Argentina podría seguir el ejemplo de Estados Unidos al reducir costos.
(Artículo publicado en la edición mayo-junio 2017 de la revista “Energía a Debate”)
Los precios elevados del petróleo, que por casi una década hasta 2014 se mantuvieron en promedio en 80 dólares por barril, posibilitaron notables avances tecnológicos y que se tornaran competitivas nuevas fuentes de energía, entre ellas, las renovables solar y eólica en Europa y el fracking para producir petróleo y gas natural a partir de shales en Estados Unidos.
En esa década de 2004 a 2014 y gracias al fracking, la producción de gas natural en Estados Unidos subió de 50.8 mil millones de pies cúbicos/día (Bpcd) a 70.5 Bpcd, es decir, 4% anualmente, y continúa en ascenso. De ser un importador neto, Estados Unidos pasó a ser exportador, causando un trastorno profundo en la industria del gas natural y del gas natural licuado (GNL) a nivel global. Sus exportaciones en 2016 promediaron 512 millones de pcd y con las plantas en construcción de GNL podría llegar a ser el mayor proveedor de GNL del planeta el 2021, con capacidad de exportación de 9.2 Bpcd (11 veces el máximo del contrato Bolivia-Brasil). Los precios de exportación de gas natural de Estados Unidos, bajo el nuevo modelo, ya no se vinculan al petróleo y el referente es el Henry Hub.
En cuanto al petróleo, el fracking permitió subir la producción de Estados Unidos de 5.4 millones de barriles/día en 2010 a 8.7 millones en 2014, 15% anualmente, todo atribuible al fracking. Lo anterior tuvo muy fuerte impacto en la balanza de oferta y demanda mundial de petróleo y mandó los precios hacia abajo.
Entre 2015 y febrero de 2017 el promedio de precios fue de 48 dólares por barril, llegando a un piso de 26 dólares en febrero de 2016. Arabia Saudita y algunos otros países de la OPEP entre 2014 y 2016 aumentaron producción para compensar sus economías y hacer retroceder el fracking. No funcionó.
El fuerte desplome de precios hizo tambalear y retroceder al fracking. Las plataformas activas en Estados Unidos, de petróleo y gas natural, eran 1,860 en 2014 y para el 2016 bajaron a 508. La producción de petróleo en Estados Unidos bajó de 8.7 millones de barriles/día a 8.4 millones en octubre de 2016, y todo indicaba que seguiría en descenso. Quiebras, fusiones y adquisiciones de empresas operadoras y de servicio tuvieron lugar y la señal era que el fracking sería cosa del pasado.
Las economías dependientes de los hidrocarburos en la OPEP comenzaron a sentir el impacto de los bajos precios y vino el pacto de reducción de producción, por 1.8 millones de barriles/día en noviembre de 2016 para posibilitar subir precios. No sólo debido a esta causa, sino también a otros factores, los precios treparon hasta el nivel actual promedio de 50 dólares por barril.
Para sorpresa de muchos, la industria del fracking en Estados Unidos se ha tornado extremadamente eficiente y ha tomado como desafío el nuevo escenario de precios de 40 a 60 dólares por barril para petróleo y de 2 a 3 dólares por millón de Btu para gas natural. En mayo de 2016 las plataformas activas en Estados Unidos estaban en su punto más bajo en 413 y a la fecha se duplicaron a más de 800. La producción de petróleo del país ha tomado un punto de inflexión y en marzo del 2017 llegó a 9.1 millones de barriles/día. La producción de gas natural sigue subiendo y se sitúa en promedio en 75.6 Bpcd este 2017.
En ciertas áreas muy productivas (sweetspots) en la prolija formación de la Cuenca del Permian en el oeste de Texas, se reporta que sólo necesitan de 30 dólares por barril para cubrir todos los costos y generar rentabilidad de 20%. En los sweetspots de la formación Eagle Ford se señala que con 40 dólares por barril se puede recuperar todos los costos y generar rentabilidad de 30%. Los costos de perforación por pozo han bajado de 8 millones a 5 millones de dólares en dos a tres años con perforación de pozos múltiples a partir de una plataforma, microsísmica y perforación dirigida.
Las eficiencias en el fracking están también siendo trasladadas a otros países y en especial a Argentina. En este país, en la también prolija formación Vaca Muerta, los costos de perforación por pozo, según se informa, han bajado de 15 millones a 8 millones de dólares. Los acuerdos recientes llegados con los sindicatos de trabajadores para reducir cargas laborales y el escenario de precios planteado de 7.5 dólares por millón de Btu para 2018, 7 dólares para 2019, 6.5 dólares para 2020 y 6 dólares para 2021 y de ahí desregular los precios, están comprometiendo inversiones muy fuertes de varias empresas con pozos piloto para producir principalmente más gas natural. Sin embargo, en Argentina, los intentos pueden quedar en sólo eso.
La industria del fracking sigue vivita y coleando y seguirá bajando costos al impulso de fuertes desarrollos tecnológicos y puede competir con nueva producción costa afuera y también costa adentro.
* Ex Ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual Socio Director de Gas Energy Latín América