Falta de combustibles para operar, daño en la Unidad 4 por reconversión apresurada y problemas para adquirir carbón son algunas de las anomalías que derivaron en que la central carboeléctrica de Petacalco, en el estado de Guerrero, dejara de operar luego de casi tres décadas de trabajo constante.
Y es que contrario a lo que explicó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la semana pasada, la central carboeléctrica “Presidente Plutarco Elías Calles” sí estuvo fuera de operaciones, o en “reserva fría” como se dice en el lenguaje técnico, durante casi 15 días al quedarse sin combustible para aprovechar los 2,885 megawatts (MW) que tiene de capacidad instalada.
La central es una termoeléctrica dual –que puede operar con carbón o combustóleo, previa reconversión– y se compone de 6 unidades que en conjunto suman una capacidad instalada de 2,100 MW, más una séptima que se agregó hace unos diez años de 785 MW y que opera únicamente con carbón.
La central consume diariamente, a su máxima capacidad, unas 21,000 toneladas de carbón, o más o menos la misma cantidad de barriles de combustóleo o diesel.
“Se quedaron sin combustible y eso es una realidad, lo presentaron como un mantenimiento preventivo y demás, pero la central dejó de operar”.
“Sí hubo una ventana más o menos de 10 días, de 15 días, donde fue el punto más crítico –literal–, se quedaron sin combustible y eso es una realidad, lo presentaron como un mantenimiento preventivo y demás, pero la central dejó de operar”, dijo a Energía a Debate una persona cercana a las operaciones de la carboeléctrica.
El 3 de noviembre pasado, a través de su área de Comunicación Social, la CFE respondió de manera pública a un trabajo periodístico del diario Reforma que daba cuenta del cierre de la central, argumentando que se habían realizado trabajos de mantenimiento programado, “de acuerdo con el Cenace, en un contexto de baja demanda”.
“Es mentira también que no se esté suministrando suficiente combustible a la Central, ya que se ha suministrado por vía terrestre y marítima cuando las vías no están disponibles”, agregó el comunicado, en el que además calificó como falso el hecho de que la central esté dañada. “No ha habido daños en sus turbinas”, subrayó.
A mediados de octubre, esta central eléctrica dual, ubicada junto a la Bahía de Petacalco, en el Pacífico mexicano, paró sus operaciones debido a que simplemente se quedó sin combustóleo, pero llevaba dos años también sin suministro de carbón.
PETACALCO SE QUEDÓ SIN CARBÓN
En sus últimos meses, la administración federal anterior dejó una reserva de carbón, importado principalmente de Colombia, y la procura de la entrega, con lo cual la central tuvo abasto de este elemento hasta noviembre de 2019. Sin embargo, la nueva directiva en la CFE ya no realizó nuevas compras. Esto automáticamente sacó de operación a la Unidad 7 de la carboeléctrica.
“Hace 24 meses se dejó de suministrar el carbón”.
“El último barco descargado de carbón fue en noviembre de 2019”, dijo la fuente que solicitó el anonimato para este material. “A partir de esa fecha, lo que hizo la Central fue optimizar, estirar al máximo sus inventarios, para concluir las reservas de carbón prácticamente hace un año. Hace 24 meses se dejó de suministrar el carbón”, añadió.
Consideró que el cese en las compras coincide con la declaratoria gubernamental de que, efectivamente, se ha hecho un esfuerzo por reducir el consumo de carbón, pero para sustituirlo con el combustóleo residual de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Lo cierto es que, luego de haber estado en “reserva fría”, actualmente la central opera apenas a una capacidad de entre 30% y 40% del total, tan solo con las Unidades 2, 3, 5 y 6.
RECONVERSIÓN FALLIDA
De acuerdo con personal de la planta, hace unos 18 meses comenzaron a hacerse trabajos de reconversión de las unidades, proceso en el que se dañó la número 4 al hacerlo de manera apresurada ante la presión desde las oficinas centrales de la CFE.
