América Latina y el Caribe no escapan a la conmoción energética global por razones como el crecimiento poblacional y económico, búsqueda de seguridad de abastecimiento, altos precios de los energéticos, nacionalismos y problemas geopolíticos, cambio climático y nuevas tecnologías. Es una región, que a pesar de su gran potencial de producción de energía, es muy dispar en lo relacionado a la disponibilidad y demanda de energéticos. Esto se puede observar de la demanda primaria de energía al 2005 y un escenario de demanda proyectada al 2018 (ver gráficas).
La mayoría de los países de Suramérica y México son productores, incluso exportadores, de petróleo. Los del Caribe y de Centroamérica son importadores de petróleo y sus derivados y son muy dependientes de ellos. De hecho, casi todos los países de la región son importadores de derivados del petróleo, en especial diesel, lo que hace notar una gran deficiencia en su capacidad de refinación.
Los precios del petróleo siguen elevados y la demanda continuará creciente, debido principalmente al crecimiento poblacional y económico sostenido, especialmente de China, India y otros países asiáticos. Estos actúan como una especie de locomotora para el resto del planeta, y también lo hacen Latinoamérica y el Caribe, que viene sustentando tasas de crecimiento económicas promedio del orden del 5% durante los últimos 4 ó 5 años.
Muy pocos son los audaces que se apresuran, en estos tiempos de turbulencia energética, a predecir los precios del petróleo, ni en el corto ni en el largo plazo. Las variables son demasiadas y complejas. Además de la demanda creciente, está el factor de las tensiones en el Medio Oriente. En el lado de la oferta, fuera del accionar de la OPEP existe una gran cantidad de actividad exploratoria cuyos resultados se verán en breve tiempo. Los proyectos de carbón renacen y se multiplican nuevamente. También se construyen y planifican proyectos de energía renovables para diversificar las matrices energéticas y luchar contra el calentamiento global.
Dentro de este difícil escenario energético, vale la pena hacer un análisis de lo que viene aconteciendo con la capacidad de refinación y los márgenes de refinación. Los precios de la gasolina en particular y de los otros derivados del petróleo han registrado niveles récord que no siempre reflejan las fluctuaciones en los precios del petróleo.
De hecho, en el principal mercado mundial para la gasolina, que es Estados Unidos, la desviación llega a ser notable. En diciembre de 2006, el precio del petróleo WTI promedio fue de aproximadamente 58.5 dólares por barril, mientras que el precio promedio de tres gasolinas en el mercado mayorista spot de Nueva York sin impuestos fue de 70.6 dólares por barril. En abril del 2007, solo 4 a 5 meses después, el precio promedio del WTI fue de 63.6 dólares por barril, mientras que el promedio de las gasolinas fue de 94.0 dólares por barril.
Una serie de eventos inusuales, fuera de la creciente demanda, como reparaciones y daños en los complejos de refinación de Estados Unidos, han determinado esta situación de un precio casi estable del petróleo, pero de un incremento notable en los precios de la gasolina y los otros derivados del petróleo. Las refinerías, contrario a lo que ocurría años atrás, están teniendo márgenes muy atractivos de refinación por sobre 25 dólares por barril. Es la ley de la oferta y la demanda, sumada a un mercado muy especulativo.
Todo lo anterior nos señala que existe en el mundo un capacidad de refinación no muy holgada con relación a la demanda y que cualquier suma de eventos menores puede causar un mercado muy volátil para los derivados del petróleo. Los crudos más pesados que se producen ahora no son los más adecuados para las refinerías que se construyeron 20 o 30 años atrás, sumados a que las mismas deben elaborar productos con menor contenido de azufre para cumplir con nuevos estándares internacionales.
La capacidad mundial de refinación se ha incrementado muy poco en los últimos 15 años. En 1990 la capacidad mundial de refinación era de 74 millones de barriles por día, mientras que en el 2007 es de 86 millones, nivel que está muy pareja con la producción mundial de 80 a 85 millones. Se estima que para el año 2025 a 2030 la capacidad de refinación estará en el orden de los 150 millones de barriles por día.
Latinoamérica y el Caribe no escapan a esta realidad global y su situación es aún más complicada. La región tiene alrededor del 8.7% de la capacidad de refinación mundial y consume aproximadamente entre 8 y 9% de la demanda mundial de productos refinados. El crecimiento de la demanda (o consumo) de petróleo en la región de 1995 a 2005 ha sido de aproximadamente 13.7% anualmente, mientras que el crecimiento de la capacidad instalada de refinación en el mismo periodo, solo ha sido de aproximadamente 7.5% al año, es decir, ha crecido casi a la mitad del ritmo del consumo.
En este contexto de capacidades de refinación muy estrechas, se estima que una nueva refinería se podría gestar en Centroamérica. Se proyectan nuevas refinerías también en Argentina y la de Pernambuco en Brasil que ya tiene importantes avances. Se está también trabajando en modernizar, incluir nuevos procesos y ampliar capacidades en refinerías en Cuba, Colombia, México, Perú, Venezuela, Brasil y, Ecuador. Falta ver cuántos de estos proyectos se convierten en realidades.
FORO REGIONAL FIER 2007
La dinámica energética de la región será abordada y presentada desde diferentes aristas durante el Foro de Integración Energética Regional (FIER) de la Organización Latinoamericana de Energía, OLADE, evento que se viene impulsando con otros organismos e instituciones vinculadas a la energía. El FIER 2007 se realizará en la ciudad de Medellín, Colombia, en la última semana de noviembre, en lo que se ha venido a denominar como la “Semana Energética de América Latina y el Caribe”.
La evolución de marcos jurídicos para un mayor desarrollo e integración con gas natural y electricidad, la cooperación en materia de suministro en la cadena de combustibles, así como otras iniciativas de integración están siendo propuestas para debatirse y exponerse durante el FIER 2007.
Asimismo, se pretende considerar y explicar los avances en los proyectos binacionales de energía, tales como complejos de refinación y centrales binacionales de hidroelectricidad. Se están considerando también exposiciones entre plenarias y páneles sobre la estructura de las empresas estatales de energía y su transformación, para que puedan operar con dinamismo y gestión empresarial y su integración en la cadena de valor hacia empresas de energía, muy en particular con el impulso a las energías renovables.
Se considera también la exposición de alianzas estratégicas entre empresas públicas y privadas, así como la visión del sector privado sobre el proceso de integración por subregiones. Están siendo también propuestas exposiciones sobre la importancia de la planificación energética a nivel nacional, subregional y regional y el importante rol que pueden jugar los biocombustibles en varios países de la región.
En síntesis, el FIER 2007 pretende exponer y continuar abriendo un espacio de debate y análisis sobre la visión y perspectiva de integración energética en las distintas subregiones, además de converger y encaminar los intereses públicos y empresariales, que permitan gestar políticas públicas e inversiones, para profundizar el proceso de integración y el desarrollo del sector energético en la región.
* Es secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) por el periodo 2006-2008. Es ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y experto en áreas relacionadas con el sector energético que le ha permitido desempeñarse como asesor en varios proyectos energéticos internacionales. Conferencista, analista y articulista en varios medios de comunicación de América Latina.