Xóchitl va por la reapertura del sector energético y Claudia promete continuidad de la 4T… pero con ajustes

Mientras Xóchitl Gálvez Ruiz buscará la reapertura del sector energético a las inversiones privadas con pleno respeto al Estado de Derecho, además de la conformación de un federalismo en energía, Claudia Sheinbaum se pronuncia por dar continuidad a la política energética de la Cuarta Transformación pero sin descartar una “flexibilidad” y “ajustes” para el periodo 2024-2030.

De acuerdo con las plataformas políticas de cada una de las candidatas punteras para ocupar la Presidencia de la República en los próximos seis años, muchos son los temas de coincidencia entre ambas aspirantes, como el impulso a las energías renovables, la electromovilidad, los esfuerzos para la reducción en el uso de los combustibles fósiles y sus emisiones, y el fortalecimiento de las redes de transmisión y de distribución eléctricas, entre otras.

Sin embargo, Gálvez Ruiz, candidata por la coalición “Fuerza y Corazón por México”, compuesta por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), ha insistido en reabrir el sector energético a las inversiones privadas, nacionales y extranjeras, un asunto en el que, durante la presente administración, este sector se ha judicializado principalmente por los amparos interpuestos por empresas y particulares, además de conflictos con Estados Unidos y Canadá, toda vez que algunas políticas en la materia violarían el tratado comercial que México tiene firmado con esas naciones.

“Vamos a dar seguridad jurídica a todos aquellos que quieran invertir en nuestro país, y de esa manera se puedan crear empleos y nueva riqueza”, plantea uno de los compromisos de la candidata de la oposición.

Igualmente, la aspirante promete la liberalización de los permisos para generar energía limpia, principalmente eólica y fotovoltaica.

“Vamos a liberar los permisos que hoy niega el gobierno para producir electricidad solar a gran escala”, afirma, en relación con diversos permisos que continúan sin resolverse al interior de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

En sus compromisos reunidos en el documento “Las mejores propuestas para vivir sin miedo”, Gálvez Ruiz se pronuncia por que cada estado de la República pueda desarrollar sus propias políticas públicas en materia de energía, según sus necesidades.

“Promoveremos el federalismo energético para que cada estado contribuya a la política energética nacional. Así mismo, de ser necesario, que cada estado pueda desarrollar sus propias políticas energéticas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades”, expone el documento.

Por su parte, Claudia Sheinbaum Pardo, candidata por la coalición “Juntos Seguiremos Haciendo Historia”, conformada por el bloque del Partido del Trabajo (PT), del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y liderado por el partido el poder Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), reitera su intención de dar continuidad al proyecto político conocido como Cuarta Transformación del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, en sus promesas de campaña reunidas en el documento “100 Pasos para la Transformación”, reconoce que dicha continuidad se dará pero aclara que con flexibilidad y con algunos ajustes.

“La política energética 2024-2030 se inscribirá en línea de continuidad con el esfuerzo realizado durante la primera etapa de la Transformación, sin descartar flexibilidad y ajustes que tomen en cuenta logros alcanzados, nuevas preocupaciones, escenarios previsibles a 2030 y preocupaciones de largo plazo”, manifiesta el documento.

Asimismo, a diferencia del presidente López Obrador, Sheinbaum se compromete a honrar los compromisos internacionales que ha adquirido México en materia de reducción de sus emisiones y su contribución al combate contra el cambio climático.

En los 100 pasos, la candidata oficial del gobierno actual no se muestra tan optimista con respecto a la disponibilidad del litio en México para atender la demanda que implicarán las tecnologías de energías limpias.

“La política energética tiene una doble tarea: por un lado, el correcto funcionamiento del sector energético durante el periodo de gobierno; por otro lado, la construcción de bases sólidas para vencer la inercia y redireccionar al sector hacia un futuro real y genuinamente sostenible, al que sólo se llegará reconociendo el declive geológico en ambos lados de la frontera, la abundancia de las energías renovables pero también de las limitaciones, por ejemplo, de los minerales como el litio y otros, para satisfacer la demanda de las tecnologías alternativas que las aprovechan, y la posibilidad de continuar el desarrollo sin aumentar necesariamente el consumo de energía”, señala el documento.

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