RAMSES PECH*
Una refinería requiere una conceptualización técnica y de factibilidad de su diseño, construcción, instalación y operación.
Definiciones:
Refinación: Es el proceso de separación del crudo por medio de métodos físicos basados en cambios de presión y temperatura con el conocimiento de separación de cada producto.
Petroquímica: Proceso de la alteración de las moléculas por medio de reacciones químicas al interactuar uno o más materias primas para incrementar las cadenas de carbón e hidrogeno para obtener uniones resistentes o productos de una mejor calidad.
Es decir, la diferencia entre refinación y petroquímica radica la primera es una separación física y la otra son reacciones químicas controladas.
La construcción de una refinería consta de varios procesos para su instalación empezando por un estudio de factibilidad que deberá cumplir con lo siguiente: se requiere una investigación sobre el marco de factores que afectan al proyecto y aspectos legales. Los estudios realizados específicos deberían ser:
- Estudio de mercado.
- Estudio tecnológico.
- Estudio financiero.
- Suministros.
- Estudio administrativo/jurídico/normatividades/regulaciones.
- Estudio de impacto ambiental. Debe llevar a lo siguiente:
a) El proyecto tiene una alta posibilidad de adaptarse a la región, basado en tener materia prima, puerto, ductos e infraestructura para operar en forma constante las 24 horas al día.
b) El diseño de la refinería realizado con base a la materia disponible en el mercado (interno/externo) y confirmando la existencia de la tecnología para la producción con base al volumen de productos requerido por el mercado analizado.
c) El mercado a cubrir, definiendo el alcance logístico, consumo y crecimiento. La visión es satisfacer una necesidad no cubierta para un mercado de consumidores.
d) Respecto a la cuantificación de los requerimientos de inversión que plantea el proyecto y sus posibles fuentes de financiamiento, deberá arrojar que el proyecto es autosustentable financieramente, cubriendo el CAPEX y OPEX para el funcionamiento a tasas de restitución aceptables dentro del mercado de refinación a nivel mundial.
Si se cumple con lo anterior, podemos establecer que tenemos proyecto. Establecido lo anterior hay que definir el volumen a refinar con la materia prima disponible dentro del área seleccionada para establecer los costos probables de la construcción e instalación.
Estados Unidos tiene una capacidad total de refinación de 18.6 millones de barriles diarios. En 2004 refinaba 14.3 millones de barriles diarios (5.3 millones de barriles de producción interna y 9.0 millones de crudo importado). En 2017 refinaba 16.6 millones de barriles diarios (9.4 millones de producción interna y 6.8 millones de crudo importado) lo que da un porcentaje de utilización promedio de alrededor del 85 a 88% de las refinerías. Al primero de enero del 2018, Estados Unidos cuenta con un total de 132 refinerías, que equivalen al 24% del total de la capacidad de refinación en el mundo. La construcción está en función de la materia prima y la región donde se construye para atender un mercado.
Las refinerías de 300,000 barriles diarios en el mundo tienen un costo promedio entre 7 a 9 mil millones de dólares (130 a 180 mil millones de pesos). Podemos observar los costos de inversión en una refinería entre 50 a 300 mil barriles a una depreciación de 10 años sin contemplar los intereses del costo del dinero con una eficiencia de utilización del 80%. (Ver cuadro 1).
En México, se puede construir una refinería por una de dos vías:
Por parte del Gobierno vía administración:
Licitación pública: Tendrá que ser realizada bajo los tratados de libre comercio o acuerdo mundiales que tengamos, debido a que no contamos con la tecnología y empresas que se dediquen al diseño, construcción, instalación y operación. El periodo de licitación y asignación del contrato duraría entre uno a un año y medio. Pero antes, se deberá contar con presupuesto asignado por la Cámara de Diputados y asignar qué instancia gubernamental sería quien emitiera la licitación.
Invitación restringida: Se invitaría a entre 3 a 5 empresas previamente seleccionadas para presentar la propuesta y llevaría entre ocho meses a un año para la firma del contrato y de igual forma requiere presupuesto asignado al proyecto. En ambos casos, los estudios de impacto ambiental y social tendrían que ser realizados una vez firmado el contrato. Promedio de ambos de un año.
Preguntas:
- ¿La licitación a realizar incluirá el contrato para diseñar, construir, instalar y operar por la empresa ganadora?
- ¿La licitación a realizar incluirá el contrato para diseñar, construir, instalar y se operaria una empresa productiva del estado como PEMEX o se crearía una nueva?
- En el caso de que la Secretaria de Energía licite, ¿PEMEX presentaría su propuesta como una empresa más de mercado?
- En el caso de que PEMEX licite, ¿cuál es el papel que tendría PEMEX?
Por parte de un privado:
Un caso de que una empresa privada construyera una refinería, es probable que sea de mucho menor tamaño, por lo que podría empezar los estudios a partir del día de hoy y empezar la construcción hacia fines del 2019 y empezar a operar en 2021.
Tiempos:
El gobierno tardaría entre 6 a 7 años para el inicio de operación una vez publicada la licitación de una refinería de 300 mil barriles/día. En caso de 100 mil barriles/día, el lapso sería de entre 4 a 5 años. La probable puesta en operación sería entre 2024 a 2027, siempre y cuando asigne presupuesto en 2019 (poco probable) o 2020.
El privado tardaría entre 2 a 3 años para iniciar operaciones, porque realizaría refinerías pequeñas, probablemente del orden de 20 mil barriles/día. Esto dependería del producto refinado a comercializar y según el mercado de la región a donde se instale. La probable puesta en operación podría ser entre 2021 a 2022.
Vale la pena recordar que el concepto que prevalece hoy día en los negocios de energía es compartir el riesgo financiero, técnico y operativo entre varios, teniendo un inversionista, un operador y uno que conozca el mercado adónde se realizara el proyecto.
La administración dictamina la gobernabilidad del país. No asumamos la directriz del mercado y seamos sólo los facilitadores del mismo, con el propósito de disminuir la exposición del presupuesto en proyectos que requieren tiempo para su maduración y dejar que el mercado asuma el riesgo de la inversión.
Fuentes: EIA (Administración de Información de Energía de Estados Unidos), Rigzone, Pemex, Secretaría de Hacienda, Secretaría de Energía, Libro “La rifa del tigre” de Ramses Pech.
*Analista en energía y economía (pech.ramses@yahoo.com.mx )