¿Qué es el balance de energía?
Es el poder establecer la entrada de energía entre lo producido en la nación y lo importado, y cuánta de ella tomamos para su transformación en energía secundaria, y cuánto de ésta es aprovechada para su utilización.
En el balance 2023, realizando una proyección de tendencia, podemos determinar:
1.- La última década ha experimentado un aumento del 35 % en el consumo energético, lo que ha dado lugar a ser mayores independientes energéticos, al aumentar la importación de energía demandada por el país, entre un rango del 25 a un 35 %
2.- La producción de energías primarias es autosuficiente, pero muchas de ellas no sirven para satisfacer la demanda total de energía que principalmente se fundamenta en combustibles fósiles. No obstante, no somos capaces de generar energías secundarias, las más relevantes, ya que brindan la energía necesaria para llevar a cabo todas las actividades de los diversos mercados, en conjunto con sus industrias, negocios y actividades necesarias que contribuyan al crecimiento del país y para las actividades de las personas.
3.- La importación de energía aumentó un 2 % en 2023, en comparación con el año anterior. Esto indica que no disponemos de suficiente energía para cubrir el total de la demanda. Los productos de mayor importación han sido, y serán, gas natural, gasolina, diésel, y gas licuado de petróleo, y todos ellos son combustibles fósiles o derivados del mismo. ¿Existe una transición energética en México efectiva?
4.- El total de energía primaria y secundaria utilizada para su transformación, requiere tomar de éstas entre 30 y 35 % para poder producir energía secundaria para su utilización de todas las actividades que son necesarias en la vida cotidiana del país. Es imperativo que en México se enfoque en actualizar, modernizar y optimizar la eficiencia energética de cada uno de los procesos requeridos, lo que implica la necesidad de inversiones públicas y privadas, tanto dentro como fuera de las empresas estatales.
5.- Del total de las energías secundarias producidas, 49 % se utiliza en el transporte, 24 % en la industrial, 19 % en los sectores residencial, comercial y público, y un 4 % en el ramo agropecuario. De todas, el mayor consumo es de combustibles fósiles y sus derivados.
6.- En el ámbito del transporte, la fuente de energía más consumida procede de la gasolina, seguida del diésel y el gas licuado, y estas tres representan el 98 % del total. Estos tres combustibles son mayormente utilizados por motores de combustión entre automóviles, camiones y motocicletas, con un 90 % respecto al total de la energía consumida por el transporte. La parte de carros eléctricos solo representa el 0.23 %.
7.- Del total de la energía utilizada, transformada y creada, el país solo aprovecha entre el 75 a un 80 %, desperdiciando la diferencia. Esta energía desaprovechada, algunas de ellas, generan gases de efecto invernadero.
8.- El país ha aumentado un 60 % la importación de gasolina, tomando como referencia el 2013, y un 120 % respecto al diésel y gas licuado del petróleo. La presente afirmación confirma que en México se destacan las actividades relacionadas con la extracción y producción de energías primarias, sin embargo, se requiere la implementación de un sistema de transformación más amplio (refinerías, despuntadoras, plantas de gas, fraccionadoras y centrales eléctricas).
¿Estamos convencidos de que México se encuentra en una situación de autosuficiencia y autonomía energéticas? Dado los cambios geopolíticos y cambios estructurales constitucionales internos ocurridos en los últimos meses, y que para el poder hacer frente a estos, es necesario el disponer del suficiente dinero para cubrir la demanda y consumo de toda la energía requerida. ¿El gobierno contará los próximos años con el dinero suficiente dentro del presupuesto para las empresas estatales?
“¿Estamos convencidos de que México se encuentra en una situación de autosuficiencia y autonomía energéticas?”
Recordemos que entre mayor demanda y consumo, mayor será la importación. El problema principal de México radica en la carencia de procesos que transformen la energía primaria y secundaria, además de la necesidad de invertir en una mayor cantidad de actualizaciones tecnológicas en todos los procesos públicos o privados.
No existe un plan de largo plazo que pueda reducir el uso de combustibles fósiles y sus derivados, debido a la falta de una estrategia real de largo plazo en relación con las políticas públicas. Esto provocará un mayor aumento de importación de energías primarias y secundarias. Asumiremos un mayor riesgo ambiental, lo cual generará una mayor inversión a largo plazo para poder tener una mejor calidad del aire.
México es un país ingenuo o carece de sentido común debido a la falta de unificación de criterios reales sobre cómo transitar a energías menos contaminantes, infinitas y de bajo costo que reduzcan los gases de efecto invernadero, y de esta forma pueda existir una calidad de aire para los seres vivos en este país.
El balance de energía es un indicativo de lo malo o bueno, cómo aprovechamos la energía para poder realizar todas las actividades del país, pero en la realidad del futuro, en el presente, este indica que no sabemos, y no tenemos un plan definitivo del cómo.
Dejar a empresas estatales el cargo del todo, respecto a la energía, puede ser un riesgo mal calculado, debido a que no tienen o crean sus propias tecnologías, lo cual depende del dinero presupuestal que es asignado a estas para el poder contratar a empresas que puedan ayudar a mejorar, operar, mantener y actualizar todos sus procesos. Las empresas que ganan, o que se les asigna un contrato con PEMEX o CFE, quedan en muchos casos inmersas en el limbo ante la falta de recursos para pagarles y esto podría ocasionar que cada peso presupuestado no rinda ante los incrementos de los costos operativos y financieros que estas deben asumir ante los condicionantes actuales en cómo son integradas en la cadena productiva de las empresas estatales.
El balance indica que, a mayor demanda, mayor debe ser la inversión ante un mercado demandante que necesita de la energía, bien utilizada, para crecer y tener un producto interno bruto en crecimiento.
Un país sin energía será un fracaso en su futuro, y el cual dependerá de su adaptación a los cambios tecnológicos, y a la forma en que el dinero se moverá en el mundo. La independencia de una nación no dependerá de su soberanía energética; sino la forma de ser autosuficiente para el poder tener una transición energética. Cuyo objetivo debe ser en reducir la cantidad de combustibles fósiles y sus derivados, y poder ser parte de la nueva diplomacia ambientalista mundial, la cual incluye el tener una mejor calidad de aire para los seres vivos.
El balance energético, finalmente, indica que México está muy lejos de ser soberano, independiente y, por ende, autosuficiente en materia energética.
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