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Entre tanto optimismo postelectoral, aún persiste la incertidumbre por la amenaza implícita en la revisión de los contratos petroleros. El equipo económico de Andrés Manuel López Obrador envía mensajes conciliadores y hasta anda diciendo que los contratos están bien hechos, pero el Presidente electo imprudentemente habla de posibles “anomalías” y “corrupción” y de impugnarlos, sin más fundamento que su propio prejuicio ideológico.
Con eso, queda en entredicho si seguirán adelante las rondas petroleras y las subastas eléctricas previstas para la segunda mitad de este año o si el Presidente Peña Nieto pactará con AMLO para suspenderlas, en espera de la revisión de contratos. Algunas compañías están reacias a participar más en esos procesos por ahora. Hay petroleras que empiezan a evaluar una estrategia de salida para irse de México. Casi todas ya dan por muerto el Plan Quinquenal de licitaciones de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que daría continuidad a las rondas.
La duda es si prevalecerá en la política energética un enfoque moderado tipo Urzúa-Romo-Herrera o la actitud más radical de AMLO y su posible titular de Energía, Rocío Nahle. Está claro que a AMLO no le agrada la participación de petroleras extranjeras, pero su equipo económico ya le aconsejó que rescindir contratos ahora enviaría una pésima señal a los mercados. A su vez, el nuevo paradigma político hegemónico de Morena no da confianza a los inversionistas globales en energía.
AMLO ha sacado raja electoral y mediática del tema de los contratos y ha querido desprestigiar la Reforma Energética. Si la causa de AMLO es a fuerzas detener la participación extranjera, entonces no continuará con las rondas petroleras. Pero frenarlas e impugnar contratos tendría un costo en cuanto a confianza y credibilidad para México.
Aunque la CNH dice que acepta la revisión, las leyes siempre están sujetas a interpretaciones que pueden ser subjetivas, dirigidas o arbitrarias. Siendo así, AMLO y sus abogados, si así lo desean, podrán plantear presuntas irregularidades e intentar echar abajo uno o varios de los contratos, alegando criterios inadecuados, supuestamente contrarios al interés nacional, en los procesos de asignación de áreas en la Ronda Cero, de precalificación o de adjudicación. Además, la propuesta petrolera del Proyecto de Nación de Morena plantea específicamente realizar cambios a las leyes petroleras secundarias y posponer los farmouts. Al parecer, consideran que éstos son alianzas irregulares con firmas extranjeras que la CNH impuso a Pemex.
AMLO ha esbozado algunas ideas para rescatar y capitalizar a Pemex. Pero también dice que Pemex es una de las empresas más saqueadas del mundo y que sus funcionarios se han dedicado a robar. ¿Ahora aportará pruebas y actuará contra ellos? Y si no lo hace, ¿hay seriedad en su discurso anti-corrupción?
AMLO hereda una industria emproblemada, empresas estatales descapitalizadas, escasas reservas petroleras probadas, yacimientos agotados, nuevos contratos en fase incipiente, importación masiva de gas y gasolina, mercados energéticos abiertos que aún no se consolidan. Frente a esos retos, sus propuestas polémicas en cuanto a autosuficiencia, refinerías, hidroeléctricas, descentralización, repudio al gas natural y cancelación de contratos, si no están bien pensadas, podrían dislocar la industria, generar enormes costos y llevar al país al precipicio del desabasto energético.
Con todo, parece poco viable técnica y económicamente su plan para elevar la producción petrolera, construir refinerías y dejar de importar gasolinas en sólo tres años. Lo será aún menos, si Pemex lo tiene que hacer sólo, sin el apoyo de inversión privada. Es contraproducente tener en jaque a los inversionistas nacionales e internacionales, que fueron invitados a invertir y a aportar producción adicional, bajo el amago de una revisión de contratos que puede llevar a decisiones arbitrarias y a juicios y a indemnizaciones muy costosas para el país. Es reprobable e injustificable sembrar incertidumbre. AMLO debe rectificar.
David Shields es analista de la industria energética. Su e-mail: david.shields@energiaadebate.com