“Se presentó un daño al hacer unas pruebas con combustóleo, se le provocó un daño por no quedar completo”, relataron a este medio fuentes cercanas al proceso. “Fue por la presión de la Central de echar a andar esto con un daño patrimonial específicamente a una de las piezas que es el estabilizador electroestático”, dijeron en relación con el equipo que se encarga de capturar las emisiones de ceniza que emite el carbón al ser quemado.
Dicha obra, además, fue adjudicada de forma directa sin pasar por ningún proceso de licitación.
PROBLEMAS EN EL SUMINISTRO DE COMBUSTÓLEO
El combustóleo para la planta de Petacalco proviene principalmente de las refinerías de Tula, en el estado de Hidalgo, y Salamanca, en Guanajuato, vía ferroviaria y una parte en carro tanques.
Sin embargo, las altas concentraciones de ceniza por el uso de carbón de mala calidad y otros componentes con azufre en las emanaciones de la central han provocado el malestar de las poblaciones vecinas que, en forma de protesta, han bloqueado los accesos ferroviarios y carreteros.
Existe un ducto que conecta desde el Puerto de Lázaro Cárdenas, también en el estado de Guerrero, a una terminal de almacenamiento de Pemex que, de ahí, envía el combustible a la central eléctrica.
“Ese ducto realmente tenía 12 o 16 años que no se utilizaba. Entonces, se erogó en el mantenimiento, en la rehabilitación para ponerlo en marcha”, comentaron las personas con conocimiento del tema. Agregaron que, inclusive, la propia planta tiene un área de almacenamiento viejo que se usaba para carbón, ahora rehabilitado para combustóleo pero sin la suficiente capacidad para la cantidad que se requiere.
CONTRATOS LEONINOS DE CFE
Ante los problemas para hacer llegar el combustóleo a la planta y el daño a la Unidad 4, la administración de CFE decidió volver a convertir esta última a carbón bajo el mismo esquema de adjudicación directa sin licitación pública.
El tema aquí es que las condiciones de los contratos que impone la subsidiaria CFEnergía, la pandemia por el coronavirus y los altos precios internacionales del mineral han complicado las compras.
“Ahora resulta que la Comisión tiene ‘contratos leoninos’ porque le exige todo al proveedor”.
“No han tenido éxito, el mercado ve con una incertidumbre total a la forma en que están cambiando los contratos”, refirió una persona bajo anonimato. “Ahora resulta que la Comisión tiene ‘contratos leoninos’ porque le exige todo al proveedor, de garantías”, agregó, al emitir el pago a cuarenta días de recibida la factura, cuando en administraciones anteriores el pago se realizaba a los 10 días de recibido el carbón acompañado por los documentos de embarque.
De acuerdo con información publicada por CFEnergía, la subsidiaria de CFE encargada de las compras de combustibles para las centrales de la empresa, en este año se lanzaron dos solicitudes de propuestas para entrega de carbón, específicamente para Petacalco, pero ninguna ha prosperado.
La solicitud número CFEN-OPS-CMT-001-21 se emitió en junio y se firmaría el contrato el 15 de julio, mientras que la otra, con número CFEN-OPS-CMT-002-21, publicada en julio, firmaría contrato el 28 del mismo mes.
“Son licitaciones a modo que no han podido concretar porque ni se han declarado desiertas. Simplemente no ha salido nada”, apuntó otra fuente.
Además, desde el 2020, la pandemia provocada por el brote de la COVID-19 derivó en el paro de varias minas a nivel mundial, reduciendo el abasto de carbón con el consiguiente aumento en su precio.
Tan solo de octubre a noviembre de este año, los precios del mineral se incrementaron hasta en 31.6%, al pasar de los 162.8 dólares por tonelada (USD/t) a los 214.3 USD/t para el carbón de Sudáfrica.
El precio del carbón de Australia subió en el mismo periodo 27.9% de los 188.1 USD/t a 240.7 USD/t. De ambas partes han provenido las entregas en los últimos años.
El aumento ha sido más dramático desde finales del 2020, cuando dichos precios se encontraban en 67.2 USD/t en el caso australiano y en 73.0 USD/t para el sudafricano.