Ulises Juárez / Energía a Debate
México requiere incrementar su capacidad de generación distribuida fotovoltaica en 16 por ciento, así como 6 por ciento en energía eólica y un porcentaje igual en generación solar a gran escala para cumplir con sus compromisos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030 y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, y uno de los principales retos es ampliar las redes de transmisión y distribución eléctrica, así como la expansión de las redes inteligentes en el país.
En el “Estudio de Energías Limpias en México 2018-2032”, presentado este día por organizaciones empresariales y de la sociedad civil, se destaca que el incremento en las energías limpias podría tener un impacto económico positivo, ya que sumarian alrededor de 29 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto en los próximos 15 años y crearían 200 mil nuevos empleos directos relacionados con la industria.
El documento, versión actualizada de uno realizado en 2015, fue elaborado por la Comisión de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (CESPEDES) del Consejo Coordinador Empresarial (CEE); la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), y la Iniciativa Climática de México (ICM).
Durante la presentación del Estudio, Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, afirmó que gracias al avance tecnológico y a sus condiciones naturales, México tiene la posibilidad de generar energía limpia a costos cada vez más competitivos.
Mencionó que las energías limpias pueden atraer inversiones por 60 mil millones de dólares hacia el 2032, lo que representa dos terceras partes de la inversión total de la generación de electricidad en el país.
“Tenemos la capacidad de desarrollar el sector generando empleos y apoyando inversiones en este sentido, al mismo tiempo que protegemos el medio ambiente y contribuimos a combatir el cambio climático en el mundo”, agregó.
Luego de exponer los avances que se han logrado en materia de energías renovables, dijo que aún quedan retos. “Hemos avanzado, pero no lo suficiente. Debemos acelerar el paso para cumplir los compromisos que hemos asumido como país”.
Entre los retos pendientes, mencionó la necesidad de redes inteligentes que permitan la incorporación de energías renovables en tiempo real, la convivencia de fuentes convencionales y un buen balance entre los excedentes y déficit de generación.
Coincidió con los demás participantes en la presentación del documento al considerar como un desafío la capacidad de transmisión y distribución de electricidad, cuya infraestructura todavía es insuficiente.
A este respecto, los participantes dijeron que existe una oportunidad de negocio mediante el esquema de Asociaciones Público-Privadas para el desarrollo de redes, además de la instalación de proyectos pequeños, como líneas de entre 50 y 100 kilómetros.
Por su parte, Leonardo Beltrán Rodríguez, subsecretario de Planeación y Transición Energética de la Secretaría de Energía, expuso que el mayor contribuyente en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) es el sector de la movilidad, con poco más de 25 por ciento del total, seguido de la generación eléctrica y después la industria del petróleo y gas.
En 2015, en el país circulaban 30.7 millones de vehículos a gasolina y diesel, y se espera que para el 2030 la cifra aumente a 39.8 millones, refirió el funcionario. Explicó que más de 80 por ciento de las oportunidades para reducir los GEI está en este sector y dijo que actualmente en el país se encuentran instaladas ya más de 1,500 “electrolineras”.
Y previó: “En los siguientes seis años, si conectamos el desarrollo de estas energías limpias, si consolidamos el mercado eléctrico, si ampliamos y modernizamos transmisión y distribución y permitimos la cohabitación de diferentes modelos, como la generación distribuida, lo que vamos a estar observando es un mercado que tiene el potencial de duplicarse o hasta triplicarse. Y ese es el tamaño de la oportunidad”.
Posteriormente, en conferencia de prensa, el presidente del CCE aseguró que entre el periodo de agosto de 2017 al mismo mes de 2018, las tarifas eléctricas para uso comercial e industrial se incrementaron entre 50 y 70 por ciento, y para algunas industrias en específico el aumento llegó hasta 90 por ciento.
“El Estudio y la realidad demuestran que producir energía renovable permite costos entre 10 y 30 por ciento menores que con las energías convencionales, por eso es necesario seguir fomentando la generación con renovables”, dijo el dirigente del organismo empresarial.
En su momento, Adrián Fernández Bremauntz, presidente de ICM, expresó que la intención del Estudio también es dejar al próximo gobierno un documento con el estado actual del sector de las energías renovables y sobre los compromisos internacionales.
De la misma forma, apuntó, explicar que las energías limpias pueden ser un medio para generar beneficios a todos los mexicanos.
En la presentación del Estudio de Energías Limpias en México 2018-2032 también participaron José Ramón Ardavín, presidente del CESPEDES; Héctor Olea, presidente de la Asolmex; Leopoldo Rodríguez, presidente de la AMDEE y coordinador de Energías Limpias del CESPEDES, y Roger González, presidente de la Comisión de Energía del CCE.
Algunas cifras
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En diez años la generación renovable alcanzó alrededor de los 3,250 MW, con inversión aproximada a los 6,500 millones de dólares.Los compromisos de generación derivados de las tres subastas eléctricas duplican la capacidad existente, alcanzando poco más de los 7,350 MW.Los compromisos de inversión crecieron en dos años casi 140% respecto a lo invertido en la década anterior, traduciéndose en más de 9 mil millones de dólares en curso.En 2017, los precios de la energía resultantes de la tercera subasta de largo plazo se ubicaron entre los 18 y 21 dólares por MW/h, un record histórico a nivel mundial.Entre 2016 y 2017, la energía solar se ha posicionado en casi 68% del total de la capacidad renovable del país.