ambientales, de salud y de seguridad, ya han sido autorizados para 51 proyectos. Ambas se necesitan antes de poder perforar.
A la fecha, 107 proyectos de exploración y producción ganados en las licitaciones por las empresas petroleras, incluyendo ExxonMobil y Royal Dutch Shell, están en varias etapas del proceso regulatorio.
Al menos una de las empresas petroleras dijo que no ha tenido problemas con retrasos irracionales. “Hemos tenido una buena experiencia en México”, aseguró Felipe Arbaláez, presidente para América Latina de BP PLC.