Según el Presupuesto de Egresos de la Federación, este año la Comisión Federal de Electricidad recibiría unos 73 mil millones de pesos para pagar lo que con sus ingresos propios no le alcanza.
O sea, lo que nos cobra a usted y a mí en nuestros hogares no es el costo real de que la energía se genere y llegue hasta nosotros. De hecho, si revisa su recibo, podrá leer que dice “aportación gubernamental”, ese es dinero que se deja de usar en seguridad, educación o salud para dárselo a CFE para seguir operando y “cobrarnos menos”.
La cosa es que esos 73 mil millones de pesos no son suficientes. De hecho, es probable que la cantidad que la CFE requiera en este año sea superior a los 90 mil millones, si consideramos que en la primera mitad del año necesitó más de 46 mil millones. Pero la bronca este año es un poco mayor. ¿Por qué? Varias razones.
Primera razón. Porque cerca del 60% de la energía eléctrica que se genera en el país sale de centrales de ciclo combinado que usan gas natural. El gas, después de estar a costos de 2 dólares por millón de BTU, en este año por momentos se ha encontrado por encima de los 9 dólares. Tal incremento de costo del combustible se traduce en una subida del costo de la energía mayor a la inflación. Y el problema es que el presidente ha decidido no subir las tarifas por encima de la inflación.
Esto pone en aprietos a la CFE que cobra igual pero gasta más. No es decisión suya, sino del presidente y es un engaño que busca esconder los altos costos, pero que al final terminamos pagando todos con dinero del gasto público.
Segunda razón. En febrero de 2021, la CFE debió pagar una millonada en gas natural. La ley le permite diferir esa millonada a la hora de cobrar en las tarifas. Desde febrero pasado y hasta septiembre, la empresa había recuperado unos 12 mil millones de pesos del total de 38 mil que debió pagar en gas. Le falta recuperar ‘nomás’ 26 mil millones de pesos. Ya va más de 3/4 partes del tiempo de recuperación y no ha repuesto ni la tercera parte, ¿logrará recuperar ese dinero en 24 meses? Parece que no. Si eso, además, lo sumamos al uso de combustibles más caros, la cosa se complica para la CFE.
La tercera razón es que algunos contratos de compraventa de energía de la compañía se terminaron y ahora debe sustituir esa energía. Por ley no puede contratar más energía sino mediante subastas o mercado eléctrico. Como decidieron no hacer subastas, la energía se compra en mercado spot a un costo más alto. Si la CRE o el CENACE dejaran entrar más renovables o hicieran subastas, seguramente el costo sería más bajo, pero “el hubiera” no existe y el costo más bajo tampoco. De enero a junio, el déficit por comprar en el mercado spot era de 26 mil millones de pesos. De eso, hasta septiembre, se han recuperado unos 8.5 mil millones de pesos, pero faltan de reponerse otros 17.7 mil millones de pesos. A eso hay que agregar el déficit que se vaya dando desde julio a la fecha y que seguirá el resto del año.
El problema es que se va recuperando menos de lo que se gasta de más y se convertirá en una bola de nieve que va creciendo, usando más subsidios y afectando las finanzas públicas.
Esto no es culpa de la CFE, sino en general de toda la estructura del sector energético y la promesa incumplible del presidente.
No se actualizan las tarifas de forma real ni se despacha energía de costo más bajo, ni se tienen contratos de largo plazo, lo que al final del día significa incrementar los montos que debe erogar la CFE, sin compensarlo en sus ingresos. Y la cifra va creciendo.
La idea es perversa, pues se trata de engañar al ciudadano diciendo que el costo de “la luz” no se ha incrementado y no se refleja en la tarifa que pagamos la gran mayoría de los mexicanos en casa, pero por debajo de la mesa, mediante subsidios, se tiene que entregar más dinero a la CFE para que pueda seguir operando a costos más altos.
“La idea es perversa, pues se trata de engañar al ciudadano diciendo que el costo de “la luz” no se ha incrementado…”
Hay mecanismos para bajar o evitar que suba en términos reales el costo de la energía, pero este gobierno decidió renunciar a ellos, en pos de un falso discurso de combate a la corrupción y más falso aún de soberanía energética.
La gran pregunta es: ¿piensan dejar crecer esta bola de nieve para que la siguiente administración federal tenga que pagar con el paquete? Porque el incremento de pasivos terminará por afectar también a la calidad crediticia de la CFE, lo que incrementa el costo de “la luz”. Van más de 50 mil millones de pesos que este gobierno está “pateando” para que pague el que sigue.
Pero, mientras, el presidente puede engañar al pueblo bueno, aunque después el mismo pueblo deberá pagar de más.
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