Pasan los meses y Pemex continúa con enormes adeudos frente a sus proveedores y contratistas. Oficialmente, no ha suspendido pagos ni actividades. Al presentar su informe trimestral, rechazó que no haya honrado este tipo de compromisos. Pero reconoció que existe un proceso de “negociación institucional” para reprogramar pagos.
¿Qué significa eso? Nos relatan que la Dirección de Finanzas de Pemex y la Subdirección de Administración de Servicios para la Explotación y Producción (SASEP) han abierto un canal directo con contratistas para entrevistarlos en privado y renegociar la cobranza de los adeudos de todo 2020. En las entrevistas, que son por videoconferencia, Pemex les solicita no presentar estimaciones ni elaborar prefacturas, conocidas como copades, para trabajos ejecutados.
Bajo ese formato discrecional y contrario a prácticas contables, Pemex negocia con las compañías una por una, empezando por los casos más críticos. No se formaliza nada ni se pone nada por escrito, todo es verbal, pero Pemex pide ampliar plazos y ofrece tener consideraciones si se conceden extensiones.
En abril pasado, se realizó un segundo recorte al gasto de Pemex Exploración y Producción (PEP) por 40 mil 500 millones de pesos, equivalente al 15 por ciento de su presupuesto de inversión, ubicando su techo anual para este año en 229 mil 359 millones de pesos. Así, le quedó flujo para sus operaciones sólo en el primer semestre, quedándose sin dinero para hacer pagos en la segunda mitad del año.
PEP ha informado a contratistas que a partir de este mes de agosto no habrá pagos y que los servicios realizados por terceros serán facturados hasta el año próximo, bajo el esquema de que los trabajos realizados en julio y agosto serán pagados en enero, los de septiembre y octubre, hasta febrero, y los de noviembre y diciembre, hasta marzo.
En términos contables, Pemex no incumple pagos, pero en los hechos sí está registrado un adeudo, con copades vencidos, por 47 mil 226 millones de pesos, además de que se estiman adeudos no registrados por cerca de 50 mil millones de pesos, donde Pemex no ha permitido generar los copades. Además, si sus contratistas aceptan trabajar sin facturar en todo el segundo semestre de 2020, le estarían financiando a Pemex con otros 50 mil millones de pesos o más que impactarían su presupuesto del año próximo.
De esta manera, Pemex terminaría el 2020 con una deuda no declarada por cerca de 150 mil millones de pesos con sus contratistas, cuyo pago estaría en duda en el 2021 en el contexto de finanzas públicas severamente golpeadas por la crisis económica. Así, se estaría comprometiendo más de la mitad del presupuesto anual de inversión de PEP en 2021 para pagos atrasados.
Ya hay desesperación y nóminas no pagadas en muchas compañías. Se han parado algunas plataformas petroleras, por impago o por Covid. Podrían venir paros inesperados en muchas obras por falta de liquidez. Se rumora que al menos dos de las compañías consentidas de la 4T, que obtuvieron contratos para desarrollar los nuevos campos prioritarios, ya cayeron en desgracia al no aportar los resultados esperados y han suspendido a empleados administrativos, dejando a sus brazos operativos sin soporte ni salarios.
Se teme que la situación se salga de control. Algunas compañías –sobre todo, las extranjeras– han dicho que por razones contables no pueden aceptar el no facturar. Quieren seguir trabajando con Pemex y piden una solución. ¿Lo podrá resolver la Secretaría de Hacienda? Como sea, convendría ya no estirar más la liga y resolver los problemas operativos y de pagos de Pemex antes de que empiecen juicios y arbitrajes, que parecen inminentes.
Mientras tanto, las calificadoras de riesgo amenazan con bajar aún más la nota de la deuda de Pemex, lo cual sería motivo para quitarle al país su grado de inversión. Frente a sus auditores, Pemex se mantiene como un “negocio en marcha” y no se declara en default gracias al respaldo solidario del Soberano. El barco aún no se hunde, pero hace agua por todos lados. Y si Pemex se hunde, nos hundimos todos.
Artículo publicado hoy en el periódico Reforma. Léalo en el diario aquí.
David Shields es analista de la industria energética. Su e-mail: david.shields@energiaadebate.com